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*
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|
Primera parte: Devoción / Prajnaparamita / Etica
Homenaje a Pan
¡Qué hermosa santidad
tiene tu cuerpo, peludo en el pecho,
caprino en las costillas, tierno en el semblante!
Seguro que tienes la mente en los talones
y sudas flautas por cada tejido,
célula por célula, núcleo por núcleo.
¡Pan-Todo... pan-inclusivo,
sin levadura, pan natural,
pan saturado de pan!
Sátiras semillas diseminas
dentro /fuera / entre las piernotas vegetales
de la Tierra y los senos derramados de los cerros.
Pan de leche llovido en galaxias explosivas
como Vaca Voladora que fuíste de los cielos
y Gotas de Castrado sobre Urania
y espuma del mar y todo infierno y todo Gólgota.
2.
En días de la Primavera del Mundo,
Ofión-Bóreas, en aras del rapto de lo bello,
recorriste los huertos arcádicos
y fuíste por tus caprichos, desnudo:
ninfas de los ríos, sin escapada.
La piel convocó a hermosura viva
y el pulmón echó su meta de salvar
cada divino grano de onticidad y honra,
cada espacio de aire, brisa y aroma.
En la divinidad de esta voluntad,
se construyeron nudillos y manos anchas,
bulla de piernas, el ardor cabrío.
Y se manifiesta la boca,
bendice lo universal y lo íntimo,
lo cósmico y la sustancia,
la esencia y la privacidad.
3.
Te ofrendo mi testae,
recibida como abrigo exterior a mi semilla,
cáscara de gameto fermentado
que creyó en la esposa del testiculus.
Cierta evidencia en las orquídeas prefigura
que la concha es un angeion vacío.
Tú no hagas caso: te doy fe
de que estoy testiculatus
con mi tubérculo muy sólido,
lleno de ovas, rico en amnios,
disponible para el cigoto, tête-á-tête.
Te dejo mi testosterona para
la vivípera afrodisia que te plazca.
4.
A veces, no siempre,
me lo amacizo contra mi pecho
como otro corazón que me hace falta
y me dejo llevar por su latido,
más iluminado que el mío,
a pesar de lo oscuro y voláfugo.
A veces, tenemos que bailar juntos
sin que nadie nos vea, como en las cuevas,
antes de salir a darnos a gregarios rituales
con las gentes del mundo.
Don Nadie nos fuñe costilla abajo
y giramos con talones de cómplices
y como trompos dulcemente amarrados
del ombligo.
El coloca sus manos sobre mis hombros
(¡para que no lo hagamos!)
ya que tendremos que bailar
lo menos tristemente que podamos.
Su bestia me observa con ganas
de besarme o morderme,
al menos, hasta que aparezcan
las putas ninfas que invocamos.
Es tan triste estar solo,
tiernamente indefenso, con un corazón
que tiene arpas en sus silencios,
violines en el estómago.
Busco de mi esqueleto y mis mañas
alguna parte que lo identifique
y pregunto inútilmente dónde estoy
y por qué esta sucia felicidad de segunda mano,
esta generosa miseria de ejemplos
de otras poses y regularidades,
este baúl con memorias
de inútiles conveniencias...
Por eso, el corazón desciende
como geotrópica estrella, redentora,
y se posa en la concha más dura y amarga.
Se reinventa su cintura, tronco inmenso,
su cuello, que levanta a la copa de los aires,
su cabeza soñadora, tan poco acostumbrada
a dar consuelos y danza, de árbol a árbol,
¡conmigo, sí, conmigo!
5.
... Vengan, jijos de la pelma,
cantad a cántaros.
Los crotarios se apulgan
para desafiar el momentoquio...
¡Pronunciad la verbuda campanela,
dividido el amafe del silencio,
ocultad de una vez el sublime eructo
del nóumeno apofántico!
Los vecinos se llueven para testificar
la penetralia y el silabario espera
describir la consigna ecorial
con pupilas y hongos del chismerío.
¡Verbéen como labiosos del gofio cotidiano;
tengan sus versifolios a clamor de boca!
La calle se transita de lexemas exoflemos
y se amelcocha con rebotes de candela.
¡Iniciad el salivero, timoratos,
sacad la verba, dad verbazos!
¡Dos sátiros se masturban en la calle!
Acusad su desparpajo,
desencubridlos con sabiduría...
¡En fin, que vivimos en espuma etimológica!
6.
Venga el que canta y credencial en mano
vea que los sátiros existen
con patas peludas y envidiables falos.
Venga el que habla, con señal de poeta,
y testifique que hay demonias llamadas
angelitas, ninfas, nereidas, náyades...
en fin, vírgenes que, al levantar la cola,
se las empinan los asuras del fondo de la Tierra.
Vengan los cantores
y los esperanzados por bellezas secretas
y escríbanlas y cántenlas
para la posteridad incrédula:
¡si vimos la belleza y nos faltó
la frase adecuada, la voz
y el valor para narrarla, sin culpa
ni azote ni mojigatería, que se nos cuelgue
de los güevos!
Se mentiría a la canción y a la alegría,
maldita en bendición extravagante,
por no cumplirse.
3-5-1990
*
Homenaje a Epicuro
Todos los placeres son un bien por el hecho
de ser conformes con la Naturaleza: Epicuro
La moral más alta es feroz:
¡vivirse a plenitud como individuo!
con honesta malicia lejos del que controla.
2.
Esta es la grandeza:
¡compartir entre iguales!
El éxito personal es intransferible.
La máxima efectividad depende de uno mismo.
3.
El único ser moral que hay sobre la Tierra
es el que tiene ojos de pantera,
oídos muy abiertos, tallo espléndido,
manos audaces, tranquilas y ligeras.
4.
La moral es erótica y creadora
y no rehuye el desafío, el salto
entre demonios que niegan la vida.
5.
La moral no tiene arcanos ni infiernos
ni democracias de paja o de acero;
no tiene jerarquías en la piel ni en el Estado.
Ni carnaval ni máscaras.
6.
El individualista orbita por afán de su causa.
Sostiene su equilibrio. Enciende
agujeros negros para que haya inmensidad,
galaxias comunicantes, reversos de entropía.
8.
Los morales primiginios, ladrones de bruta entereza,
íntegros eróticos del Ananda, son ilustres inocentes.
¡Los únicos libres, exentos del yugo del Destino!
9.
El único moral no administra por migajas
el sexo, el alimento, la misericordia,
la clase, la justicia, el conocimiento.
10.
Los morales piensan, se disciplinan,
se ponen en control y en negocio perpetuo.
Administran el porvenir. Su consciencia
está al comando, sin inculpadores,
sin sacerdotes, sin psicologistas, sin Estado.
11.
El ladrón cósmico se reventó del minutero
de las horas geocéntricas y deshizo
los calendarios supercheros y la fe bicameral.
Supo que no hay mecánicas capturas,
reos de Tiké, adictos a la Némesis,
posesos del Demiurgo.
12.
No es moral la violencia ni la coersión
ni la impostura ni la convocatoria obligada
de tribus que no piensan; pero opinan
y protestan y censuran y castigan
con maniática afrodisia de cínicos
y orgásmica faena de burlones.
13.
Society everywhere is in conspiracy against
the manhood of every one of its members:
R. W. Emerson
No es moral la nueva Babilonia de babosos.
Ni la ciudad de los grandes platónicos
ni los grandes imperios ni la prensa coqueta.
Ni las misas de vanagloria
ni las mansedumbres hinduístas.
Ni las sendas del Tao con malabaristas
de Sendero y Flor de Loto
ni huele-pegas ni peyoteros
ni santeros ni teosofistas
ni dualistas de fría misericordia
y peladas rodillas
ni absurdos de la Eucaristía
ni papistas de la cruz y el misticismo.
14.
El moral no juega a los dados con los dioses.
Se robó el Arbol del Conocimiento,
fruto por fruto, hoja por hoja.
Para él, la muerte ha muerto.
La vida roba vida, biología sin límite,
juventud eterna, tiempo cósmico.
15.
Los únicos morales que hay sobre la Tierra
con gozo se comen el pan;
con lo indispensablemente necesario
son felices; navegan la mar, no los estanques.
Vuelan a los cielos de infinitos posibles.
Hurtan del amor cada delicia
porque viven desnudos,
desvestidos de anti-civilización.
16.
Los únicos morales son valientes y generosos.
No comulgan con burócratas ni con sabihondos.
No apoyan a gendarmes ni exorcizan con miedo
las sabidas miserias de la desventura cotidiana.
17.
El único moral que hay en la Tierra
controla la esperanza, porque es fuerte,
soberano y empírico; su miseria
no la dicta el más allá
ni la riqueza la espera de holocaustos
de propiciación ni de sibilas ni de pitonisos.
Ni de horóscopos huisce diei
ni de la Heliópolis ni del Vaticano.
18.
Razonar es su única epistemología.
El interés propio, su única ética.
El amor: su única conducta.
La creación, su única misión.
19.
El moral es rival de los parásitos
y en la Tierra de los Violentos no quiere
ni la choza más humilde ni la palmada
de poderosos ni la doncella más espléndida
ni la fama de sus triunfos
ni la aprobación más dichosa.
20.
La moral más alta es feroz:
¡y el estado natural: ser ladrón de su espacio,
controlar el universo, rescatar al amor!
*
Homenaje a la Flor de Loto
A Siva, el Bienhechor y Señor del Tiempo
Tú, alumno caído en el pozo y la echada
ante la gracia amorosa del polo masculino,
siendo yo el Niño y Anciano de los Días,
recibíste mi secreto. El que da y quita soy
y doy lo más indispensable, el Ser y la Energía.
Tú eres mi flor, mi corazón es uno de tus pétalos.
Tu mente es uno de mis tesoros. El alma,
uno de tus encantos. Tú, alumno mío,
no naufragarás en estanques perennes.
Me dividí en dos mitades para quererte más.
Sacrifiqué mi inocencia; te enseñé el lingan-yoni.
Dejé mi casa del Más Allá de Todas las Cosas
y me puse, rumbo al pozo, densificado por tus zozobras.
Fui a sacarte. Te sequé con mis besos. Acudí a tu lado
para enseñarte mi danza, mi erotismo. El misterio.
Te dí a mi amante, Parvati; mis aguas en la visible turbulencia
de las formas feroces. Te mostré mi lengua azul y mis tres ojos.
Te instruí con las potencias fecundantes de la vida, sol y luna.
Que nadie vuelva a decir que no soy visible. Te ofrezco
el Ajna-Chacra, mi tercer ojo y mis manos que todo
lo escarban desde lo más remoto y lo inmanifestado.
Que no vuelvan a decirte que soy amorfo e inextenso.
Formé el espacio de Sadasiva para que habites, la tierra
de Mahadeva, el agua en Uma y el fuego de Bhairava.
Que no vuelva la mentira a reinar como avellanas
en lugar de mi sospecha, que es mi almendro duro.
Hay un deseo que admito como el más precioso:
Que tengas Atman, que intuyas mi Unidad, lo mismo
que a la Madre de las Formas, que sepas
lo que es posible por Bitul autoanulante
y por misericordia. Mi contenido te rebosa.
¡Qué generosa es la Vida que te doy!
En tu seidad, puse la corona de mi dicha,
Kether de mi reposo. Te entregué la danza,
el erotismo, la energía, el calor de mi Aliento.
No digas, no vuelvas a insinuarlo jamás,
que el placer obstaculiza que veas mi rostro
y que la vasija que eres y yo lleno se tapó.
Un día, cualquiera entre mis eternidades,
eché mi respiro de contento y el prana dio vida
a las cosas, y te entregué, con mi desfogue,
la posibilidad de mis muchos caminos,
el Saktipat, entre ellos.
Un día, cualquiera fue entre mis años y edades,
madrugué y aún vencí la noche, amándolas
a todas, sin renunciar a ninguna: mía fue Kali,
la negra más pura, Durga, la guerrera más lúbrica,
mía Laksami, Saraswita, pues todas las vírgenes
son mías, y no hay castidad ni orgullo que no sepan
de mi orgasmo ni lo quieran desde el fondo de sus almas.
Sus pensamientos son los ritmos contractivos de mi perineo.
No hay tristeza postcoital que no muera en mis éxtasis;
no hay mundo humano que no admita mis pulsiones instintivas.
Pequeño crío, alumno del estanque, dos enseñanzas te expongo:
Toda la vida-creación-externo mundo, tu pene y tus timbales son divinos.
Desoye a los que siembran culpas y vergüenzas, oradores
de recato y mojigaterías, fornicarios autodegradados, caprichudos.
Quien niega la continuidad natural del mundo y el placer posible,
me ofende. No lo buscaré en el estaque. Lo dejaré en el pozo
por largo rato. No diré el trecho más seguro para verme, Bodhichitta.
No lo pasearé por los mundos que transitan los bardos tras la muerte.
5-16-1991
*
Para despertar a Leti
a Leti Robles, guerrerense adorable
Leti es un dulce mesón.
Se mece trayendo en sus manos
una copa de prana hasta mi mesa.
Sus pasos cuelgan en la gracia.
Cuando se aleja de mi espacio
yo sé que ella es algo más que la fugaz partícula
(es concreación hadrónica).
Su amor es permanente.
Su presencia inefablemente deseada.
Hágase ella ¡amor humano!
let there it be! Let Leti V-ictoriosa!
Se me antoja más que el mole.
Me gusta que exista su tamal en mis cumbres.
Con ella comeré partículas de encanto.
Beberé en su vía láctea
su lluvia sideral... ¡será mi gozo!
¡Cómo mece sus pezoncillos cuando camina,
chozpa en mi aramio, danza ante mis lebrillos!
Voy al mesón y a mis ojos mece
como puertas de su hostal,
¡me encanta su coquetería!
Hoy me sonrió, misteriosamente,
dio señal de promesa, seguro que me quiere.
Voy a recibirla en ese paraíso todavía secreto
que se llama el Campo de Higgs.
Mi casa es su casa hasta en la incertidumbre.
De mis meseritas favoritas, ella es una:
la más pura, tierna hasta en el rabillo de sus ojos,
graciosa en su nariz, con la cual habla.
Todavía huele a Acapulco,
a vírgenes palmeras, a cocos jamás mordidos,
a senos jamás chupados; pero qué espigada
esa espiga del amor, esa dura masa tan protónica.
2.
Me imagino ya... en la Laguna de Cayuca
(ella dijo que irá conmigo...)
donde su sexo es fauna silvestre,
cómo poblaré sus cielos púbicos con pájaros
que una vez cantan han de multiplicarse;
trinarán encendidos sobre pequeños islotes
y serán el estuario exótico que provea.
De seguro, cada célula de su piel
es húmeda, tersa, fresca, incontaminada.
¡Y qué laguna de tres palos, al penetrarla,
explorándola yo, de esquina a esquina,
con aves de mil especies y colores para soñarla
con empirismo de deleite y acceso mutuo
a los cielos que tenemos tan adentro
cuando amamos, cómplicemente voluntarios,
lúbricos, cochinamente evolutivos!
Con mi rodilla derecha, abriré sus entrepiernas.
Sorprenderé el escozor, su químico lenguaje.
Su tersura amaga con ricos hormigueos
y comunica antipartículas que son amparo
del equilibrio térmico que cruzan intersticios
del espacio al 99.9% de la velocidad de la luz.
¿Qué da estructura al vacío, me pregunto,
cuando elevo mi hadron collider
al agujero y empujo ricamente
hasta los puntos
de sus internas estructuras vaginales?
Con esta niña, sabiduría de mi erotismo,
se maja al amasijo de protones;
se desgranan como avellanas,
duramente golpeadas
(los protones sueltan al quark
y al divino bosón;
los antiprotones surgen
con su olor de shalimar
para mi olfato y mi lengua los cata
como si fueran la vainilla de Papantla
y mis labios se relamen,
desde ahora y para siempre,
como si reclamaran el rictus de una mermelada
de fresa de Clemente Jacques!)
3.
No me interesa Acapulco sin tí.
Aquí me tienes porque estoy contigo.
Tus playas, no son turismo de estampa,
tus playas son para mí, tú, mi palmerita humana,
tu femínea silueta, tus besos húmedos.
¿Qué más esplendente campo que tu cuerpo silvestre?
... ¡tu mestiza tibieza de laguna!
¿Qué tres palos más anhelados que los que son posibles
cuando agarro tu cintura y echo ombligo abajo
tu calcetería de Cannon Mills,
incluyendo las likras spandex de tus bragas
que han cubierto tus muslos para que no sean friolentos,
sino calenticos a mis manos?
¡Ay, me vuelas los ojos y la tapa de los sesos
como si fueras tú mi proton smasher!
Por eso no te voy a despertar.
Viéndote, desarropada sobre el lecho,
hasta que no puedan mis manos contenerse
y tenga revolcados, por giros isotrópicos,
mi vocación de clavadista temerario,
permaneceré un rato más.
Después me lanzaré a los riscos de tu cuerpo,
desde una altura de picacho coralino,
hasta el fondo de la insondable y oceánica
tersura de tu cuerpo!
Madruga a gusto, Leti,
descansa, yo velo; mantrizo,
let there it be! Let Leti V-ictoriosa!
Quiero tu campo de Higgs,
tu espacio más íntimo y sereno.
2-7-1998
*
La raíz
Meditación sobre el primer chakra
Conexión con la tierra es mi raíz.
Desde esa base, sefirot salvaje, me sostendré
como vasija que espera el agua, como torre
o columna vertebral del acueducto místico.
Ahora dáme el tallo, porque chupo lo que puedo
y quiero más de las tierras secas y abatidas.
Uneme al bien de tu mundo estructurado.
Sé bastón adicional para mi cárne.
Añádeme las hojas de la fundación.
Yesod, ven como un vientre a mi reino.
Con tus promesas de hojas estaré seguro,
me conectaré con el sol y el viento.
Mírame, abrazo los árboles que encuentro
en el camino. Estoy lamido por un perro cariñoso,
enternecido por un gato que alimento.
¿A mí, quien me alimentará de hoy en adelante?
3-4-1979
*
Los senos cosmicos
a Catrina Falbo
… si no eres consciente de lo exterior, probablemente
no alcanzarás lo interior: J. Krishnamurti
Para dar santos nombres de japa
a lo que yo llamo dos ricas peras,
dos delanteras iluminaciones,
yo no tengo que ir a la India.
Yo repito: ¡Tetas, tetas, tetas!
el mamtra de tus pechos sin cobertores.
Grabo en mi memoria los conos
con la tersura que yo sospecho
y doy la ventaja a mi garganta
desde antes de evocar
las entidades que han sabido
derramar la galaxia
con leche y miel del Universo.
¿Para qué mirarse el ombligo
en un túnel nirvánico en las frías Himalayas,
si detrás de mi puerta, donde está tu regadera
tienes la T-shirt que te las cubre,
cómplices carcelarias de tus palomas,
pares de japa japa
y por las que yo escribo
su texto en mis labios
y fluyo aliterativamente
hasta que el gozo supremo
eche mi torre abajo?
¡Tetas, tetas, tetas!
Puede que las dualidades de tu pechuga
primorosa no estén disponibles
para mi espacio-temporalidad,
aquí y ahora... ¡maldita sea!
porque hay tela encubridora
cuando no tienes que bañarte,
conspiración de corpiños.
¡Pero no importa!
Continuaré el modesto ritual
hasta que seas mi vecina favorita.
Y no necesitaré dar santo nombre
a tus chichihualli que, divinamente dicho,
son dos tetas maravillosas.
Uno mete el ojo por la cerradura.
Agujera su anhelo insólito de milagros.
Asalta el techo, se descalabra
en volúmenes de esperanza,
pero sólo a tí, japa ninfática, fiat, el hágase,
ahí te voy, sáciate, mirón,
cuando asesinas el brassier en los pasillos
y exprimes dos fantasmas en mi boca.
Cada vez que te veo, ¡mantrizo!
y tú lo sabes; me preparo para santificar
el delicioso instante en que desnudas
tu torso para ir a la cama.
Con mis ojos, he descorrido la luz
y robado lava de tus volcanes
para que tus japa japa madruguen
entonces, friolentos
de aliento y mordiscos.
2-5-1984
*
Meditación sobre el deleite
A Hazel
Disfrutaré el sabor de tu fruta, Tiphareth.
Anheloso estoy por tu abrazo. Cálida y sensual
te sospecho, porque ví tu hermosura
debajo del vestido. Disfruté tu aroma.
¡Oh, dulce beso de la vida!
donde quiera que te imagino, sin perseguirte,
te encuentro, me detienes, me invitas
a quedar, a reposar en tus senos.
¡Oh, dulce beso de la vida, me tienes
apresado por la espalda, pusíste una argolla
en medio de mi ombligo, estoy agradecido
de tenerte y es innecesario ya desear algo más!
En tí, todo lo tengo. La amargura ha muerto.
Tengo la belleza apetecida, tu devoción, Tiphareth.
El poder de activarme en alegría y comerte
por deleite, cada noche, y arrobarme en tu belleza
cuando me despiertas y pides tan poco: un poema,
una canción, un momento exquisito de horizonte.
(De mi primer poemario adolescente en los años ’70)
*
Justo encima del ombligo
Meditación sobre el tercer chakra
Allí estaba, casi a mitad de mi tallo,
Tu mundo, Geburah, y tu vasija de cuello largo
(abajo / arriba / fuera / aguas turbulentas,
estanques oscuros, tal vez abismos,
qué sé yo) y un cazador de simios y serpientes.
La victoria es tan difícil desde aquí.
El testigo se va aparentemente.
Ese que sabe ver el Todo, activamente,
con las rajas de cálida alegría y apasionado ímpetu.
El testigo veedor con energía que salva,
con sattvas de armonía; ese tranquilo Budhi,
justo encima del ombligo se detiene,
y nos deja en la presencia de seres residuales,
fementidos, traidores, ventajosos.
Con burócratas, ideólogos huecos de Chesed,
árbitros de rutinas, cantores de fatalismo,
merolicos de órdenes rígidos, botelleros de vasijas
de cuello largo, cazadores homicidas, encantadores
de cobras y de jivas, me hallé. Y eran las GUNAS
del Estanque, eran los fantasmas de mí mismo.
… porque desde aquí, justo encima del ombligo,
fue que hablaron los demonios del ahamkara
para hundir sus puñales y herirte,
aquí caíste, kármico y doliente.
Aquí se marcaron los samskaras,
aquí la energía esquilmada,
la sangre que no coagula,
tu cicatriz abierta, aquí cautivo
fuíste de los cazadores, mordido
fuíste por las cobras venenosas.
Aquí has de vencer la TAMA
de las memorias descuidadas,
temerosas, resistentes.
3-11-1992
*
Romance de Corinna Hartney
Corinna Harney se divierte
con la pólvora china.
Sabe cómo Gengis Khan
formó su imperio mongólico.
Cuando ella se tendió sobre mi cuerpo,
aplastó el califato islámico.
Dejó las páginas en llamas.
Todos mis textos se cubrieron
con los escombros de Bagdad.
Sentí el abismo entre Roma y Oriente.
Todavía los pentagramas de Arezzo
cantaban marcialmente
y Boecio en la cárcel bordaba
su mortaja de consolaciones
Por mutua cuenta, fue que ella y yo
firmamos la Carta Magna:
hacemos la democracia desde 1215.
Con el puro deleite de sus ojos,
reliquias irlandesas,
y su maciza silueta, sirena del desierto,
me convenció de que haga anandas
con el Uno y estimule su lalalana.
¡Qué sinceridad al poner
las cartas bocarriba!
Siempre me observa embriagado
de una culpa nata y por eso
me desafía con más amor que a nadie
por una terapia de muslos oceánicos
y boquita de pez sobre las Torres del Ovatio.
Cuando seca está la lengua del espíritu,
me pongo a rasurar el bello púbis de Sión...
¡pero, claro, es porque en sus piernas,
en sus magníficos cimientos de rodillas,
me cobijo y echo unas clavadas en seco
al fondo de las charcas de Urano,
y ella es la bienvenida
del cariño en mis costillas!
Ella es la mujer que yo ubico
bajo nevadas de cáctus.
Sus nalgas son tan cálidas
que no dudo que estoy
bajo las ruletas de neón de los casinos
y que mi ofertorio está lleno de vellos
y mis sombras llenas de barbas
y con largas orejas de burro.
¡Azazel en el desierto
y Peniel sobre la cama!
Sileno no se enmascara.
Para encontrarse conmigo,
Koré-Inna viajó muchas millas
en su Lexus SC 300 '92.
Recobraríamos la Tierra Santa.
Así que esparcí mis rodillas
sobre la arena, trayecto
hacia una colcha mágica.
Frotamos lámparas de anhelos.
Ella fue, derechita, a abrir la cremallera
y con gesto noruego, conquistó
a los bretones antes que Marco Polo
saliera de Venecia.
Para que yo fuese el cautivo
de sus glotonerías, me embriagó
su boca, sin esfuerzo.
Su saliva roja fue amrita.
Luego, en Las Vegas, se quitó
todo, hasta las últimas vírgulas.
Se evaporó de prendas.
Ocupó mi sangre.
Me invadió bien prendida.
De lo que fue su escote
salieron dos palomas;
pero no dos harpagones,
enjutos y descoloridos
que son cosas del otro jueves.
¡Estoy hablando en serio
de la Summa Theologica!
es decir, dos dogmas infalibles que,
después de chupadas
cual ejemplares tetas, se multiplicaron
las feligresías y los castillos
y los encuentros del Medioevo
con la Gloria Shekinah.
Corinna Harney es tan hermosa
del busto a los talones,
de la obviedad a lo insólito,
que Diana no permite que sea sacrificada.
Se la llevó a la Táuride, como a Ifigenia,
para que sea Playmate of the Year,
causa caussorum y emblema estético
con botas vaqueras,
medias de malla,
tangas, sedas vaporosas,
fino lingerie, fragancia Savage...
Corinna baila butt
como ninfa cherokee y escapa
por rumbos de siringa y cabras,
sirena del desierto, poetisa que oye,
carrizo acuático que canta,
ojos grises que sueñan,
azules caprichos de órbitas y estrellas,
que son la pirotecnia, la China misteriosa
hecha petardos, cielo descuartizado
bajo tierra de santos jinas que huyen del Nirvana.
En fin, ella y yo somos poetas.
Escribimos con el polvo sideral.
La entiendo cuando dice:
¡Comenzaré a lamer de tu estrofa!
Y demás está decir, que es océanica.
La noche que llegó fue Luna llena.
Según observé por la ventana,
el sol copernicano nucleó el universo
de la cama; pero yo consulté
el calendario, a puro beso,
succioné el mantram, a la antigua:
¡man menos mens mana!
Sin sayal de penitente, pedí
a la wahine el huevo del mundo,
totalidad de continuum, cosecha de magia
... y todo se redujo al julepe espasmódico
y la sílaba, el remezón del clotis,
el bocado que me llenó de pelos el alma
Ite missa est, sácate al coño.
¡Es que fue la mamada del siglo,
no cosa del otro jueves!
Te voy a entregar el pragmatismo,
dije a Corinna, es decir, a la ninfa.
Tiene veinte años, Lexus SC 300,
y ella se modela como agasajo óptico,
pues tiene la bendición de Diana
y la codicia de Orestes.
Ella busca su príncipe dormido
y susurra con labios
que han hecho pajas
al imperio maya:
¡Despierta!
No quiere que despierte
el que no es poeta.
Pero coge y lame
como apache apañera,
tupí y caraiba,
cuando gatea en sus cruzadas
para rescatar la Tierra Santa.
Maquiavelo está despierto.
El sol guerrero no duerme.
Codicia esas caderas explosivas
que harían de la ternura un berenjenal
y no digamos esas vasijas de Nut
sin cobertores que gozo en la tala,
a raya, chupa que chupa,
sin que se pida temperancia filantrópica,
o mínima intervención estatal
si de mostrar the topless phenomena se trata.
Tits without misery!
Al final, yo afilo la realpolitik
antes que Falopio describa los condones
y Ponce de León descubra La Florida.
Y ella en la boca recibe el obelisco
y yo en los dientes la raja pegajosa.
Corinna sabe su trabajo
y no compra indulgencias de los Fugger.
Conmigo muere, extractora del jugo
de mi texto vertical tan prometido:
lava a lengüetazos el telescopio
sobre cristales de deseo muy diamantinos,
duras arterias de dicha, profunda certeza
de pasiones. Hosi-a-nna, sálvame la lalalana...
El lenguaje nace del ritmo.
Tañemos címbalos y nos cimbramos.
Panderetas y nos pandeamos.
Chingamos ya en Singapur
y nos cingamos, sonajeros a toda matraca.
¡Corinna sí que sabe de lenguaje!
Cuando pegó 95 tesis encima de mi estómago,
en 1517, con saltos y agazapadas, su protesta
se llamó la Gran Reforma, propuso
su propia novedad de izar el ano en aras
de metáforas in situ, aquí en los muelles
de la folla blanda y la nalgatomía.
Y logrado el acomodo, se lubricó de unción
y como mula de tiro, recibió Su Padrenuestro.
Después navegó sobre mi ombligo
leyéndome la Dieta de Constanza.
Yo regresé al Puerto de Palos
por provisiones de huelva, ovas
o como se diga...
no por otra cosa, capear sus temporales
y cotejar el axis mundi antes de largarla
con un palo de mesana
por la candonga triangular llena de rizos.
De tortas como éstas, descúbrase América.
Sírvase el Africa. Dóblese la pólvora mojada.
Corinna sí sabe galopar sobre las olas.
Echó su vela carajada a cruz y vera
y del botalón hizo su festín de samskaras
para mi cama de agua.
Cosa no fue del otro jueves
que el Obispo Waldeck
rechazara los suspiros de Münster,
los versos tántricos,
el hambre poligámica,
il fellatio, seminen in ore,
il anus impregnatus,
y la boca de Corinna en mis escrotos sálmicos
colgantes bajo el Arco de Triunfo.
Y también su jardín de la gracia,
con hespérides y nabos,
y Lutero de ojandra, mirón y puñetero.
A todos desafía para que se disuelvan
en las páginas de textos incomunicados.
En cambio, yo propuse
volteándola de tirón ante el pasado:
¡el motín de La Bastilla!
tomar por asalto su trasero,
túrgidas curvaturas que Gèricault
no ha pintado todavía,
pero que, si por la rampa
al por mayor en lamidas permito,
truenos de Anu profetizan
la Venida de volada y la ira del Magnífico
... hossi-a-nna, sálvese quien pueda,
cosa no es del otro jueves.
Ahora me aferro al cosmos escindido
de su nalgatorio porque escribo
sobre el futuro y el amor.
Si yo fuera Mirabeau, mudaría
Versalles a París,
redeclarando los Derechos del Hombre
sobre esas tapias de tersura
que se llama el pedorrón del Terror.
¡Váyase al diablo ilusionismo,
Delendas est Cartago y los discursos catonianos
en versión jacobina, hordas de canallas
tan cortezes, tan pizarros, napoleónicos,
tan generalísimos, tan francos, tan pinochetiles!
A merced de sus caderas, soy cautivo
de sus movimientos audaces y maravillosos.
Sus muslos son pilares del décimo universo.
Y para escribir el grand finale,
la ida y la venida, ultimamos
la jodienda astral bajo ese túnel
que se abre en Las Vegas,
zona rosa de piel que son las nalgas,
tus nalgas, bailadora de butt, Corinna.
Estoy hablando en serio
de la Summa Theologica
cuando meto mis güevos bajo su rabadilla
en aras de la gloria shekinah
y leo de sus poros la Historia,
oliéndole las gracias,
colocándola in supina positionis
para mirar sobre sus hombros
clavándola tras sí
hasta que la poesía nos diga
¡placer, nunca te vayas,
amor házte placer
hasta que el cuerpo
aguante y el divino
joder se repita!
4-12-1992
(Publicado en Tertulia de Mizar, Núm. 626-626,
22 y 23 de mayo del 2000 y SerPoeta.com,
el 4 de Mayo del 2005 )
*
Unión-Yuj
Cuando fui un yo,
seco como espiguillo
y no había mordido
ni a la rama ni a la estrella,
cuando no había visto una sola cascada,
puñado de la mar,
ni a Maia, ni a Isis ni a Cibeles,
¿quién había que lamiera mis costillas
y dibujara sus besos,
o me uñara tiernamente mi dedo gordo,
el izquierdo pie?
¡Nadie!
Mi sede existenciaria,
mi piel de Visnú, ¿por qué estuvo vacía?
¡Entonces, llegaste!
te acostate sobre la estera
de mi corteza sensorial, abríste mi tálamo
y, desde ese instante, yo pujo
y tú pujas y me adoras
y el rico manantial de Varanasi
como Ganges en puntillas
fluye, de las Himalayas a Calcuta,
y me ofrezco a las manos, como triada.
Del cerebro y sus flamas sinápticas de Maya
al éter cósmico del Uno,
sensorium Dei,
sacerdotal como fuego viril,
que canta a la yoni, Dyada,
por tí, para tí, nos unimos.
(Publicado en La Blinda Rosada,
25 de septiembre del 2000, y Adamar, España)
*
Del shakta a su deidad
Me gustaría que hubiera un dios
que tenga mis dos manos y me abrazara
dulcemente como amigo.
Que no se espantara si dijera
que mi vida depende de esas manos
porque yo labro la tierra
y bendigo mi espíritu.
¡Sí! me gustaría que se sentara
en el llano y mirara mi domdi y mi chandali.
(Le prestaría mis ojos, si es fuere necesario).
Le calmaría la sed en el río que fluye por las navas.
En el fondo está mi casa
a la distancia. Y mi mujer adentro,
cocinando. Mi nariz informa que guisa.
Será cabrito, o mole de olla.
¡No sé! Le llevaría conmigo.
¡Que no sea la última cena!
Con mis sinceros labios digo:
¡Será un honor que sea mi convidado!
*
Lila / danza / entre las gopis
a Mercedes Carreño
Curiosa campesina, tentadora,
Semele bailadora, caderita, ciclo
de chulos ojos y delicia, thalía
con las mercedes, pródiga,
niña de los pechos tan sonrientes,
pupilas das, feroces en penumbra,
vergara de las lunas tan carreñas,
promesa tan caleña, sophía,
colombiana del mundo de lo bello,
trevi con las piernas exquisitas
sobre los montes reales del lenguaje,
Dioniso evoluciona por quererte.
Apolo se hace carne por mirarte.
Tu montenegro es un pilar
de orden y mandalas y el mito, una memoria
de clamores. El nuevo sacerdocio se trasciende.
¡Aquí! soy el custodio de la palabra cimera
que rompe el puente del pasado; avanza
desde el ombligo, abriendo manipuras
hasta alcanzar tu inocencia entre las lunas.
Contra la tiranía del mundo medieval
fundo juglares, el imperio óptico y sonoro,
sensualista! Vamos a la gran dicha,
a la nairatmia y a la mahasukha.
*
El proceso femenino
1. Niñez
Hay mujeres con rostros infantiles.
¡Que nunca envejecen!
Son como chavas, como niños sin sexo,
golfiñas ariscas, juguetonas, risueñas
con huesos ágiles y originales ímpetus.
Y sus ojos, sus ojos
son faroles con llamas que en la mirada
se encienden vivamente
y con los gestos florecen.
En sus rostros,
incansablemente dulces y gentiles,
se ilumina la chispa del espejo interior,
el ángel femenino, la mujer encarnada.
Hay mujeres sin malicia,
sin sucio en las pupilas,
sin agresión que a sus labios tuerza
con el asomo absurdo de cualquier palabra.
De la infancia son las caritas permanentes,
la doncellez que se asoma, tan callada,
para el gozo de una primavera que perdura
y así quedarse, a flote en ella, para siempre.
¡Qué semblantes sin años,
sin tristezas de arrugas, sin hurañez amarga!
Tersas, limpias, melódicas
en la piel del espíritu
como ninfas que cantan, musas
al pie del Helicón más cotidiano.
Y sus ojos, sus ojos
así miran, así conquistan aún más,
así se comunican, así descansan
cuando llega el día del dolor,
la noche con empeño de obstruir
al amor inmarcesible.
2. Adolescencia
Hay amores que avanzan con paso
de nubes claras o manantiales cristalinos.
Amores que no son exactamente cielos,
pero entregan el alba.
Que no son agua.
Ni exactamente nimbos, pero se elevan
como cirros a las esferas altas
y refrescan los hondos abismos de la carne.
Del hombre.
Son mujeres gentiles.
Eso tan sólo son:
la presencia de la brisa que refresca
en figura de cuerpo femenino.
Se materializan.
Semillas son de estrellas en lo oscuro.
Se entregan como consciencias
en calma que descienden,
¡pero cuán altas habitan y cuán adecuadas
son sus sombras para el calor del mundo!
Y sus ojos, sus ojos
son faroles y llamas en la negrez hostil
y vive el corazón varonil,
por su femínea luz, encendido.
3. Adultez
Hay mujeres que son versos vivientes:
el ritmo que camina, descalzo,
la música que se forja con palabras,
la bandera de la sensibilidad que conspira
para volverse más amor y más ternura.
La mujer se vuelve hembra de tal modo,
moza con anhelo de mitosis / maithuna
y se escinde en la maña señera
de la virtud que juega y bendice.
La mujer, su soledad divide en dos
por ser, de su hombre, compañera...
y, entonces, anda con el talle vertical
del árbol, cósmico geotropismo,
y su vientre horizontal se acuesta
lleno de curvas, ninfíco de caderas,
húmedo en las raíces
y toda ella canta para el tálamo
con el furor de las savias / tattva uttama
que chupa de la tierra
y, en dúo de complicidad regocijada
con el gameto, engendra al canto
(la apertura de Anahata, se abre a plenitud
de vida, tan digna en vibraciones ganglionares,
efectiva desde el timo).
y es madre de poesía ctónica,
subterránea, paraganglionadora, cardíaca.
y sigue en colectiva humanidad
con sus hermanas.
4. Madurez
Hay mujeres que son
evolución y síntesis
y, por tanto, futuro,
utopía cumplida y realizada.
Niñas son para el niño.
Tiernas son para el adolescente.
Adultas son para el varón que escucha.
Sabias son para el viejo que aprende.
Benditas son en la muerte que clama.
Y son madres todavía para el que,
a filo de espada, muere,
o a para el que en pena yace
o, en enfermedad, padece...
y, para todos, puja la esperanza
en su parto final
que es piedad y consuelo.
Y sus ojos, sus ojos
todo lo lloran, cuando no lo comprenden,
y aún todo lo sanan
cuando es triste y agónico
y lo olvidan y perdonan
cuando es infame, envilecente.
Pero no aprende el hombre necio a redimirse
y no sabe llorar cuando ella llora y crece.
5. Desencarnamiento
Cuando se van de la carne, son mujeres sencillas
y lo mejor del silencio.
Y las netamente virtuosas y diáfanas mueren
después que, con hechos inconfundibles,
todo han declarado y su ternura
ha reconfortado en vida a los ánimos vecinos
sin sacrificio, suyo o ajeno. Al fin descansan.
Son las que, al morir, se vuelven mariposas,
el talismán de alas, la abraxa mística.
que no es tal, en rigor,
como no es nube ni arroyuelo cristalino
ni paloma ni secreto indecible...
Es la mujer real,
costilla celular de mitocondria,
aposento idóneo, el sábado encarnado
de una canción que hoy es
el recuerdo que canta
y que, en la carne,
conmueve todavía...
Y sus ojos, sus ojos
son inolvidables, tan dulces
como el ayer más tierno,
tan cautivantes como el amor primaveral
que, en mayo, hace a la flor más flor
y más ave al pajarillo que se posa en la rama
y a la lluvia, llovizna
deseada para la tierra seca,
vendaval de luz, irisdicencia del ángel
que, en la zarza ardiente del monte humano,
al árbol de amor conecta a su alma.
6. Síntesis Cósmica
Hay mujeres que son la eternidad:
cosecha concreta de la heroica metáfora,
el orgullo del ser,
pulcros cuerpos que ocupan pulcras almas,
feminidad en la piel glorificada,
la alegría del infinito
en desnudeces suaves,
los ángeles eróticos sin alas.
Estas habitantes de la tierra,
nada esconden.
Son transparentes, siendo celulares.
Son luz, aunque vivan en lo oscuro.
Son la historia que se corrige sin recelos,
lo más inocuo del Caer,
lo menos turbio.
Y sus ojos, sus ojos
sonríen, desde sí, porque son inocentes
y nada, sino luz, guardan bajo sus párpados.
Y así miran, así conquistan aún más,
se comunican, así descansan
para entregar el séptimo día
en el Shekinah del sexo femenino.
(7.)
(La séptima sección de este poema es mi silencio.
Un homenaje que mi voz no expresará, no sabe cómo.
Sólo la mujer puede develar esta dicha, su Bhakti).
*
Ante un tatuaje
Dentro del corazón están todas las cosas:
la riqueza soñada, la cosecha infinita,
la ciudad de doce puertas hormonales,
la Sión descendida con luz del sol humano
en el árbol del cuerpo y en la piel de la dicha.
Por ésto tienen prisa de belleza
los que saben cargarse de razones
para hallar en su núcleo
su leptón de fondo,
su verdad de quarkonio.
Otros, ni esperan.
¡Los más tontos!
Se dan el revolcón con la fatiga,
pero, en caducidad de símbolos,
cosiendo en balde y poniendo el hilo,
y entran por ventanas redondas
al corazón en vilo, a la piel de salagón,
a las blandas texturas de la biología,
y se pintan solos y se visten de salamandra
y camuflaje (en tu nombre, corazón)
y se leen en colores y figuras
sus falsos sueños y caprichos.
El tatuaje es un mero simulacro.
Es una llaga de linfa: el agua dulce y fluyente
de Zaza, detenida entre alcorques y represas,
lejos de las Alturas de Banao, el sanctus spiritu
mirándose en las láminas de tinta, la charca
de Rorschach, con ave zonza en abrojos, sin nido.
El yantra verdadero no se pinta.
Es el cuerpo hechizado en los tres mundos.
Traillokya Mohana.
4-9-1982
*
Fisiología de la excitación
Esa mujer con faldas de hidroxilasa,
wow! es azote de MAO
y enzima o abajo de ajena tirosina,
es maravillosa,
se circula, se tiende
y debe lamerse como al caramelo,
degustada por su chocolatina,
y oler a queso, después de ser mordida.
La mina tiene que licuarse como sangre,
beberse caliente para que sea nuestro aliento,
formar las sílabas: te-a-mo,
porque se palpa, conjugada
me anima, la quiero.
La mina que sea el oro del riachuelo,
la ninfa de las trenzas desatadas.
Que la recoja en el ensueño
el Pastor que exprime las palabras
cuando busca al ser más ovulante,
chapoteado en la cera del humus, su adjetivo,
que sea, para mí, la que navega
entre sustancias transmisoras,
tesoro que nos determina
al ser dopaminante.
Quien chapotea en medio de torrentes,
exprima el húmedo adverbio, haga pronombres
y prodigios, sintáxis milagrosas
y diga MINA y será TONINA
y miel anhelada
y ansias de triptofán
y abajo, pantaletas, ya que enzima
fue y encima estuvo
y como tal se comparte,
como fue encima, ¡ah, MAO!
espiga y hoz del encanto
más neuromodulatorio…
Me has llevado al tálamo del benzo,
me has sumido el espinazo,
has gritado en gathas
al lingam y a los cupidines
y el horizonte de mis ojos tiene alas serpentinas
que han sembrado tus dientes y tus besos.
La mina dopa el ansia
y no hay pena que no quite cuando Gaba
se abre como yoni
y es la mina dopante que galopa.
¡Qué jocunda sobre el pecho,
qué alivio, si se afloja, si descansa,
qué placer, benzo-mudo, si reduce la penuria
del opiato, y se mece en el más dulce vaivén oscilatorio!
La mina es mi alegría, cada encuentro inhibitorio,
la emerge de las aguas, oh, qué ninfa sesuda,
cuando canta, porque versa las memorias
con sus labios y, con sus piernas ontológicas,
mi atención abre al soluto,
y yo penetro en la morfología más plena
de sus gozos y ella conmigo es mina
y con ella, me dopo...
(En Tertulia de Mizar, Núm. 705, 6 de agosto
del 2000 y Mondo de Kronhela, Argentina)
*
El gozo
Ir es mover el infinito.
Si va(s), la grandeza es sublime,
vibra con la delicia, no con la detención.
En el carapacho, no escondas tus ojos.
La sustancia, sin raíz, carece de luz.
Hijo del Eter, refulge como Jñani.
Entra a la belleza del oculto quark.
Si va(s), anticipa el placer con gozo eterno
y grita el OM. Deja el tartancho
en el lagar de la mudez
porque el tiempo del mudo
no tiene tambor.
El gozo es siempre ir
y perdurar en la silva del ser
con continuada paz.
Ir es latir con vocación gozosa
de canción por la eternidad.
9-16-1990
*
La cerradura / bandha
A Maruxa, madre de mi hija
Love, the first seed of the soul: Rig Veda X, 179
Traigo la llave para entrar en Tí.
Apertura de Shakti, gozos lícuos, solidez cálida,
el maharaga prometido porque tú me enamoras.
La llave hacia tu interior está conmigo.
Fuera nada quedará que sea valioso
(para que tú lo tengas y en mí lo santifiques).
Todo lo llevo a tí. Lo que fluya hacia afuera
no lo necesitamos. Que sean residuos,
cascarones, ilusiones innecesarias. La Maya.
Mi corazón está latiendo felizmente.
Subió a la cuarta dimensión de tu energía.
Ahora, desde el esplendor, me convocas:
«Seamos Uno, no descargas vitales,
de seres separados, divididos, cortados
de la Unidad en el Todo», me declaras.
Desde el rumor de los óleos vitales del contento,
ya no descanso, oigo que gimes, imagino
que detrás, a tus espaldas, estoy, como una cucharita
que se pegó a tus nalgas, yonipujándote.
Pero es tu rostro, lo que quiero abrir
dentro de mi Alma, tu presencia divina,
tu sonrisa en mis ojos. Oh!, ve con los míos.
La puerta es un velo entre vedijas
que se parecen al musgo y un sol interior espió
por resquicios (de tus cerraduras). Vio tus mecidas.
En entreabiertas fases de tus masturbaciones,
me esperas. ¿Cuándo accederás a llevarme
a tu morada? Sin sentir tu llamado, temo.
2.
La mujer dijo al fin su ontología, su rica esencia
de Ojas sobre el lecho: hoy, dijo Shakti:
«Entra si puedes. Acciónate, hijo del Origen,
Ladrón del Mulhadara». Oyó mi corazón
como un osado ligón, sin llave y sin cautela.
Fue una noche distinta. Había ritmos cósmicos
de luna y se borró la vía hacia el valle del lamento.
Ella bebía Vijaya y yo pinté una medialuna
en medio de mi frente. Me aromé con sándalo.
Y la puerta dijo: «Pasa» y el falo se asomó
a la cerradura y besó la vulva hinchada.
Ella estaba tendida, esperándome.
Y era la primera vez que me esperaba.
8-10-1983
*
¡Sál de mí!
Sal de mí, ira congelada,
invoca tu cambio.
Explaya tu amargura.
No te cristalices, pedazo de modorra;
no crezcas como arruga,
basura de lo viejo.
Sin tí, no sé que estoy en pos de novedades,
echando lo gris abajo, renovando mis sueños
con un utópico tambor de adrenalina.
Díme que estoy vivo, aunque azotes.
Demanda, corazón, con rojos labios
y nervios que dejen atrás los vientos.
9-16-1990
*
Ha nacido esta lujuria gratamente
Antes de que llegaras
yo era un loco de verano.
Un chiflado mataperro con mis días.
Vivía por estas playas
(que parecen tan simples:
sol y arena, agua y caminos)
y, de súbito, cayó del más alto nidajo
de la palma, el melón lactoso,
tu presencia y me llevaste
a la mejana de la fuente:
la sensación, Tu Carne.
Para los hechos singulares
(que yo dí por creídos, asentados
virtuosamente verdaderos)
buscaste las segundas intenciones,
la oscura gramaticalidad,
el sendero verificador de desviaciones.
Golpeaste el idealismo subjetivo
sin piedad, estremeciéndome
e hicíste del espíritu de Berkeley
una masa apestosa de mabinga
por la que siento lástima.
Despojaste al paisaje de sus bragas.
Todo ultrajaste con asco y placer.
Díste propiedades caprichosas
a lo que vestido estuvo
de inmaterialismo;
calidades sustanciales
a lo que había inmanifestado
y vírgen en mi mirada,
pero vedado a mi tacto.
Por eso ha nacido esta lujuria
gratamente, pero me duele ir a imitarla
y ejercer songa. Ha tomado tiempo
tener tu sangre fría.
Bajo el sol de mi islilla
fui tonto y piadoso,
imperaba una inocencia
que no comprenderías;
pero sin esta experiencia a posteriori
de quererte, Melpómene,
todo sería tautológico y arcaico
bajo el sol y mis días.
6-7-1989
*
Alegrémonos
a Radharani, consorte eterna y dadora de placer
Alegrémonos, sin embargo.
El lenguaje nos recobra como a peces
y nos fluye hacia las flautas y guitarras
y nos da burbujeantes pianolas
como dientes y viva delicia
entre las algas y las conchas.
Cristalizada en lago de símbolos
como diamante que sale de la forja
de Vulcano, será la piedra bruta,
la que hoy es palabra estéril,
seca y cotidiana.
2.
Como sangre que sustancia en sí
toda atracción y espacio,
fluído de cada energía,
restablecedora de vida y belleza,
lavadora del vestido que se abre
y no encubre al apetito
que desnuda su empatía,
serán los prados del lenguaje
y las hembras donde se viva el hombre.
3.
Lavémonos para el día de la Totalidad,
ha dicho el Nabî, que la música amanezca
con cantos en los labios de las vírgenes
de Pafos, propone el Kalû.
Sumerjamos los pies en las aguas
del aditon y las grutas de Calcas y Cleros
para que comiencen las cifras luminosas
con sonora expresión de nuevas voces.
*
Kalû
El Kalû trepida lenta y misteriosamente
y sube a las alturas de los árboles
sin pretender existirse y publicarse
más allá de la esencia de las cosas.
Ni será tránsfuga de la escena y el tiempo
que define la mera ontología entitativa
de otros seres ni fantasma del ay, doloroso
que vive siendo sin ser-todo-lo-sido.
Cuando el bagaje de nadie se objetiva,
interino en las expectativas, el Nabî canta
y ahí-es... hecho canción de cuna,
beso y cuidado de la Tierra Madre,
seno mártir y hacendoso,
dulce e infinito;
ahí estuvo su poema,
maternal arrullo,
escribiéndose en despedida
porque el Ser va cerrando
sus años de epistemología
al llegar la pubertad de la palabra.
7-17-1992
*
Los sátiros
¡No huyan, son gnomos,
migajitas del Pan todo inclusivo,
no corran, son silfos, no teman
de estas coquetas apariencias del deseo,
no eludan su presencia
porque tiemble la tierra,
o se agiten las aguas!
Son íncubos para el amor y el sueño.
Son larvas de atracción.
Son kóbolos.
Son sátiros.
Son amor del cosmos,
sinagogas del proceso natural
de la masa y el fuego.
2-5-1989
*
Prisa
¡Qué violenta y golosa es la tierra que conozco
por causa de esta prisa, de los pies a la boca!
Yo voy donde me llevan sus palabras
que brincan a los vientos,
de norte a sur,
de meridiano en meridiano.
Esta gloria de caverna me devuelve
la gruta del salvaje,
el río de las muchachas atroces
que tienen azadas en las voces y pájaros
en la náusea de sus vientres.
El sol y la negrura están pariendo
y de la mano y las rodillas
se raja el ferroníquel
y el gneis dispara más palabras
que las que jamás se hablaran.
La gravedad me arrastra consigo
hasta el colmo de un dios escarabajo
para que se abra este corazón desde lo oscuro
como una granada iluminada
allí donde hubo pausa
y el porvenir no era destino.
Abril, 1997
(En La Blinda Rosada,
27 de noviembre del 2000)
*
Vâyu
La materia sutil incluye a las bellas canciones,
la poesía, la filosofía, etc.: Swami Prabhupada
Un objeto halló su amor concreto
y vibra y chifla y retoza.
El aire se condensa, se esparce
y a todas partes sus ondas llevan la alegría.
Tan lejos el tañido de campana,
el címbalo del verso, avanza
(700 millas por hora)
que los senderos se extienden
por el pedazo más dulce del tañido:
¡el regocijo!
11-9-1981
*
Parte 2
La creación del mundo / Nirmankaya
***
Axona
Tu corazón es una axona
en aras de latido, canal
que me navega como góndola.
Tu cuerpo es pez que canta proteínas.
En los fondos extracelulares de mis ojos
escarbas, preguntas, te detienes.
Sobre filo de navaja voy, admitido,
tal como me enseña tu ser que orbita:
apetente, solícito, fascinado
por las huellas que dejaran tus sustancias.
Brasa de hornilla, el sodio de carga positiva,
tus iones de potasio, la sal sabrosa de tu vida.
Apertrechado en tus membranas potenciales,
toco las puertas, sin saber que llegaste,
te invoco con nombres latinos...
¡Kalium, natrium! ... te gritan
iones de esta orilla, relámpagos
que son espejos de tu tersura.
Nuestra pasión se vuelve electrostática,
danza que empuja el sodio
hasta deliquios, dentro y fuera,
sobre colchas de piel en primavera.
¡Como es la sal de hembra
que por amor está formada!
¡Y una axona resume nuestro temblor de gozo,
tentación de huesos, paroxismo en llamas!
¡Cuán pequeña eres que en mis pupilas
te detienes y en el centro de tus mitocondrias
quepo y me bastas, me transportas, me redimes!
*
Me gusta cómo te mueves (1)
Me gusta cómo te mueves.
Excitas al tálamo.
Lo vuelves un chincual
sobre la superficie del colchón.
Y las hormigas rojas, pequeñas y malignas,
que son tu ahí
se engendraron, multiplicándose.
¡Ahora son mías como escozores!
Un día que tu cola raspó el córtex
aparecieron con los besos y las noches.
Tu cola muerde y se retira, ponzoñosa.
De las esporas asexuadas
verificas el punto fijo.
Lo calas donde más duele, te hundes.
Y revientas tu ademán de cumiche
sin que nada prometas al niño
con esperanza de sol,
que no tiene aguijón, como tú.
Más negra no ha de ser,
la compresión infinita;
te decaes porque el alma
de tu joroba volcánica huye
y el aliento tan ígeneo y tuyo
es el puñal que visita las collejas
y el débil nervio
de las flores animales,
mi jardín, mis valles, mis cayos.
¡Pero me gusta que seas curro y majo!
y con el sarape de Tlaxcala,
surtido en tí sobre los hombros,
te enaltezco
como si fueran necesarios dos paraboides
en el Este y el Oeste
de tus cumbres ligeras, libres,
como manos de Céfiro.
9-15-1990
*
Me gusta cómo te mueves... (2)
¡Me gusta cómo te mueves,
pajarraco, y cómo engendras
la hipérbola con magnitud dinámica!
La acción de tu amor, así descrita.
¡Cómo giras, me gusta,
con un punto de contacto en mí,
insinuándote a la cochambre de mi calle!
Tú, colocado arriba, esfera;
yo, de tronco, angulado,
sección de tus puños cerrados
cuando abro mis manos de vegetal,
sediento;
tú, arriba, paraboloide;
yo abajo, vasija de cucho,
receptiva al estiércol sublime
de tus rotaciones;
tú, en la Constante de Plank,
enojado por el valor mínimo
de las secciones que intersecas;
pero aún feroz, echando madres
de bariogénica energía por los bofes,
metido hasta las trencas en orgasmo.
Yo, en curva para esquivar la pena
de que te irás hacia los mismos confines
por donde llegaste.
Te esperan otros cuerpos celestes.
Tú, en chifla
porque existe la elipse;
yo, cundango,
porque existe la espora
y el virus, la bacteria, líquenes
de bragas azules y verdosas,
y un mar que nos separa
y un cielo arrebolado de piedras
que golpean las espaldas
de mi mundo; en fin, mi geografía
que no te pertenece.
9-15-1990
*
Siva
Sí va, él no se queda.
El tiempo pasa ejemplarmente
y el sol, con sus eclipses, se comparte.
¿Cómo no ir? si ella a cada instante
es llama, grito de aliento,
hornilla de los tapas.
A verla va, a oirla se apresura.
Siva el alto cuello eleva
porque tres ojos tiene y mira
y diez manos para asirla y palparla
como sátiro, olfateándola
con gusto de fleroma.
Sí va. Y yo tras él
porque destruyo la mandanga
por oir y ver que clama
la mujer del sustento,
mujer de nuestra carne.
7-9-1989
*
No es con mis ojos
Una parte de la gota que cayó en la tierra,
cuando el sonido más fuerte y viril de Tu rayo
abrió los cielos de Shada, sorprendió el Verbo,
me negó el vacío, fue mi esperma,
retazo tuyo, ra(z)sa de Tus Delicias.
Pero no es con mis ojos que veré la gota
ni el nivel de Tus Agnas ni el esencial punto
de tu luminoso Lingam ni el Bindú sonoro
con que accesas mi vida y convocas
a devoción ardiente; no es tampoco
con mis dedos, y no importa con qué mudras
que conoceré tus humedades o las mías.
Si digo que te he visto, seguro… te he desfigurado.
Si digo que te oigo, te escuché mal citado
de un texto sonoro, reinventado sin Tu OM.
Si digo que te huelo, cerca estaré
del excremento de los muladares.
Una parte de Tu Gota cayó en mí vientre
para que sepa que existes como el rincón
más oscuro de cualquier despertar.
Tú eres el comienzo cósmico del buddhi,
el reflejo del Manas, la función del pensar.
Tú eres quien me llamas Viviente, jiva-atman
y me extiendes, entretejes, aconsejas
pónte en guardia, reintegra tu consciencia
en Mí, la Fuente Original.
Una gota cayó, sonó con su gran ruido,
sobre mi endeble hoja, un loto en la charca
de lo vivo, me dijo: ¡Despierta, Jiva,
te doy d(h)iana; sál domdi, eh…saana!
*
Serás luz y dulzura
No te llamaré Tiniebla.
Nunca más.
Serás luz.
En mi saliva nacerá
tu nuevo nombre, Dulzura.
Creeré en tus senos de almidón,
en tu suave tersura de lípido.
Hijita, blanco japio,
¿cómo se verá tu cabellera
abundante en el viento?
¿Se mecerán tus pechitos
cubiertos de jaquetón
en la brisa, girarás como ondina
dentro del manantial,
coquetamente líquida,
seductoramente fluída?
¿Serás el pez sublime,
el más pequeño,
o el más inmenso y adorable?
2-5-1989
*
A una chica de Veracruz
Leticia, no puedes ser más deseada
si no cuando te encimas sobre mi mirada
desafiando con tus pechos
a mis ojos, a mis ganas de besarte.
¡Ay, no lo hagas!
... pero házlo, ya que te he dicho
¡tantas veces que me gustas!
Tus veinte años se han vuelto
mi capricho y mi agasajo.
¡Y esos túrgidos senos
me cautivan, encubiertos,
ocultos en tu blusa;
yo les busco el misterio y la medida
y la sutil palidez y sus sabores!
Te quiero por tenerlos;
y me muero por besarlos todavía;
y agradezco que los tengas en misterio
¡y que alimentes con ellos
mi alegría!
7-5-1999
*
El origen del beso
... Expression and comprehension of emotion
involves the right hemisphere more than the left...
Neil R. Carlson
A veces porque su rostro es muy hermoso
viajo en sus lóbulos frontales.
Voy como en rapiña skandalosa.
Amo tanto sus sonrisas que me sumerjo en ella.
En la geografía que en sus labios organiza
mi tesoro, cohabito.
En el hemisferio derecho tendré
mi percepción maravillosa
con la raíz biológica del beso.
Entonces, he de ser un explorador
de sus sustancias, Skanda el guerrillero
que caza a sus sonrisas
cuando aún son amagos en el rostro,
intenciones latentes de energía.
¡Pero, claro que han de ser mucho más!
Comunicación entregada, al fin de cuentas,
¡las señas del amor posible!
12-9-1996
*
Me sonreirá
Me sonreirá para que yo la bese...
porque su rostro es muy hermoso
navego, en bulbo me raquídeo
y en vulva fluyo y me doy alas, vibraciones,
cilios, giros serpentinos, encefalizo
y finalmente... ¡la alcanzo,
mutuamente cautivados en kutacha!
Salgo al espejo donde ella es
la desnudez manifestada
y la percibo, de raja en raja,
teja abajo.
Una albarrada de piedras vibrantes,
calcio y minerales exquisitos, su cuerpo.
Mis huesos se alimentaron de reflejos espinales.
Con ella estuvo mi corazón enardecido.
Anticipé su amor en el lado externo de la carne,
en la ansiedad interpretante de los gozos;
pero: ¿quién ha de quitar la magia
a la anticipación de sus besos?
¿Quien negará que su mirada
se fundamenta en las raíces de shakti?
15-9-1996
*
Ometeótl
… al Señor de la dualidad y padre de todas las cosas
en la mitología mesoamericana
Se unirán los amantes en el día primero
de los cocodrilos. Será una unión ardiente
del ser y el tiempo, del padre de todas las cosas
y el espacio cósmico; se unirán el monstruo
de la Tierra con el Sol, lo vertical
de los dragones celestiales con las noches
terrenales, con tálamos de oriente y occidente.
En los días de Cipactli, se casarán los luceros
que reclama Ometeótl y la Serpiente emplumada
para hacerse un Gran Todo que incluya dualidades.
Se unirán los amantes en el Día Primero
de los Cocodrilos.
12-2-1986
*
Uterino río
Uterino río, jarra de cilios,
el pez en tierra llana,
será flor que te cante.
Seré sombra en la riba.
Acúname a donde vayas.
Sea tu morral mi rumantela.
En remolinos, entraré en tu quipe.
Llévame a la espalda
como espigas y viento que te sigan.
No me niegues tu choza sobre las navas.
7-13-1980
*
La puerta
Abre la puerta, útero del vacío.
Una ráfaga de contracción me busca.
Remociona mis márgenes, me pierde.
Se solaza con realidades escindentes.
Abreme la puerta.
En lo finito del existir habitó la miseria
que no quise y fundé mi zorrera,
mi tzimtzum, mis residuos
de olvido y te restringiste,
retirándote de mis ojos
y de mi entendimiento.
Huíste del olor, de mi primer sentido.
Me echaste como a perro de tu jardín oscuro
y la flor roja en el desierto del dolor
fue creciendo, con aroma de incertidumbre
y la espada de luz, entre cáctus, me fue espino.
Abrete, endija de pelos, vagina
de la impronta residual, recipiente abstracto
para los cuerpos adoloridos, agónicos,
cuando como puerta cerrada permaneces.
Con fe sustanciada, viajo a tu encuentro.
«Pújate hasta mí», misericordia,
rájate en respuesta a la raíz.
La sabiduría de tu belleza en mí no muere.
Así puedo flotar otra vez, libre, o fluir
con los goces del antiguo río.
9-11-1990
*
Ixchel, diosa de la Luna
Antes que conociera la Puerta del Sol
y a Siva, con su media-luna, ví el astro de la noche.
Venía como lechuza, llena de conceptos,
fría como el agua, invernal como el norte,
pasiva y receptiva, dependiente, vampírica.
Animal biológico es la mujer que pasa.
Devenir cíclico, mujer que crece, decrece, se va,
desaparece; yo fui su primer muerto.
En la casa del resplandor, Kinich Ahau,
ella fue el ojo malo, ojo malo de luna.
Al irse, ¿quién cree que lloraba sus partidas?
Yo, por Ixchel, la fea, cuyas serpientes
le sirven por diadema. Me hería la prisa
de su noche. La quise tercamente
como quieren los conejos y borrachos.
Un día que la retuve
me mordió un pedazo de alma,
de Rayi-Prakriti, de materia.
Me enamoré de ella. Y fue tan simple
lo que hice. Más súbitamente que violento,
me detuve en su sexo, despojé su hazaleja.
Comí del musgo púbico. Chupé en la charca
del jugo vaginario y canté 108 veces
el sonido-raiz de la vulva vibrátil: bhagabija.
*
Levanta tu piernita
Hari-vikrama-utthita-bandha
Siempre que vino a mí, trajo su compañía de lluvia,
oleajes de mar, olor de marisma y menstruo. Y se metía
bajo mi sombrilla. Buscaba mis caricias. Protecciones.
Nos escondíamos debajo de los altos balcones.
O en zaguanes desde los cuales podíamos ver la lluvia,
Y la calle desierta. Y la sombrilla, escurriéndose.
En su curiosa periodicidad, había una obediencia dulce.
En una esquina, eché mi mochila y la suya; dos colegiales
éramos; ella, Lourdes que olía a Luna, a ritos
de siega de los campos. ¿Y yo a qué olía?
Yo, a lo que busca Ser, no siendo todavía.
A Indra, dios del relámpago, mi voz y mi mirada.
Cuando Indra abre el cielo con el trueno
o raja el firmamento con sus luces, saca de lo oculto
los ojos de las cosas, esclarece lo que vibra
debajo de las faldas: el púbis de la niña,
mi pene alborotado, los ojos buenos sin bizquez
de los soles, la noche dulce, el beso de la vida
y, sobre todo, ella que se abre, y deja que la toque.
La escondo un poco en mí, pretexto que afuera llueve
a cántaros; pero más llueven mis dedos curiosos en sus senos.
Llueve más la faena que comienzo en su clotis.
Está muerta de pena, esta pequeña luna,
que oye el OM OM de mi Brahma.
«Levanta tu piernita», susurré en su orejita.
«Te sacaré la braga».
Y nos frotamos así, yo chivo inspirado de Savitri;
ella, luz del alma, Hécate en la puerta de mi gloria.
Estábamos de pie; levanté una de sus piernas.
Sólo una le serviría de apoyo,
me gustaba su muslo terso en mi mano,
su afán de hundirse en mi cogida,
su cerrarse, estando en pie,
su enrosque, su ritmo, su jadeo.
7-13-1980
*
La flor de cuatro pétalos
a los poetas nahuas que guardaron la enseñanza
En tu cuerpo está el herbazal de Xochipilli,
ese tocado donde la alegría suprema se despierta
y te espera la dicha incomparable.
El dios del éxtasis tomó su pantorrilla.
Levantó el huipil, reverenció su carne.
La besaba cariciosamente
hasta que la tibieza del Sol produjo
mucha luz y mariposas.
Estacionaba en Tlapapalli,
vestido con tilmantli
y las flores cantaron desde prado.
Al fin, halló los cuatro pétalos:
era una vulva, era una vulva
o un conejo encantado, o un tejido,
su joya anhelada, el vellocino tántrico.
7-19-1980
*
Voz proteiforme
En las aguas de la mar,
jamás duerme la llama, la voz proteiforme
que todo lo navega y lo fluye
y lo lícua y lo transforma...
La poesía sumergida del hidrato,
¡qué dulce larva es para el huevo,
qué plancton, qué eucampia del zodiacus!
Y los peces, que son poetas submarinos,
pioneros navegantes de la estrofa,
serán como antenas flageladas.
En el plasma brutal de los espacios,
jamás se calla el profeta con lumbre cristalina.
Al contrario, se gotea, se aburbuja, se destila.
¡Todo sea por los depósitos de trípoli
y por dar protosomas a los vientos!
2.
A la mar, protón de la canción
que la vida comunica, deltas sobran.
En su morada, los poemas descansan,
protocráticos reyes del silencio.
Su discurso es el sistema melódico
del habla, porque protonauta es el agua,
mensajera y, protonautas,
las musas de los ríos que hornean
al pan lejano, naciéndose de la mar
como sus hijas y no hay cloacas seminales
para la sed de ser.
(A la mar, maestra, sacerdotisa,
debo lo que soy, aunque esté ausente).
*
Ostra
Gracias, ostra, reina oscura,
boca del alma, cárcel de originarias sílabas.
Me sujetaste por el tiempo necesario.
Ni minuto más ni segundo menos:
¡ahora me vomitas, te abres y me brotas,
harta de mí, envenenada, herida!
pero fuímos dulcemente cómplices
en la primitiva desfloración del nácar.
Me redimiste, al fin, con cédulas de fuego
y perlas de apocalípsis, me hijificaste.
Gracias otra vez, escondrijo del Dasein,
ombligo infernal, huevo cósmico,
salvoconducto del fondo de pralaya...
*
Tercera parte:Los tres cuerpos (kayas) del Sambhoga
Marco Antonio y Cleopatra
(Receta del suicidio sabroso y perfecto)
Al despertarse en la mañana
(porque ha sudado el luto de la noche),
mire a todos lados, dice Marco Antonio.
Los ojos de Cleopatra
tendrán que ser sus lámparas.
Añore, adivine, busque ese olor
que en la cocina del mar navega
como si anunciara al apetito
el caldo más gustoso,
el plato de la honra.
Desvista a tal deleite,
dice Marco Antonio.
A la nariz, desposítela
bajo el mismo descanso
que la boca disfruta,
llenándose de pelos.
Sepa que es ella que sale
hacia los deltas más ricos en aras
de sus sueños más escondidos e inéditos,
peregrina entre pirámides de la mar.
2.
Cleopatra hierve, condimentada,
con la espesa y sólida carne,
grata de aroma, dulce a los labios.
Sumérjase en el hambre de probarla,
dice Marco Antonio;
hágasela de desayuno y cena.
No se detenga. Cocínela.
Subviértala en sazón bajo sus costillas
y cíñala al gesto de sus manos, con gusto de canela.
Que aprenda la ternura con que su boca la quiere
y el rigor de la vara que manda en el apremio;
su vientre es femenino y no tiene sequedales
sino traviesas barranqueras
para el cordero que se niega al degüello.
Ella es el gneis, lo más profundo,
gaia que hierve en el plato fecundo de la tierra...
(¡que no se enfríe, dice Marco Antonio,
ni cese su empeño de comerla!)
3.
Encímesele para cortarle a besos todas sus venas
y chupar las leches de sus misterios juveniles.
Que ese guisado exótico se quede consigo
cleopatriándole en su nueva patria de delicia.
Para mi plato se hicieron sus caderas,
dice Marco Antonio.
Ella es la nalga que salva.
El Lobo que habría de venir.
La prometida Vulva Celestial.
No hay otro paraíso que dejarse oprimir el vientre,
llenándose epicúreamente de ella y de su ombligo.
El banquete de sus huesos
sobre nuestros hombros,
rechupados tobillos,
salados por nuestra boca
y pantorrillas en alto,
convertidas en cielos...
Ponga una cucharadita de malicia
a esa fusión de algas y olas,
a esa entrega de maromas marinas.
No es tanto una guerra la que lucha.
No es una venganza.
No es una agresiva avanzada de la adrenalina
para sembrar telarañas en la sangre
y vergüenza en los nervios.
¡Es un regreso a la patria de Cleo,
un consumo, un banquete,
el repartimiento de secretos callados
que la carne tiene y que, con amor, despiertan!
¡Pero no la pierda, dice Marco Antonio:
Cleopatra no aparece de ordinario!
No se le tiene siempre.
4.
Ella no se tienta con el primer baboso que la invoque,
ella no pide la mirada prestada ni se mira en cualquiera.
Los ojos que ella trae, borrachos de ahínco,
tienen ganas de salvarse
de la estúpida obviedad que la circunda.
Son rivales del falso amor
y del diseñado sub-comportamiento
y por eso son dos lámparas quemantes,
y por eso son las rutas al suicidio
y a la redención incomprensible.
Cuando Cleopatra ilumine su mañana
y el hambre le torture, con ansias de bocados
apasionadamente nuevos y emergentes,
sedúzcala sobre las alfombras,
dice Marco Antonio,
en los pasillos de las oficinas,
en los estacionamientos,
en los ascensores o en los parques públicos
del ansia, en la privacidad de las torres
del anhelo que se pinta imposible,
a los cuatro vientos de los mares...
y ésto será delicia en la boca del áspid
y, sin duda, complicidad de amantes,
que han hallado, por fortuna,
la forma más perfecta y sabrosa de matarse.
Publicado el Abril 20, 2006,
en General, VozalMundo.com
*
Detalles de amor y deseo
Aprenderé tu misterio de kutasha
que todavía olvido,
soy impuro y celoso...
Yo no sé cuál es tu nombre;
pero tú eres lo más valioso dentro de mi alforja,
tesoro en oro dentro y fuera de la morondanga.
Nos conocimos en Catalunya nova
donde el cuerpo es tan sagrado
como negarlo en ciclo eterno de renacimientos.
Creí que estaba en el paraíso porque te ví...
Mencionaré otros recuerdos de mixoscopía
porque yo sé que fuiste virgen
y hay que sangrarte cada día
para que haya un manantial,
si hoy no lo eres.
En mi carne, sudaste las hebras de plata.
Zanjaste sequedales y de tus laberintos
echaste las aguas de la inercia, uniéndolas
a las aguas de mi bulbo raquídeo
y así nos conocimos bajo una tormenta de meralgia.
Antes de irte con tu mugrero de sílabas sacras,
¿qué hicíste sobre mi ombligo y mis escrotos,
qué marunga bailaste sobre el pene?
¿Con qué trozos de ajenos relámpagos me llenaste
las pupilas de luz, o diluvios, o viscosas madejas?
Garras me sobran... pero yo amo
este vestido que te quitas
cuando me robas la piel.
Me estremecen tus comportamientos
de sattva y de oogonio
y tus gemidos cuando rajas al Tat
y no se sabe quién es madre e hijo
cuando te mueres a plazos
debajo o encima del meteco,
mientras comes el akasha al mataperro.
Tú cuelgas milagros a las ramas,
atrapas energía del sol y te dedeas,
te abres, te excitas, te mojas
y fuera de las bragas,
me complicas en el mundo
de dos macuaches malvezados.
*
Las nalgas de Maruxa
... la Shakti de Bhairava dijo: Si se mira fijamente,
sin parpadear, cualquier objeto físico como si fuese
la primera vez, privando al pensamiento de todo apoyo, pronto se alcanza el estado de Shiva: Vijñana Bhairava Tantra, frag. 57
Como si nunca te hubiera conocido me gustas.
Mucha belleza se esparce sobre el mundo
en forma de mujer y comienzo a quererte
por causa de tus nalgas.
¡Es terrible confesarlo y por eso te quiero!
Pienso sobre la tersura de los pétalos
y doy con la almohada de esos muros
con ilusión de arcilla y manos de mis manos!
Pienso en nubes redondas y nimbos
y esos círculos me llevan a tu carne!
Resbalaste en mis párpados, camino al baño,
y hallé tu hermosura en jardín
cuyas rosas me aroman.
Un abismo de colores me
entrega sus tibios arcoiris,
donde puedo en lo más alto
de la espuma, oleaje cósmico de cielos,
palpar densas sensaciones
tu indescriptible encanto.
Entonces, juego con dimensiones serpentinas
y soy escama
que a tu piel se adhiere, siendo tú
lo más terso que experimenta mi beso
y mi abrazo...
Voy al tiempo de tus rastros.
Me coloco en tus márgenes,
con densidad que no tienes.
Fluyo del agua a tu fuego más sabroso,
hallo mi piel en la tuya
y resbalo en tu barro delicioso.
Me visto con el desnudo de tus formas
y siento el peso que te falta;
te metes aromada en mi cama
y no despierto; amanezco contigo
y no recuerdo las horas
sino que estoy absorbido
por tus nalgas,
tus jadeos,
tu aroma,
tu piel.
No existo.
Me has robado.
2-5-1989
*
Le voy a decir al mundo
Le voy a decir al mundo que ví al sol.
Y es una bola de fuego,
brillante como los ojillos de un niño
lleno de energía.
Una adolescente parece
que, al besar su primavera,
ensaya la noche con que sueña
para su amor vibrante.
Al mundo informaré que una nube
ha jugado con la tarde y se inventó
el crespúsculo cuando ellos
no se habían cansado todavía.
Aún sol y primavera están llenos
de colores... y yo estaba presente,
sediento de alcoiris y paisaje
y el niño, la mozuela y el crespúsculo
saltaban en mis ojos.
8-6-1989
*
La ninfa (1)
La ninfa que me gusta dialoga
en autobuses. Vive en la esquina.
Deja su rastro en mi puerta
y todos la quieren por su apariencia
de ficción en carne viva,
ojos grandes y labios rojos
que llaman a lujuria.
Tiene las piernas
como frondoso tallo
y sus muslos sin dueño
pero ella descansaría
sobre la estrofa que yo escribo.
Ella me gusta.
Cuando la veo navegar de un lado
para el otro, yo sé que me presiente.
Sus aguas pueden compartirse
como parte del camino que ambos seguiremos;
pero ella no sabe de qué predio del viento
mi voz llega...
y yo la llamo igual,
viéndola o no,
haya calma en la mar
o haya tormenta,
como en violentos celos
y ansiedad de unir al fin ambos destinos.
Otros, como yo, la desean.
La tientan, la atacan.
El mar es violento
y en los bosques,
hay bestias.
Pero yo
la amo;
¿y ella
a mí?
*
La ninfa (2)
¿Qué hogar esconde, qué amparo,
qué ciudad de refugio,
a ese cuerpo con colores de alcoiris
y desnudez que deslumbra a las pupilas?
¿Con qué viste la ninfa, poseedora
de todas las edades y provocadora
síntesis y plexo de atracciones
para el hombre que sueña?
¿Quién hila con tela del decoro
para tal hembra
seductora y nínfica
el himatión?
¿Dónde está ella, tan amada:
la mesera,
secretaria, hadas de los teatros,
criatura del aire y la mar,
la que pisca en los campos, la agraria,
la que vende en puertos y mercados,
la que hilvana en telares
y remienda con aguja su dolor de cosmos,
su tiempo, sus desafíos y ocios?
¿Dónde está, con su quehacer, la obrera?
*
A una muchacha iraní
Alguien, yo me ofrezco,
deberá seducirla, entrar a su cueva, sacarla,
convencerla, robar si es necesario
lo que oculte bajo su chador.
Ella es la bestia rica
y su casa está llena de esplendores.
¡Su caverna es muy secreta
y está transfigurada a pesar del acoso!
En lo profundo es tierna,
comprensiva, jamás mezquina
como somos. Ella es fértil, luminosa.
¡como la esperanza! ¡la felicidad!
Su verdad estructurada es arisca.
Los animalitos se parecen
a las niñas, dulces siempre
y, sin embargo, acorraladas
por dialécticas causales
de la rivalidad.
Bajo el chador a quien ama lo verá
y lo echará como su manto de sí
para quedar visible cuando su corazón
se evada en escapada
y quiera unirse al hombre que merezca,
sin el gesto obligatorio de la vil sharía.
Por eso es que, con ella,
sin mañas agresoras, celoso soy
en la tarea de quererla y buscar
(porque no es un fantasma
por tules negros cubierta)
su virtud, su alegría.
Es la necesidad viviente
del gozo y la raíz, su magia.
Sin embargo, tras el luto
de una cueva indeseable
del Oriente, cautiva está.
*
La Maya
Maya: energía material regida por las severas leyes
del Universo, ataduras kármicas y el ego falso («anankara»)
Literalmente, Maya significa «aquello que no es»:
Swami Prabhupada
Se te emboza la raja, yo sé,
como si te llovieran
los besos desde los cielos
o de las copas de los árboles.
Relampaguea su clorofila
la piel que te obtuvo, o que fundas
al romperse en los dolores de tu colcha
tu lumia de muchos velos,
la fenoménica sed de destino
y de tiempo, aquí y ahora,
toda la Maya, toda la Maya.
2.
Los ilusionados. con desórdenes interiores,
se conforman. Con mapas carcomidos
y desorientadores accesan la memoria.
En las rajas de sus cuerpos, en la madera
cortada de sus vidas, esconden la ceniza
y la sangre menstrual envenenada.
Ningún dinamismo les permite ir contra el miedo
de ser desposeídos y nunca tener nada.
Tímidos son quienes desvalorizados se perviven.
Y con temor se acuestan en cama que es
la zona más insegura de sus gozos.
Búsqueda fracasada del Deleite.
Los ilusorios son los hijos de hilanderas
sin hilo; cosen los cursos normales sin aguja
y sin tino; despliegan muchas formas de capricho.
Quienes hilan de ese modo nunca entretejen
lo verdadero y hermoso; pero se les llenan
los dedos de agujeros y se pinchan y sangran.
Los ilusorios ni manipuras ni puros de alma.
No abren canales para el aliento sutil que los anima
ni NADI(e) les desepulta, o echa cal a sus lápidas.
Triste es la vida de los residuos psíquicos:
lenta, ansiosa, grisácea, ruedas atoradas
en los radios del Tiempo, bandas sin bandhas.
Los ilusorios no examinan a Shakti, mas…
¡qué perfectamente ven el ave migratoria,
condenada, qué fácilmente se abisman!
No remontan el vuelo. No reciben la Gota
del Ananda, aptitud para hallarse en el Bindu,
con la puerta abierta del Absoluto cósmico, Brahma.
3.
… a los árboles de misericordia
Los blasfemos ofenden al vaisnava.
Menosprecian al Arbol de Deseos
y a los afortunados que sus frutas
cosechan del Kalpa-taru,
el árbol de gracia.
Los devotos de la misecordia crecen
ajenos a las vanaglorias del poder
y los reconocimientos; ninguna cosa codician.
Ningún obsequio les viene de este mundo.
Nadie detendrá la felicidad que el destino
tiene preparada al que come su alimento
de los árboles cósmicos, verticales, infinitos.
Nadie la aflicción y la caída de quienes quieren
en vano entorpecer lo irremisible del karma.
El destino material es soberano y justo.
Unas veces trae la congoja, la situación
que hiere; otras veces han de crecer
las raíces despreciadas, la semilla
del árbol inescuchado, el más compensador
y el más puro, sin embargo.
4.
No pegarás tu boca a la pared y callarás
tu consciencia y tu necesidad, Nara.
Vendré a verte y pondré el dedo en tu llaga.
Un bajareque, choza hediente, hicíste de tu cuerpo.
Juguete inmundo es tu bálano.
Bachata de ofensa, tus labios.
Nara, ente bocacho, camilucho,
jornalero de la Maya, pido cuentas.
Tú, ni tus canas veneras, nara cacorro.
En cada dos por tres, agredes
al que te da avataras y días y ollas
y milagros del Agna.
Sé pues, gusano, y deja tus cagaletas
en caminos; hereda los chinchulines
a tu nueva vida, pero, para tí no es
mi bienaventuranza ni el Manas de mi luz
ni el Absoluto presente del Ocaso.
5.
Hoy en día la gente piensa que lo perruno es vida,
pero la verdadera vida consiste en el progreso espiritual.
La energía humana debe ser utilizada para el avance
espiritual: Srila Prabhupada
Competir con el perro, éso es la Maya.
Entrenado a obediencia, no importa quien sea
el amo, imitando lo necio, reagitar el rabo,
guardián del agresor y del cobarde,
fiel a quienes lo sirven, siempre interesado,
si le faltara un hueso, burdas compensaciones,
aúlla, se lamenta. Sufre y ataca.
Como un perro, el hombre, el alma, (ig)nara.
Como llamar a Cachano, la misión inútil
de hacerse humano, porque éso es la Maya.
Sacarlo del ladrido, controlar su terror,
su adrenalina, su rebelión ante fantasmas,
evitar que busque un hoyo y se defeque
o su árbol a cuyo pie se orine, o condicionar
que tenga hembra y dé espectáculo
de sus burdas necesidades naturales,
éso es la Maya. Competir con el perro,
la tarea de los hijos caídos
de Mula(d)hara.
6.
Como perros de presa, bestiales
y devoradores, demonios son los de Patala,
así, vándalos de la antigua Germania,
así, guerreros que a Panonia llegaron,
empujados por los hunos y los (s)otros.
Como perros de presa, los romanos,
como perros lujuriosos, itálicos de circo,
césares que gritaron por la muerte
en el combate al ver morir a otros
pues ésto equivaldría al dictum:
¡Bueno está lo bueno! Bueno el lujo,
la venganza, el sexo, el vino.
Perros de Atila, Gengis Kan, del Führer, caudillos,
duques fascistas, sabuesos de las mongoladas
que esclavizan, captores, todos nefarios, inquisidores
que perpetúan los yugos y las humillaciones,
gran verros de tortura, machos estériles
ante los dulces panales de lo femenino.
Como perros, ya se han raptado de Europa,
y son carcundas retrógradas
del odio, bien armadas. Asaltarán
los cielos del misterio, la absoluta noción
de la Verdad y lo Hermoso, la energía
Shiva, siva-casto, trascendente,
protector, padre de tres ojos,
dueño de la Estética y el Bien,
danzante cósmico, concesor
de los dharmas sin lamento.
7.
Nature unrelenting’s dominion’s and its pattern,
The Ardhanarishvara, the union of spirit and material,
the Being and his Shakti (force) are inevitable:
Vajrayana, maestro budista
En vísperas de la irrupción de los nuevos etruscos
(de la tecnología, el ocio, el lujo y frívolas bisuterías
de la conducta), en escenario decorado
con la Maya del civismo, te raptaron, Mujer.
Los que no merecen la reina, los ágamos,
seductores gimnofóbicos, pistoleros
con las caras de gualda, abejorros
de jolgorio violento, te llevaron consigo.
En la época del lenguaje dividido
del amor, te raptaron, Europa,
y pensaron de pronto en violarte
y robarte la (k)cama y tus nichos sagrados
en los montes y el río que tienes como fondo,
lo tentador que atrae por su humedad,
tu ritmo cósmico de luna, tu olor
de yoguini, tu cadera que amenaza
cuando rota, en chacra-puja.
A tu hogar llamaron la prisión materna.
Tiranía, Materia voluntariosa, bruja perversa.
De tus ritos dijeron que son peligro de opresiones.
Temieron en tus bosques, los cipreses escondidos
(esperaron tener armas de hierro,
caballo y cuchillerías). Sólo después
llegaron los fuñinges / cobardones con alardes.
Como hordas de arrebato se presentaron
ante tí, Europa, te quitarían el poder,
la colmena, la unidad bienhechora,
tu rol matriarcal, tu frenesí emocional,
Grandiosa Reina… y tú, mera Devadasi,
eras el más perfecto y limpio de los lotos.
Alumna que danzas con sabiduría,
hembra que del orgasmo
hicíste un arte de melao, el mahasukha,
¡oh! más azuquita, mami!
En ese bosque, womb-like-place,
tu cueva abierta entre el mons púbis,
¿acaso no se cantaron idóneamente
los mantras más potentes y feraces,
tu Fertilidad, tu mística leche,
nuestro alimento, el pasto abierto?
En ese altar de la Kula,
¿acaso no nos díste el lenguaje
y el reloj del corazón los primeros latidos
y te aprendimos tanto, porque no fuimos
otra cosa que zánganos, lo más estéril
e inmaduro del ser-entitativo,
lo meramente orgánico,
sin la noción del Atman?
8.
Este es el ritual: Tejido, hilo, cadena:
crear y destruir un mundo, venerar las deidades.
Dialogar con el Amado, unir los poderes celestiales
a la vida, a la esposa, al tiempo eterno: Marc Roberts
El primer rasgo del ego, mujer, el que te miente (es),
conforme con presencialidades transitorias;
el que dice, no hay deidad, yo soy ateo,
es el que pone tranquillas a lo auténtico.
Sin sinceridad, no hay devoto ni discípulo
ni alguno que comprenda, ni originador
de la buena palabra; lo que está más allá
de la apariencia enmudece; el ruido es el que da
su habla, su visión, filosofemas.
El mentiroso vive por su narcisismo.
El hedonista se proclama el real,
objetiva virtud, allende a toda habladuría.
Se ufana como el prudente entre todos los maestros.
Pues, comenzaré a callar. No soy un sacerdote
de Afrodita. Tengo sexo. Soy Lisandro a nados.
Cruzo el peligro de Helesponto.
Vengo humedecido de arrecifes.
Vengo cansado de la torre donde apenas
se visualiza fuego y luz del leño ardiente
y el mensaje de Hero enamorada
que me anuncia el maithuna lícuas ansias
de sus tempestades, juegos de su Deseo
y de su amor y la cadena que nos vincula, el Tantra.
9.
Tri-netra: Un tercer ojo para mirar lo femenino desde la carne y entrejer otros planos del Ser: Marc Roberts
Mi nombre fue tan básico y real: tierra, agua, fuego, aire,
pero me llamaste Espacio. Mujer del Eesaana.
Me díste el ojo sagrado, la Tri-Netra, noción
de la hilandera que me quiere. De la amante,
Mahadeva. De su forma invisible, Sadyojaata
por vibraciones de su presencia en la bondad del acto.
Me llamaste, tan calmo, inocente como al niño
que renace en el útero. Me rodeaste del agua
con aliento del aire, me dijíste árbol nuevo,
tierra rotada, tiempo maduro, renacimiento
de Tus estaciones y mundos subterráneos.
Ví el sol con un ojo más sutil que muchas dualidades.
Tú rompíste los velos en los bosques
de cipreses, en lo existente que duerme.
Con cuchillo de media luna, me dijíste
más que el Lingam desde hoy eres.
En árbol fálico, te concedo los ojos de los que beben
del agua sin miedo de la muerte.
Vendrá por tí, Cibeles, pequeño Atis, por tí
Afrodita, vástago de Adonis, pero ama
mis azahares, mis olores más puros.
8-26-1989
*
10.
Cama, cama, camaleón; yo soy el camaleón:
Canción norteña Mexicana
Donde los machos, de alas rotas y las hembras
estériles, sin Kama, sin varones, se coinciden,
el camaleón es voz de Maya, hormiguea
sin aguijones verdaderos y se deshila.
Con quien da su pellizco de ñoco, trazas de engaño,
no se teje, no hay urdimbre. El zángano no ganará
a su Reina. Camaleón será y fecundará su propia muerte.
La reina lo acaba. Lo encadena a la Maya.
Quien no valora la cabeza redonda
y bella de su mujer, también ignorará
su mandíbula poderosa, su antena larga.
Camaleón quien no entiende que la reina
quiere más que el nido, huevos fecundados
por kriya quiere, acción de varones afortunados.
Pobre del macho que sólo grita,
«cama-cama» y no es león de oxitocina
para eyección de leche en las glándulas.
Camaleón quien no sabe que el secreto
más arcaico es el sexo y la dicha, un poco
de histamina y la consciencia de Shakti.
Camaleón, el león sin kama, gallo jugado ara morir,
jugándose el cuero, sin beneficio alguno.
El que no teje su muerte con los hilos de dicha
para nada ha servido. La Reina lo mata.
El que busca placer / en lo ilusorio
y no entiende que la Naturaleza / Prakriti
da felicidad no tejerá lo concreto con lo ilimitado.
Camaleón será: vivirá en el lugar equivocado.
*
El gran guerrero / Ksatriya
No es que tengas que sangrar a cuchillo
cada ente que veas, cada cosa que se mueva,
cada respiro que se exprese en la vida.
No destruyas la carreta en que voy
ni el camino natural donde veas mi cizaña.
Tus voces interiores son el verdadero rival:
tu envidia, tu soberbia, tu ira. Tu deseo.
No te exicites porque crezca una sombra.
¿Qué sabes tú que es la luz?
Lucharás contra las emociones,
templo ilusorio que tienes en el alma
porque eres hijo de muchísimos sentidos:
tus instintos que te dan el campo de batalla.
Cogniciones que se pierden en la NADA.
2.
Hanuman, creo en tí,
en tu cara de mono, en tu pelambre,
en tu rabo tieso, en tu baño en las charcas,
en el gibón que grita, en tu nervioso sexo,
en tu dialéctica genética de primántropo,
en tu lenguaje que se guinda en las ramas
y se baña, con gritos y gemidos,
más que en las aguas?
En Visnú que puede venir a tí
y pedirte monerías, utilizar tu lenguaje,
la ronda de los simios; Rama te miró
(tus ojos en la cita de lo hermoso,
y una mujer te ganó la empatía cuando lamíste
su soledad más que su celo, límite del orgasmo).
Ella fue Sita. Rey de los monos,
ella fue la estética primicial,
incipiente, reveladora.
Me llenaste de celos, hombre primántropo.
Dudé de ella. Inventé el patriarcado
con el guerrero arjuno, olvidadizo.
El Dharma es duro, el dharma duele en la epidermis.
Es un puñal lampiño; es un sendero que odia
los abrojos y eras tú el más peludo símbolo
del falo, itifálica ciudad de los violentos.
Hanuman, gracias por regresarla porque la cité
por primera vez en tus rumbos, no la pude sacar
del embeleso, pero la renunciaste por no sé qué
deseo vencido, por no sé qué dharma
que vence sus propias emociones y se interesa
no en actos ambientales, sí en el poder del interior
que apenas se percibe, pero que funda una fe:
invisibles organizaciones: Gracias rey,
veedor de lo ignoto, optimista primicial de los futuros.
5-3-1990
*
3.
En cita con la memoria episódica
Visnú me hizo una rama del árbol
de tu genealogía. Por eso existo.
Ya soy un rey, soy el sentido, la semilla
que se pudre y se afana en las ansias
del crecimiento del Ser, germino
en espacios manifiestos, en batallas
esclarezco mi luminar, surjo
en los claros vitales y biológicos.
Tengo un proceso, Rama del dharma.
En la rama de la cita, están las cualidades,
correlaciones de gunas, fuerza y materia,
anhelo, pasión, actividad, urgencia elemental,
de ser mi complemento: Sattwa, Tu Verdad,
Tu Bien, Tu pureza, oponiéndome
al Tamas, lo Oscuro, lo ilusorio, mi ignorancia.
*
La mujer está aquí
a Maruxa y Gabriela
Como ni ahora ni ayer
han de llover albardas ni lonjas de tocino
como maná del cielo
ni granizos por el fin del mundo,
así o asá, que te la pierdes tú
y da lo mismo.
Abre los ojos, bobo,
y cuenta los días con mejor contento
porque no pica la culebra al que sabe bien
el cuento tan atendible del hoy aquí
y siempre ahora (a otro perro
con la falsa providencia y su hueso).
La niña más bella
es el arán por arte de los ojos,
por regocijos de su pinta en células
y presencia de su carne y sus huesos.
No esperes que la angustia sea
tu propia galera ni que Hércules rompa
el cuerno de Aqueloo para que veas la ninfa
en el larre del aquer
que es el prado del cabrón.
Conclúyase la comedia de la falsa espera
ya que estás soltero y caliente como leño
que no encuentra las brasas.
Captura a Deyanira. Ve por ella,
aprendiéndola a ver sin esperarla
del más allá que jamás da NADA.
No hay cósmico milagro, sólo
intencionalidades.
La chamaca más perfecta es pan comido
y se observa desde el balcón y la ventana
y se le dice hóla
y se le aprende el nombre
y todos los días y todos los años
con sus horas y sus saturnalias
de cuatro alas como besos que llaman
y de dos piernas abiertas y uno encima
terco, paciente, invitador a que diga:
¡Ténme, ven conmigo,
que ya comienzo a quererte y desearte!
12-5-1992
*
La cita
Si la realidad suprema no se manifestase en una variedad infinita, sino que permaneciera confinada
en el interior de su singularidad compacta, ella no sería
el poder supremo ni la consciencia, sino algo parecido a
un cántaro: Abhinavagupta
Cit me cita, autorrevelándose.
Ella brilla por sí misma aunque esté oscuro.
Me cita con un movimiento de cadera.
Cit es una braga que se escurre
por la garganta más húmeda
de Ananda, de Maruxa, de Georgina.
Cita con beatitud.
Me da dichas supremas.
En desnudez me cita
y el Jñana no es secreto,
una chica lo tiene y lo conozco con ella,
calato, en cueras, sin vestido.
Toda la carne se diluye en suspiros,
con espasmos de spanda.
Soy en la esfera quinta de energía,
simultáneo con la luz y las tinieblas,
y ninguno dice ESTOY, más bien, somos.
Citado por Cit, yo soy ésto que me cita:
el universo entero derramado,
el arrastre de los besos,
el meteco del Icchá trenzado en Ella,
comido por su encanto.
En la Kriyâ de sus charcos navego.
Subo a sus muslos tersos como de luz infinita.
Me filtro en sus endijas, atravieso
el nocturno firmamento y los umbrales
que cruzan el vacío: Cit me cala…
… con su cálix y yo salgo por las formas de luna
que chuparé de sus pechos; me descarno
en relámpagos para tocarla toda,
salpicándola, robándome su incendio.
Cada trueno es volcán que erupciona
con savia, grito de luz, debajo del ombligo,
camino de su púbis, saliéndose de adentro.
Me cita es la absorción formada
por todos los colores, me arranca la cabeza
y sigo vivo; es que mata el ego de la noche.
Es que forma un ángel, tan shivato
con zumos de su ovario.
Entonces, cachemiro los soportes verticales
de sus vibraciones, me spando hasta el espasmo,
me expando a su luz y fundamentos
y no quiero otra cosa que sus malezas
electrificantes, su orgasmo que es la molicie
de las ojas, las miradas de sus ojos
al cadáver que deja por los míos
cuando ceso en sus rajas
y su reposo.
30-9-1990
*
La magia del beso
Yo no sé si es por amor que estoy agradecido
de que un beso signifique tanto en nuestras vidas.
Tal vez no es por amor
que cada detalle de ternura tuya me embelesa.
Tu hermosura no ha dicho en plentud
las cosas que hay en el fondo de tu alma
o cualquiera sea el espacio de piel
que mejor conozca lo inefable
y se comunique con este asombro,
delicioso y mudo, y curiosidad por tí
(a quien doy más caricias que palabras).
Agradezco, empero...
hoy no a los besos...
Doy gracias ¡porque vives
palpablemente, caramba!
Evocas algo más noble que el pan
y más profundo que cualquier tristeza.
Y, siendo así, se te toca, se te estrecha,
se te siente en la carne, se te besa...
y se es feliz, más de lo que se quiere.
Yo no sé si es por amor que descubro
la deuda que clama interiormente,
sin saldo de cuentas todavía.
Tu ser es necesario, inevitable, universal,
biológico y estás unida a mi deseo
no sé con qué tamaño de bondad,
no sé si por amor.
Has nacido tantas veces, aunque yo
no te haya conocido ni sepa que eres réplica
de mujer en singular, con apellidos,
con habitaciones de mundo y roles públicos;
además Mujer Eterna...
Como la una, invocas a mi piel
sin hacer preguntas.
Yo no sé si es amor lo que nos lleva,
entonces, a asomarnos al corazón ajeno
y llegar e irse, dejando dulces biografías,
pero te agradezco los manantiales
y que fluyas y que magnifiques
tus besos inolvidables
y que no te expliques
ni con la gente ni conmigo,
con orden de rutinas,
o predecibles vuelcos,
sino que al beso digas ... Gracias
por la chispa que das, por breve sea,
ya sea, o no sea, por amor.
Un beso tiene magia cuando entrega vida,
alegría, pasión, celillos, travesura, erotismo,
capricho, inquietud, trémulos pálpitos.
Yo no sé si es amor, pero no son templanzas
del cerebro, oscuro, estéril, impasible,
no son saltos ni argucias de vacío organizado.
Gracias por esta grandiosidad que se crece
a pesar de mí y a pesar tuyo,
por el beso que tiene raíz y cosmos.
Gracias por la transparencia eléctrica de Eros,
por contener señales de lo vivo,
por el contacto de labios, primitivo, del beso.
(En El Perro Andaluz, España,
y en Starlite Cafe, 12 de septiembre de 1998)
*
La palabra amorosa
Ha sido una bendición que me quieras.
Había olvidado que nacemos
para alguna canción que vive cada vez menos oída.
¡Qué bien dices en qué consiste soñar
(si es que soñamos)
el completo sueño que escondemos!
¡Qué bien amas si cantas
(porque conmigo cantas y cantando me amas)
con obsesión equivalente!
Habíamos olvidado
(si es que olvidamos por completo
que la dulzura no es un mensaje difuso de la cara,
oscura y temeraria duda ante lo incierto)
... acaso si... la fulgurante risa sigue ahí
y me enciende los rostros al futuro
y todas las pasiones son visibles
(si es que todas sirven, turbias o felices,
como sean, para dar residuales luces
e ironías al pasado,
o al hoy, o a lo que venga...)
Ha sido una bendición
tu corazón que comprende,
sin ninguna obediencia,
si es posible que obedezcamos
sin premeditarlo,
por debilidad que no conviene,
por comportamiento diseñado,
que parece destino...
No, ya aprendimos, por palabra de amor,
a optar y se nos pega la gana,
y somos desobedientes,
y lo que más conviene es sonreír
aunque nos duela la cara.
Había olvidado que hay (y siempre hubo)
tantas fantasías. Tus besos, por ejemplo,
que predican la realidad de los músculos,
la dulzura de las endorfinas, y no mencionan
que el amor existe, pero está el viento de marzo
y su lluvia y tu alfombra verde de prados
y tu piel suave, más suave que el mundo,
menos esquiva que una idea...
y existes, haya palabra o no, para identificarte
y voy sensualmente por tu adjetivo y tu verbo,
por tu cuerpo de onda, por tu ser y sus partos...
(Publicado en Mizares, Núm. 683,
18 de julio del 2000)
*
Mahadeva
A Govinda, quien da placer a la tierra,
a las vacas y los sentidos
¿De qué hablan en rigor, Mahaka,
señorazo del Tiempo y el Todo,
quienes no aceptan sus ojos perceptivos
y su curiosidad anhelante?
¿Son así como los míos los ojos
de quien destruye y crea?
si la cara los sujeta, reverentes
y fijos y curiosos para que disfruten
lo viviente y sus distancias...
El Mahadeva, ¿no dijeron? es el crío
del corazón, el niño eterno, la inocencia.
Sin Parvati no puede vivir.
Sin el olor de la tierra su básica realidad
se nos pierde, una mitad de su cuerpo
se escarnece, se aniquila...
¿Para qué tener narices y paladar y voz y oídos
si la vida del mundo fue descrita despiadamente?
Si Dios es el Todo y obsequia el Universo,
por mi pensar y mis sentidos, ¿acaso no me dio
también Su Semejanza, un Ser de lengua azul?
Un tambor para mi danza eterna y tres ojos,
no dos, tres ojos, agua y fuego para abrir
el espacio del Eesaana.
¡Ahora alegan que soy desemejante
en la adorable infinidad de los paisajes!
6-15-1980
*
El tronco
Tantra: transformar el placer mundano en felicidad espiritual
pues el cuerpo es recipiente para lo divino, no una fábrica
de karma o depósito exclusivo de aflicciones: Vajrayana
Son muchos los árboles
que vienen a tu ribera a dejar cada hoja,
a enflacarse de otoño, a pedirte amor
y ligamentos y raíces.
Son tan dulces tus costillas unidas
a cualquier tallo, te quieran o no
los comegenes que repudias,
los iguales que aman, los que sueñan
inútilmente parecerse a tí para atraparte.
Si no tienen esa suerte, corazón adentro,
es porque ya andas conmigo.
No hay tonto que replique para su provecho.
No hay tonta que no se trepe
al tronco de nogal y no se mueva hasta sacar
su pulidez y lustre al pardo rojizo.
La voluntad del placer es tan soberana,
tan soberana que traiciona, que separa, que solve...
¡Qué no has hecho por una robusta tranca!
por eso a las mil y quinientas,
sin que amanezca, yo te pregunto
si me quieres más a mí, o más a otros...
Te he buscado como forastero que llega
al templo, como metelón entre vestales...
Donde quiera que sea tu olor de hormona,
pregunto por tu médula adrenal y por las horas tardías,
por tu concha y por la forma de artesa de tus babas...
y, cuando tengo suerte, tu soledad y la mía se hallan...
*
Tu nombre
Dhyana: meditación que favorece la costumbre
a la corriente divina, tecobrando para el individuo
su aromonía con todo el universo y su alrededor;
proceso de interiorización encaminado a lograr
la transmutación del ser: Sir John Woodroffe
Aprendido tu nombre, te habré dicho gracias
por primera vez y estaré por admitir
que te he querido a veces, que me has quitado
los mocos, que me has herido el rostro,
que me dueles cuando no me recibes
tanto como me duele que no busques
en mis propios caminos y navas...
No que te quiera mejor como en ollas de Egipto
ni menos que te quiera en andanzas de rogona,
pegostes nomás de adobe
y no que no tengas marmita para cocer el rancho
a la tropa; sí que la tienes y por eso te olvido,
porque los celos hacen daño y mejor no tenerlos;
pero yo no aprendo a recordarte
todo lo bien que mereces
ni te amo todavía lo suficiente
para que no me duelas.
Tu nombre se ha confundido
con muchas cosas, agradables y diarias:
la chava con pantorrillas en alto,
encima y abajo de metecos
y tobillos lujuriosos que ríen,
con boca satisfecha y sonrisa tan amplia.
*
Detalles para desearte más
Has dicho que han nacido guajalotes en las recámaras
aunque, de cierto, que de mole
para esa noche no pasan; nada de lo tuyo
quedará sin lamido, degustado...
el ombligo provocador, el hondo abismo,
los senos tuyos que se mecen,
con ritmo dulce y juvenil de colegiala.
Sí, tú eres quien,
al examinar la morondanga
del que viene y va,
inspiras mi recuerdo de hartazgo,
me das para hoy y mañana,
más nunca hartazgo eterno, cósmica abundancia;
nada entregas de este mundo
que carezca de hermosura rutinaria.
Diariamente brutal, eres.
Entonces, pienso que, con tu amor,
mi vida seguirá vacía... y por eso...
lindo ombligo, ricas nalgas, deseo
y nostalgia de amor, ¡eso eres aún!...
¡Es lo que quieres ser; es lo que puedes
y lo que aún deseo cuando me faltas!
*
Me olvidas
No eres loca que coma lumbre,
ni yo tu igual aunque quiera quererte
y sepa que me quieres, si es larga tu ausencia.
Pero no me redimes ni me lloras
porque por cosas mayores te vas al infinito...
Te querré con la misma propiedad
con la que mis ojos te han comido y perdido
en la tragedia cotidiana y natural, que tú me olvidas.
Me has gustado y es injustamente predecible
que te haya olvidado, a veces repitiéndote...
¿Por qué sigo creyendo que el amor puede ser más
que amor y el placer, una puerta y un naufragio?
Si, en el mundo, tus milagros se vuelven
la accidentalidad tras la antigua idolatría,
a penia, miseria de timbal y patarata.
Voy a aprender cuán dura es tu costilla
por causa de que te encuentro para volver a perderte
y fingiré que te amo menos de lo que te amo
para que confíes en tu órbita
y para que me veas como el sol, que se aleja
cuando otro ajeno sistema planetario
está más cerca que mi aliento encima de tus pechos;
pero te voy a seguir, similar ronda del eje,
creeré que te iluminas cuando yo soy oscuro.
Que la Luz por la que giras
como si fuera tu lujo perdido,
irremediable, no soy yo...
Como si fueras una tragedia, un suicidio,
un mal sabor divino,
una blasfemia tracalera,
mi bien amada, te vas, Kali te quitas,
destructora, de mi vida.
2.
Sé que te quiero porque eres única.
En el fondo, no me necesitas para nada
y has rechazado de manera igual
toda forma coactiva de externa aproximación.
Me gustan las mujeres como tú:
solipsistas, anárquicas, sin dueño...
Daría algunos nombres para mencionarte;
¿y a quién importaría, después de todo?
El fundamento de cualquier relación
se define desde tí y tu red de autonomia.
Me cuelgo de tus escupidos.
Conozco tu miseria de araña
y la supremacía de tu vagina irreverente.
Siquiera tiene la evolución del patrio gobierno...
Hilas mi abismo de plata y soy el suplefaltas
al que sólo has compensado
con besos, distancias y recelos.
El mundo externo se subordina
a la única realidad de tus pelos
y yo recuerdo que sudas tu conocimiento
y se me antoja tu calidez y tu sudor
como lo más bello del torbellino de la historia.
Hemos sabido ser cómplices,
con el susurro del AUM...
3.
No existe más que el yo,
el yo que hierve en resina alcanforada
cuando el amor se vuelve un talismán
es decir, la mujer que filtra el tabonuco,
o sale de cualquier árbol
en que esté metida,
como Filis en el almendro.
4.
¡Qué maravillosas son las mujeres
que entran por los ojos
y que dejan su alcoiris en las pupilas
y los pedazos de estrellas, aunque fugaces,
como olor que no escapa
al tajalán que gruñe hasta las trencas!
¡Qué maravillosas cuando se convierten
en memorias para los dedos
y nos desprecian, a media talla,
porque han visto sus sombras
derramadas sobre el pecho como babas!
(Publicado en la revista Argos (México), Núm. 10, Abril-Julio del 2000, y en El Perro Andaluz, España, y en Hispanic Culture Review,
Vol. VI, Number 1-2, Verano 1999-Primavera 2000)
*
Homenaje a Hebe
Aquí pueden llegar los sedientos
de ideales, los cansados, los hambrientos
(de cambios y direcciones), aquellos en fuga
de jolgorios, tedio y oprobio, desalentados
por tanta recholata, incómoda, vulgar y envilecente.
¡Navegantes con hambre de futuro,
conocedores de la oscura noche del alma,
compulsivos outsiders, realengos
pese a la afinidad social y compasión al grupo,
aquí es la cita.
¡Vengan!
¡Se servirá del néctar de la Diksha!
Aquí se beberá la amrita gratis,
por gusto de transición contínua.
Hebe se inventó la resbalada.
Se ideó los túneles raquídeos.
Tropezó con el chasco
y repartió el deleite
de las copas sagradas.
Esta es la tala.
Aquí llueve el ritmo sobre la calle mojada.
Se lubricó un pedazo de cultura.
Se está en riesgo de recibirla en kundalini.
Anus en mole, átomos del aceite más puro
en la superficie del quiero y no puedo!
¡Caer de nalgas, levantarse y despedirse,
ab irato! Se denuncia, empero,
la incomprendida hebefrenia,
demencia precoz de cada pubertario:
¡la chiquilla está emputada
con tantas rascazones y martirios en vano!
2.
Comecandelas, anarquistas, ilusos,
inmaduros, quijotes, chalaos
de todo cromo: ¡vengan a tiempo!
Los todavía insatisfechos con las cortesías,
incrédulos, no convencionales, los que ladran
hasta morder del rabo remilgos y ortodoxias,
¡aquí es la cita!
Vengan por su nuevo sentido de individualidad.
Si están introspectivos por la luna nueva
y se les llama apopléjicos, turulatos, heboides,
zopencos, vitocos, idiotas, pendangos,
¡enteráos! Hebe se inventó
la rapada de coco,
el desgreñe,
la piojera,
el cartel provocador,
la iconoclasia.
Ella quemó el sostén
y tiró las pantaletas a los perros
y las águilas y los voyeristas.
¡Y le vale, le vale, le vale
tres cochos y diez remiendos!
porque ya vive sin mea culpa,
sin complejo, sin bochorno.
El susto ya pasó.
¡No cayó en balde!
José Clará y Ayats
(que es mi amigo en el mármol)
gritó: Juventa Vive y yo, con él, pigmalionaba.
José Llimona resolvió el Desconsuelo
al mirar la carita de tan modélica nymphette.
Creo que los tres la amamos cuando cayó
tan larga es y cuán cortamente fue vestida
entre las santas mugres del comportamiento.
En fin, que nos gozamos
las vasijas hechas trizas y a Hebe que brinca,
que patalea, que despotrica
y, por cuya causa, fluyó líquido
de eterna juventud a nuestros pies,
lavándonos con su tibia jalea de vulva
y agua celestial de luna llena.
¡Mentira que seamos enteomaníacos,
partida de vulgares voyeristas, yo y los cheos,
taumaturgos en la pedofilia del cincel!
Fueron devas que nos dieron
de la Gñana inaccesible,
un momento tan solo,
un instante,
y salimos del microcosmos,
dualístico y externo,
es decir, del agüite de estos días
sin mínima poesía
hacia la puerta de escape del samadhi,
donde Leda y el cisne
nos agarraron la polla.
Otros la culparon: ¡pobre Hebe!
¡Qué anárquica, qué torpe, qué imprudente,
qué excéntrica, qué impúdica, qué pelos!
Las copas son divinas, se quejaron,
El vino es ambrosía, mil años añejada,
gota a gota (¿y ellos qué saben?)
Pero nosotros, por devas devorados,
la quisimos más, la descubrimos,
la deseamos; la sentimos
en los lícuos arrecifes de las perlas
y en todas las tormentas de los polos,
así y tan punky, tan guácalamente impredecible
y taruga y adorable y la gloria hecha pendejera
por tanto musgo y limo pegajoso y barranqueras
de su cuerpecillo de hidríade,
supimos de su trotar de potrilla mañera
y de sus ganas de joder por amarnos.
3.
No lo sé, no me importa, ¿qué más da?
Se inventó el acomodo reológico del prâna
en nuestras copas... ¡es lo que vale!
¿Por qué con su salto sin pértiga hacia el alma?
Rara avis in terris, entre castas de rajputas,
así lo consumó, sin marometas
de tambores siderales ni torbellinos
de peroratas necias.
Fue el acto simple y súbito
por llevar las bragas en agaches del tobillo:
y, ¡qué obra maestra! cuando a címbalos
hizo un revoltillo con mi aliento y se inventó
the dishonest exposure.
Y los coros de ranas, pargos y guachinangos
(«comediantes» del Agora, como Nietzsche les llamara)
vieron su ombligo y dijeron:
«¡Qué asco!» y los prosudos sin raquis
se hicieron bolas a la vista del cóccix,
a la revelación de su magno coñazo.
Así es la turbulencia natural
de 50 billones de básicos instintos.
Los pobrecitos de hipotálamo,
santiguándose entre ellos, pidieron:
«¡Que sea sustituída de inmediato,
cubrid su endija, tapad su nalgatorio!»
Y los rebaños de la sadhana a Ganímides
ofrecieron el trabajo y él fue por las copas
de cualquier bebedizo, trago amargo...
mientras Zeus hizo vitatrones con el ego,
because the show must go on!
Entonces, La Ballena se llenó de gurudevas
y la flor de loto se destrozó sobre las lozas
y, siendo todos, amantes de utensilios
y mundarros cautelosos y códigos de moral
y gestos previsores, a Hebe la vistieron de hopalanda
y los pobres faquires le obsequiaron taparrabos
y las mojigatas ofrecieron sus velos
y alguna veterana comenzó una plegaria
en tiempo extra y fue cuando dijimos:
¡Nos cagaron!
Dizque su hermano, argumentó:
«Ven a la trincha; ayúdame o aléjate»
y verbalizó del shrutis su odio a la pudenda.
Fue que vimos el ojo más caliente de la hornilla
y adivinaron la katutsha en medio de las cejas
y fue que los vellos horizontes púbicos de Hebe
parecían avionetas y volaron como arañas al tejado
y por su tamal se reveló su doble torta
y el hazteallá se quejó: ¡Qué extravagancia!
ya que su clítoris fue tamaño escarabajo
(¡qué carnoso hesperidio para chupar en privado
y sus nalgas, dos joyas, duplicado deseo al chintamani
(¡qué hermosura! ... házme el favor, yo me la llevo)
y los richis se purgaron el nabo
como obreros del pulmón llenos de cuitas
y se vinieron cuando apenas se habían ido
y los chelas, bebechelas tan chalados,
sustituyeron la amrita por chicoria
y esa noche salieron vomitados
por acusar a la flor inmarchitable
cuando Hebe los puso parejitos,
inventándose, en fin,
que la corrieran.
4.
Así, tan desmadrosa, fue su Diksha
(y la nuestra). Quiso irse sola.
Salir por el ojo invisible de la esquina.
Verse renunciada de estos puercos de kama
para quienes la noche de La Ballena fue chasco.
Mas, digo yo, Hebe fue
lo mejor de miles de ocasiones:
relámpago en la matriz del mundo.
Se quitó el mandil y quedó en cueros
y lanzó la copa del Olimpo sobre el hombro
y cayó redondita como jarro de OM
que flota con su gracia y se arrenja entre olas
como loto en el cieno o la nenúfar
sobre colcha de espuma.
¡Qué agasajo lunar, qué wahine!
Hebe cruzó hasta la salida de los baños
porque su padre la aplastó como a una mariposa
y dijo, voz de trueno:
¡No sirves para nada, niña!
5.
Esta es la senda renovada de Hebe.
Sígala el que oye el sonido primario que ella invoca,
el que guste que sus pies sean refrescados
por la espontánea viña del ritmo de la lira.
Aquí es la cita y vengan todos,
excepto el hazteallá,
el bufón de precauciones saturninas,
el déspota, el sabihondo infalible
con cerebro de bula y privilegios de Papa...
(Basta que existan en los jolgorios del artha),
aquí que no vengan, ni consigo traigan
a los gananciosos, satisfechos de quemón,
ni a los veristas académicos, asalariados sin AUM,
ni a los remendones de posibilidades al azar
ni a los puritanos, cantores de puranas.
Que vengan mejor los de sucios pies
porque aquí, donde Hebe está,
el supernéctar es agua
y canción de torrentes,
revolcón de olas,
rock del salpiqueo, estrofa de lluvia fría,
derrame contínuo, bautismo,
estanque y ánfora de versos,
sangre de profecía y vida,
ritmazo de meada, disparo de semen.
Lo mejor del caldo, la saliva,
el sudor, la adrenalina
lloverá sobre el cuerpo y desde el cuerpo
y el manantial será mano y pies
en pos de las doncellas
y la ninfa irá en pos del varón
que ama y comprende.
Aquí se riega ella, Juventud,
y con ella la regamos.
Las ninfas chapotean
y Venus trae el pomo hecho trizas.
Juventa se rebela contra renacuajos y guabinas;
pero algunos, sumergidos en gozo por su causa
y, por susto de su regazón,
en su lugar, llenos de pelos y vibra,
aplaudiremos.
Cortaremos su paso.
Con ella y por ella, larguémos al tubo,
a la cloaca,
al desmadre, a donde quiera
que se ubique su carajo.
Ella sí que es ambrosía
para los que escuchamos la lira de Apolo
y el canto de los manantiales.
¡Con ella, somos como ella!
jóvenes, desafiantes, enérgicos, impredecibles,
orgullosos, candidatos a otros oficios, lugares y ciencias,
donde el amor echa pelos y se cuelga de la estrella,
y danzamos así con las musas y las Horas
y vamos a las islas encantadas
en aras de las hembras de los mares
y salimos de La Ballena
¡despedidos!
pero llenos de porvenir y dignidad.
1-9-1993
*
La lluvia es nueva hoy
Haya llovido o no, llegaron a la orgía.
Y llueve a campo abierto y, en las calles,
para que la gente llene sus calderos.
Desde los cielos
una dulzura, cándida y jugosa, se vacía.
Casi todo corazón, como si fuera excéntrico,
la intuición de las cosas intenta. Las persigue
y, como por leche santa, a todo adjunta
su fuerza y vida.
Ninguno está seguro,
¡pero la intuición les basta!
La lógica, por argumentativa, es tarro de clamores.
Está lloviendo a cántaros.
Las garrafas se rebosan caprichosamente,
llenas de desagravios y empirismos.
La libertad es la sustancia acuosa
tan fresca como pezones pubescentes
y labios y lirios.
2.
La mente funciona esta mañana
sin acierto, sin pegar una,
yendo a las batuecas,
cuando intenta entender la duración,
la experiencia vital en esta madrugada.
La inducción lógica se ha cimentado
en nada, en vacío.
Mala es la generalidad que se valida
sin su raíz en los particulares,
sin estos avatares de agua cristalina.
Acá abajo
el terco como mula
tiene en la mano una jarra
y el más feliz, el bueno,
su vaso de contento.
Desde las cancelas, las niñas averiguan
si el placer las hará conejillos de Indias
yendose al desagüadero de sus calles
(las cuitas informuladas, silenciosas),
río abajo, sin señales...
3.
¿Cuál es la naturaleza de esta lluvia
que reparte viejo amor, con nueva democracia,
por qué azota un dulce trueno, su ánimo de luz
y desaparece, en puntillas,
eyaculándose al parecer sobre el gran cántaro
de los cielos abiertos como muslos?
¡Está lloviendo a cántaros!
El grandioso evento, la lluvia misma,
es nueva hoy, ¿será nueva mañana?
11-9-1997
*
Tu voz, tu mito
Sólo para el corazón
se documentan las estrellas.
Tu Voz como lluvia ha llegado
y el cielo se espacía para Tu Mano extensa.
De las aguas han fluído más fulgores
Relampaguea.
Relampaguea.
Como rayo se levantó
desde su escondite e inercia
y se elevó
y cayó en surcos, como semilla,
y fue energía.
Han temido lo que es, menos por su luz
que por su voz.
Y testifico en Su Nombre,
aún los duros de cerviz,
se llenan de ternura, a breve instante del sollozo
y los que cantan a la alegría, ya consolados,
los más sólidos, fuertes cimientos,
como en molicie de dudas,
renuevan sus memorias
y atacan a castillos sublimes, broza,
y a templos rutinarios sin Shekinah.
¡Los solitarios ya saben sobre el Ser
y se persignan! La sublime luz coparticipa del agua.
Se bautizan en fuego.
Hay una paz oculta
tras el trueno violento y los vendavales
y una voz que, sin nombre, nos alcanza...
10-4-1988
*
Cit y Kali
Cit me cita y Kali me devora.
Es la puta más negra de mi noche
y nadie, sin embargo, me cita
compasiva, sensual, asesina
como su lengua roja.
Ella no regatea razones a la Maya
Su olor me encanta. Hechiza.
Su yantra es la cumbre más velluda
de Maruxa, su boca es oro-genitalia,
en los montes de lo vivo.
Sus jadeos son los mantras
de mis salmos más íntimos.
Por eso moro en sus montañas
y circulo en sus ríos.
Relámpago soy en sus ojos de lujuria.
Cit me cala cuando me cito
cálidamente en Kali hasta que rajo
sus anhelos y pasiones.
3-10-1992
*
Lo que yo adoro en tí
Life was written into de cosmic code:
physicist Heinz Pagels
Siva / Universo, andrógino, niño y anciano citado
por metáforas antiguas, más allá de forma y descripción,
si por algo te conozco es la vida, Siva / Nataraja,
temporal y trascendente, si por algo te adoro
es por tu lengua azul, de chupa-tóxico,
por ser silencio y tambor, por estar en tí
quietamente absoluto, y estar en tus amantes,
en Parvati, en Durga, en la manifestación
oxitonizadora del amor y la consciencia.
Lo que yo adoro en tí es que estés calibrado
para dar la existencia de la causa, el diseño del Todo.
Me inventaste, partecilla viviente, en el principio
que te auto-organiza, Tu mente me poseyó en el ser
y me tomaste en cuenta. «Yo existo», me amó
y mi energía no se coaguló en galaxias,
me arrastre contigo al deseo y soy parte
de tus Gigantes Paradojas:
el diseño inteligente de todo lo que existe,
el caos que se rescata cuando tu voz
resuena en cósmicos vacíos.
*
2.
The very fact that the universe is creative,
and that the laws have permitted complex structures
to emerge and develop to the point of consciousness.
In other words, that the universe has organized its
own self-awareness, is for me something going on’
behind it all. The impression of design is overwhelming:
physicist Paul Davis
Diseñaste al dios inocente, al que se satisface
con la bacteria primordial, primer juguete.
Pero no es poco un bacteria para quien crea plenitudes.
Extasis es Tu nombre, jiva ilimitada, manso,
calmo, siempre capaz de echar sus energías
a las aguas de Uma, a los fuegos de Bhairava,
a los Nandi del Aire y los espacios de Sadasiva.
Diseñaste el Toro y lo llamaste «Mi Transporte» sacro
y te purgaste el Nabo para hacerte más espacios
en la carne y el sexo. Desde ese día quisiste
la Tierra y el toro que la pise y la mujer
que adore lo que tienes para Yoni:
tu Linga, tu falo, tu semilla.
Diseñaste un cielo morado para los que te amen
y las tres Nadis y caminos para que pasen
tus carruajes y el mulo que la jala
y el elefante y el toro y el guerrero.
En el espacio, hicíste el arma de Indra,
formaste rayos, diamantes para el falo duro,
lo mismo que los Upayas del conocimiento.
Hicíste ra(z)sa, con prana de Tu Aliento.
Hicíste la Reta, tu espermajo,
y te vacíaste en el gozo de los hombres
cuando díste la Prajna y el maithuna.
Todo diseño eres. Muchas son las criaturas
que suspendes en el aire, mucho lo que escondes
en las aguas, y aún en el Caos, todo se estabiliza
para que cumpla su nivel de mayor organización.
Toda la vida es divina. Por eso híciste sintiente
todo lo que vibra, lo que tiene oxitocina,
lo que tiene un aliento, lo que se agusana
para librar más shakti y enroscarse
en los sadhanas de victoria,
en los círculos de la energía.
Aún en la hienda, en el estiércol,
siembras el hongo y algunos crecen
como phallus impudicus, orejas de satanas,
y apestan como boletus edalis, pero yo veo
Tu vida en él, tu Linga, tu mensaje,
Tu símbolo.
*
Los filósofos del agua
Me veo y me deseo
en los consuelos de estos viejos de ayer
que saben calcular a dónde vamos,
que no tienen infiernos atormentadores
ni destinos de condena.
Escriben su flecha sobre lo más dulce del seno
de la tierra: sus aguas, cambiantes y vivas,
y aún sobre la sangre de las estrellas.
Con amor se designan
y son agua, dijo Tales de Mileto,
y el apeirón es éter; pero la vida se origina
en los mares, en la sed dulce,
en la vibrante fluidez de las moléculas...
En estos héroes yo creo.
Y con las niñas de estos ríos
yo voy y escribo amor y canto.
11-9-1997
*
Sadhana
El amor vibrante de las cosas
se llama regocijo
y se percibe sonoramente transmutado
por la célula y la vibración
que sobrepasa las 20,000 dimensiones
de amplitud que la condensan
por su expansión intensiva en los aires.
El amor galopa en hertzios
en plenas ancas,
con frecuencia vibrante
y timbra la complejidad del conjunto.
Es su estímulo para hacerse un beso
y levantar su polvo entre los ecos.
O un abrazo.
El encuentro cuaja en los vientos.
¡Yo escucho el trote dulcemente!
19-6-1977
*
Eva (frag. 3)
Calentadora de la magma fósil,
hornilla erótica, la mujer
edifica más que el hombre.
A la ausencia, sin duplo, dulcifica.
Saca el placer de la miasma
y del metano nauseabundo.
Los mendrugos coce con el púbis,
multiplica el pescado en las verijas
y redobla la vibración de los escrotos.
Así tiene el Tiempo
su Tambor de Nataraja
e inaugura su tick-tack
el reloj de lo vibrátil.
Ella evayacula, zumo pujadora
lo que Adam petrifica.
Eva todo lo combustiona
mientras Adam se derrite
una vez el Bing Bang
lo dispara con pujadas
a los rumbos inciertos.
El quiere la cobija que ella tiende
porque nació desnudo en los fríos
de cuatro fuerzas desunificadas.
Sueña y se afana por el lecho
donde él tiene que nacer.
Ella, sin él, fabrica la cueva
de su propia muerte
y lo elije por marido
y lo llama Adam, su tierra roja.
La mujer muere en el hombre.
El no tiene otra tumba que ella diga:
Es la mía. El fue primero punto, coma y línea.
Ella vino después con la forma de piedra
y se hizo círculo y triángulo peludo
y torso, con dos campanas
que parecen volcanes en la Tierra.
Ella dijo el primer ¡Ay!
y huyó por las puntas
del cangrejo, tan lenta y apacible,
como supo ser por no saber mirar el Todo.
Ella camina con sílabas que Adam ignora,
pero que él tiene que aprender,
si de sobrevivir se trata
este aquí y ahora, hic et nunc...
Siquiera es como él cuando ríe,
pero ella es ella y, como ella, ninguna...
Su voz es dulce
como mordida al caimito jugoso...
Ella nunca bosteza.
El tiene hambre de contínuo.
Tampoco forcejea con sus riñones.
Otros pelean por ella y le prestan los suyos.
Siendo la reina, él es el zángano.
Lo aloja en su colmena.
Las hembras son vampiras adamyuladoras.
Publicado en Tertulia de Mizar,
Núm. 560,
7 de abril del 2000
*
Madre de las aguas
A Kali
Sólo tú puedes ser diosa en los ríos,
náyade de los campos, Luna en los cielos;
sólo tú, árbol de conocimiento
y real esperanza.
¡Tú desocultas lo que se esconde
en el azar y todo lo pones a raya!
Eres el ser extenso más bello y aquí y ahora;
eres niña y mujer y madre y autora
de los años y sus sabias tormentas.
¡Por eso se te invoca como vírgen y anciana!
por ser tan poderosa, salvaje, independiente,
fundamentadora y promiscua.
En los eventos causales
eres la pera que no se pide al olmo.
Niegas al taimado sus caprichos.
El honesto fuete te pervive.
Te han dicho débil y te han esclavizado
pero, saben todos que eres el ibris,
la riqueza visible y el gran salto
del dolor a la dicha,
de la fe a la creación concreta.
¿Ves por qué sólo a tí pido?
4-11-1983
*
Las siete almas
... every animate thing has a soul:
G. de Purucker
Llamaré alma a tu nombre
porque se dice con sílabas
que imperan sobre la muerte.
Te has ido antes que yo de lo manifestado
y quedó Tu Nombre como bramido del Viento,
como el eco de Indra, armado en el espacio etéreo.
En la intimidad de tu cuerpo,
tu alma de fuego me despierta; te agazapas
como la serpiente más bella de la noche.
Subes como un torno, taladras
con las chispas del udena.
Te derramas y quemas.
En el foro de mis ojos te llamará: Refulgencia ...
porque depositas lo eterno en las cosas,
inclusive en estos huesos que tiras,
que acuestas y enderezas, alma es el agua
donde nací siendo alga, pez, rana, mamífero,
alma el arroyo que deja flores en el limo
y piedrecillas en restinga a la vera de la riba.
Alma soy por causa de tu alma.
En la intimidad, cuando despierto,
el frío huele a lunas de nostalgia,
volvería a tí por soles, por ojas de tu Brahma.
En tu tersura está la carne de gallina.
Se han abiertos tus poros en mil ojillos
que vibran y embelesan a mi tacto...
y la luz azul te sale del ombligo
y comprendo que también hay diosas
con el alma de la Tierra y que me tienes
en regreso en estos montes
que son como el Moriah y el Horeb:
el karma existenciado.
4-11-1992
*
El aliado infiel
A un aliado hay que vigilarlo tanto
como a un enemigo: León Trostsky
Tú, que crees en el amor
y buscas la palabra delicada para
dar su presencia, ¡ten cuidado!
La palabra es signo y señal
y origina sospechas, aunque tengas
el perdón y suaves manos
para quedarte con el poco cotidiano
de este hacer y sentir con los otros.
Aún sedientos de amor, a susurros,
se acercan, fieles a medias,
tiernos a ratos, incoherentes, temerosos.
Ni amar ni odiar es fácil,
menos vivir, sin pausas, amando.
El olvido evoluciona lentamente.
El fardo del dolor, pesadamente, se carga.
La gente se quiere, se alía, se intercede,
tan a plazos que a veces
tarda la raíz en darse asomos
y una flor no es una flor
ni en lo más alto de la rama.
Raíz, flor y tallo son retazos
de lo hermosamente latente, irredimido,
aplazado, ignoto, incomunicado.
¡Lento es el amanecer que se espera
cuando se ama; y no siendo hostil,
ay, como se espera, cómo tarda!
Vigila, pues, amor, la madrugada.
Alguien siempre llega herido como ladrón
sin suerte y ha de morir, quizás
agradecido al amparo de tus manos...
17-5-1997
*
Ahankâra
El punto en que el alma pura toca la materia.
Es punto de contacto es aún más fino que la inteligencia:
Swami Prabhupada
El que hace el Yo, el ego sucio,
mentiroso, lleno de tradiciones nunca dirá VIDA,
vibra él hasta ver luces en lo oscuro,
ilusión con aspavimientos.
Un poderoso que maldice, un retrógrado
que se individualiza como factor
de prohibiciones colectivas,
decreta según su ley social
«Aquí en el Tiempo mando
y me prohijo y me entronizo»
como Sensorium Commune de Escolásticos
por amor a valores de la chusma
y sus miedos y sus vicios de alma empírica
cagadas en calderos y karanas del espacio.
El ego es el peor de todos los absolutos.
Su labor es mentir.
Engañar la sensación siendo más nobles
las cualidades sensibles de la Jñanendriya:
el oído, el tacto, la visión, el gusto, el olfato...
No creas a los que dictan su Ahamkâra
porque reinterpretan el Eter, sin memoria,
y el aire que es sonoro y táctil,
y el agua que jala y empuja y da sabores.
No les creas, cuando no quieren ver,
tejas abajo, no creas en fuegos fatuos:
el fuego es visible y necesita
del sonoro Akâsha
y del Vâyu, sonoro y táctil.
5-4-1984
*
Invocación del amor
¡Vamos a hablar de amor de otra manera!
ambiciosamente feroces por bocado,
carnalmente comprometidos hasta la médula!
¡Vamos a ser tiernos, pero realistas!
desafiantes más que el cuchillo
y las conspiraciones,
más que el lugar común
y el sentimentalismo.
Sí, hablemos del amor,
del que tiene nacimiento y etapa
y destino y dolor y esperanza.
Amor que es realidad, objetiva presencia
de memoria y proyecto
y coherencia continuada.
Si bien el amor ha sido una palabra vaga
que busca lo anhelado,
todavía es concretamiento prestigioso
y se escurre del chantaje cotidiano
y estremece a la emoción humana.
Estoy hasta el hígado en pedazos
por atrapar, ajeno al amor nominalista,
(no su más allá de luces fatuas y empalago
y coqueta menudencia de rituales),
sino su aquí y ahora de estímulos,
su afirmativa certidumbre.
Renuncio a sus formas oscuras
de gesticulaciones y extravíos,
a sus cenizas apagadas, a sus llantos soterrados
o públicos gemidos de luna timbalera,
a las ínfulas que urden lo mismo que el capricho
a las picardías frívolas, pasajeras, ilusorias
como poca monta y cuenta rendida de corazón,
entrega y sacrificio, al estéril embeleso
de portada y farandulería,
a la mística ovogénesis
o secuencia virtual de saltacama.
¡Me da vergüenza este mero hablar de amor!
Decir soy recto y monógamo
y sólo entre dientes, cálido, amoroso,
llevar flores en mano y en cita de callejón de lobo,
mentir como un locuaz lleno de letras
y vibras de trasnochado lirismo, aprendido,
crédulo, pródigo por sus frases gastadas,
aún cuando oculto que soy apasionado
y mulo convencido de que la carne
es deliciosamente traicionera.
Tengo el gaznate seco,
sediento estoy por descubrir amanaceres,
y temo que echen a perder
la noche de mi éxtasis, el parto fértil,
hijo de tu epinefrina,
el ángel de mis péptidos,
el asombro de mis días.
Me dejaría morir en la palabra
diciendo amor, súbitamente, ufano de coraje
y de celo, con auténtica soledad
por falta de mi oyente y aquella igual,
que ya desertó del amor de pose, no verificado,
pero que, de repente, está atrapada salvajemente
de un no sé qué, medular e inmarcesible.
¡Ay, amor de penurias me fastidias
y, con el mismo temor del amor de temporada,
escozor de los séptimos años, me atacas y desvelas
y ella, que es mujer y hembra, ya ni admite alarde,
y maldice al sicko, al amor de panderetas
y de hostias en su más allá de grumos
y tedio tendencioso,
petardos de hueca hombría!
¡Amor de rosas secas,
tiestos plomizos y cursilería,
amor de manos frías, de turba vengadora,
de palabras tímidas, de silencios cobardes,
no te consultaría ni pagado ni gratis,
ni en tabú ni en amuletos,
ni en fiambre de grata mano amiga
ni en monótono déficit de los desalientos!
¡Amor de monoaminos y glucocorticoides,
de carencias hormonales, pánico e histeria,
me aburres, me hiedes, me lastimas!
... pero tú, amor discreto,
socialmente lleno de pupilas,
orejita que estudia a los fracasos,
tú que vas y vuelves en friega
negándote a morir a pesar de que el otro
se marcha y se endurece, siempre estás al tiro.
Y yo a veces solo, te veo y te amo
porque contigo se está siempre acompañado,
aunque no estés presente y se te siente
nutriciamente alerta, rica, cómplice,
sujeta a un mismo padecer que el mío,
invocable como el primer día que el amor
dice: Quiero, soy, me gustas...
¡Vamos a hablar de la realidad
(no de lo que has sido) de lo que puedes ser,
a pesar de todo, lo que eres...
y la distancia afectiva que te burla
y el proceso necesario de ser,
contra la expectativa,
que tiene tu encuentro si la esencia permite
porque ya no hay sombra
ni discurso ni fondo por rebasar
ni sementalidad de simulacro!
Aquí, cuando te nombro, ya existes,
sin interpretatividades
y curas y solves y eres verdad y honra
del ser mío, el ser-acompañante,
aunque siempre hay quien ama más
y alguno que ama menos.
3-4-1989
Publicado en Tertulia de Mizar,
núm. 593, 20 de abril del 2000.
*
Dhiana / Interiorización
Tantra, la doctrina a través de la cual algunos tipos
de enseñanza son extendidos o desarrollados,
la acción contínua de entretejer: Arthur Avalon
Al dios tribal de los altares
lo sacamos; ahora soy el universo
de Dioniso, el hijo de la paz,
sin Schopenhauer, la intrahistoria
de la serpiente y la gacela,
el sustrato sensible, liberante
de la vida y de la muerte.
... y estoy triste,
mas lleno del aporte de tus formas,
agradecido de que vuelvas
como ciclo de luna y menstruo.
Veo cómo se destroza Apolo,
que fue el verbo, cómo
Démeter se cava en la tumba
y yace en su ser vivo
y es trigo y vida, a pesar de todo,
y la vid y la cebada
y el henazgo y el reposo.
Semele pidió del amado
¡grandeza, plenitud de energía...
lujuria, detalles de intersticios
y rincones en el átomo,
seidad entitativa del Ser!
y orbitarse, no en el valle más lumínico,
en los círculos sagrados de Siva...
... ¡y esa es la muerte!
3-19-1980
*
El libro de la vida
Abran el libro de mi vida.
La carpeta son dos paredes replicadas
que a la célula forman, castillejo para cuerpos
que me llevan al mundo, a la flor y a los mares,
a la fruta, a la bestia, al aroma, al murmullo.
Tengo el lomo de puros leucocitos
y me sanan cuando duermo, temeroso
del naufragio y el abismo.
Y a las orillas, una vez infértiles
y cocidas por envenenados sequedales,
suplico su primitiva humedad de barranqueras.
Busco el hito de velas y de barcos
hasta en remotos hitos de jungla y lodazales.
Cada hoja que se pegue a mí,
que mi cuerpo sea yo solicito.
¡Abridme en volúmenes de antena
con cada palabra hormonal que arranque,
en flote, suspiros de márgenes ardientes.
En densidad, sin vaivenes,
vean mis secretos fondos tan blandos y anhelantes.
Pongan ojos en mí. Esperen mi partida.
O mi llegada. No me dejen sobre resacas rojas.
Abrid mis páginas
porque la sangre es fértil
hasta en el negro escarabajo de la muerte.
Esas miradas suyas que mis nutrientes sean.
Que me toquen en la herida abierta.
Que me sanen en los gritos profundos.
Que escupan sus islotes de ígnea exploración
y ardientes sedes, sombras para el sudor
que está en la rada, en los puertos,
en la simiente posible del pez.
Quizás cosechado en espigas, rencorosamente,
o por amor, por telares en friega,
han de darse, una vez y por siempre,
motores encendidos y manos de cosecha.
Aquí estoy.
Les llamo nubes, aguacero, marisma,
bandera, barcaza, galeones y nada soy sin rescate
de una hélice espiral, mi hermana tierra.
Mi patria es nucleosíntesis, proceso indetenible.
Nada sin voces de ballena,
nada sin ojos de circo solidario.
Nada sin sus arterias al trasfondo linfático
del barro, nada sin su evolución que nombra
al esqueleto mío, al puente que me eleva
al corazón de exploradores, al amor posible
que todo lo llena, lo salva y lo nutre.
Los ojos no se completan
sin saber que me han amado
por las ramas y los soles.
Leed de las más pequeñas letras del grafitti
que tan duramente saqué de lo salvaje,
tiernamente al escribir mi pez en cada molécula.
Un cielo promete, río subido al infinito.
Brutalmente salvo al hombre
que bendecirá con las memorias y escupirá
en sus ojos para entrever su presencia
en cada pared de sótano biológico.
Empujo estas paredes
más allá de mi yo desconocido
y dejo cien trillones de letras con mis cuitas,
unas verdes, azules como algas,
unas tristes, grises como lo ignoto,
unas pestilentes por ser, en tentativas,
unas organizadas para huellas de Soluto.
Lean que dejo al cristal, por pupilas...
casi arena, sílice, gneis de los tiempos.
He mirado en el fondo y la mar me dio olas
y ahora el viento, su universo de polen,
y como barco voy y sin chalupa vengo.
Estoy por otras torres, llovido desde el alma,
por otras perspicuidades, seco en el horizonte.
Estoy en mi genoma, vibrando en albúmena
y cal viva, y tumba de ángel y raíz y espiga.
Aquí dejo mi diario, letras moleculares.
Me transformo y zanjan con sepelios
de sal, y la vida almidona temblores
y este sismo en la voz y estas guitarras
de sol en lo profundo, no sé de qué cielo
me proveen su sangre.
No sé de que ángeles subterráneos,
colocan sus niñas en mis ojos,
aunque las formas sensuales vuelan
y pavimentan amor en mis costillas.
¡Ay, no sé si voy, si vengo,
si me orbito, o me pierdo
en la quietud de la sombra, o el abismo!
Lean, abran el libro de la vida,
el mapa de mi tiempo que se pierde,
la ruta de mi avance,
insinuada de extravío itinerante,
el preciso punto en que me olvido,
el instante de angustia que me encuentra.
La página es de sangre como gloria.
El plasma es tabernáculo,
shekinah de una pasión o su agonía.
Y una dicha goteante me persigue.
Un yo que más que vivir, pervive dando coces,
a poco de llorar y va cantando
su aguijón con alas de mercurio.
Un ser con sus espacios soy,
un ser-uno-con otros,
que se abraza al mundo, se abre
con sus libros a la madrugada.
El Uno es Quién y el yo ontológico,
genoma interrogante.
(Publicado en Tertulia de Mizar, Núm. 685, 20 de julio
del 2000 y en La Blinda Rosada, España, 9 de julio del 2000)
*
Ritmo
Puede que el mundo lo sepa
(pero quiero decirlo para que no lo olvide):
a la mañana la sigue la tarde
y un día entero tiene forma de mujer.
Tiernamente divertida cumple sus quehaceres,
dulcemente cautivante, aunque esté cansada.
Y la noche es la misma mujer que se pervive.
La tarde es la noche que no quiere acostarse
y el sueño, que al descanso llama como un arpa,
no se detiene, sino para fundar amor,
plácidamente, y acariciar la piel
con la mañana.
8-6-1989
*
Lo Idilico (1)
¿A qué llamaría yo... naturaleza y, al hacerlo,
con mayúscula alegría, Natura mía,
con terca convicción, a qué, o a quién...
si no a mujeres visibles,
niñas en mis ojos, mi realidad,
y a una, en particular,
a tí, tan quieta y frágil
que duermes a mi lado?
A lo que es la sustancialidad que me comulga,
a lo que soy por tu causa, contingente,
el shamán que las amo, uno en todas...
Sustancia apropiada de mis sensaciones,
aquí y ahora, designo y digo: Tengo mundo,
mi mundo eres, mi orden para hallarme
y piso fuerte, sin capricho, ¡existen!
aunque sea el mundo...
el espacio de mi cama.
¡A ellas y por ellas!
por su causalidad, exquisitez conozco y nombro...
¡No hay entelequias ni transmundanerías!
Al pensamiento han dado más que íconos.
Este contenido es certidumbre.
Es tacto, carne y hueso,
el aliento suave, tierno, audaz,
erótico y fecundo, preso el mío del suyo...
y ambos realmente satisfechos...
2-3-1997
*
Lo Idílico (2)
Siendo que creo en los árboles y me gustan las palabras
como son rosa y flor y raíces y sol y primavera
y que no sé sobre el por qué me gustaron
las nociones, vegetalmente irruptas,
de lo idílico, debo estar loco: el mundo es duro
como guayacanes y muros calafateados.
Y hay los que engañan
con la dulce invocación de rosa,
con fragancia de cielo,
gotas de rocío,
sorbos de aromáticas raíces
y hasta con neumas cordiales
que llegan a ciegos velos,
los ojos al soñar, al creer,
por mirar al infinito.
Adoro a la Naturaleza
y, por igual, a cada criatura que es,
no siendo humana.
Y cuando brama la mar bajo los cielos
y cuando brotan las flores y los misterios
de cada semilla, me fascina.
Madre Naturaleza: te personifico
para creerte más en tu vínculo conmigo;
si no tienes corazón, tormenta y rayo,
mar bravo, violento ciclón, amargo sismo,
yo te doy uno; pero sé, mujer, madre,
parturienta, amante en celo...
Ya raramente observo al bosque
Tampoco a cielos claros, encendidos,
ni a la gloriosa dimensión del campo abierto...
Vivo en este urbano infierno de los cantos.
¡Pero una mujer a mi lado me devuelve
hasta a los ríos y las junglas,
secretos del esplendor biológico
y a la historia de cada movimiento,
de ciclo de anhelos, me entregan, por igual,
en lo humano y en lo social.
Y con amaños teóricos, lo reclamo todo,
en ovogénesis, en clamor
de Tierra Prometida y entregada!
...y por esas pequeñas semillas
que han sido mis niños, espinosamente traviezos,
los que entran y salen de mi casa como animalitos,
amo a la mujer más campesina, a las indias
del monte, a las hembras de las campiñas,
y a veces descubro, colgados de mis párpados,
por gozo y lágrimas y asombro, lo que pensé
haber perdido en este laberinto urbano.
Al fin, que son dulces como las frutas,
delicados como el alcoiris,
los niños y la mujer,
las criaturas naturales
sobre el mundo
de los vulgares materialistas
y crueles tiranos
con la palabra
Dios
forjando
llanto.
14-9 1992
*
Lo Idílico (3)
Cautivo estoy de este mundo social
que no tiene amor por los pájaros.
Que evita cantar en manantiales.
¡Qué pocos se lavan sus pies en ríos fluyentes,
qué muchos los transidos,
en estanques de balas asesinas
y con sangre de niñez inocente,
sedientos y mojados,
salpicados de cal
y de más amargura que lloviznas!
La armonía, si es el edén de la arboleda,
o si es el amor del paraíso, evoca soledad,
pero, con montes de piel, ninfas,
cortezas de árboles y danzas de silfos, renazco
y entre remolinos de dulzura infantil
se vibran como llama, se purifica el corazón
y somos alcoiris y la boca, agua bebe
de los pozos dulces.
Y la piel brilla como soles
y el alma atrecha
por piadosos escondites
de montes y riachuelos.
Apartado de ecosistemas e instintos naturales,
a pesar de mentiras e hipocresías que se agregan
al esquema de mis relaciones con el mundo,
intrusamente humilde, me remedia la esperanza.
Me nutre, a diario, el vendaval de unos ojos salvajes.
Son los de mi hija, sangre soñadora, que ya duerme,
la diablilla del porvenir que está en su cuna, mi alegría.
Al lado, cómplice del recodo de su nido,
su madre, mi esposa, cuyo torso respira tan suave
y adorablemnte como el primer día.
¡Oh, madre dormida, te amo!
Adoro sus túrgidos senos
y me encanta besarlos.
Es que canta su corazón tras lindos huesos
y lo terso de su piel es mi cosmos.
Su montículo de musgos, Su sexo,
es mi Rezo para toda la multiforme diversidad
de la Naturaleza,
el templo al que voy,
apasionado de epicureísmo, es ella
y no voy a creer, con tonto rito,
sino a sentir para creer aún más
de lo que creo.
Me hundo debajo del ombligo más fecundo
y ella me devuelve, célula por célula,
las certidumbres más profundas
por las que me oriento.
A gusto me revuelco en lodo cósmico,
porque creo en sus semillas y en su testimonio:
la Hija que me dio. En su fe siempre hay frutos,
hijos con porvenir, continuidades...
19-9-1992
*
Kama
... a substance-principle of which man's constitution
is composed. Kama is the driving or impelling force in the human constitution;
per se it is colorless, neither good nor bad, and it is the seat
of living electric impulses, desires, aspirations, considered
in their energic aspects: G. de Purucker
El alma hay que extraerla sin carencia.
Por eso voy por Coatlicue.
Quizás a la casa de Celeo.
¡Que salga ese kakón y la despierte!
Mi ansiedad de mexitin
da sus frutos en las noches,
pero me falta a Baubo por nodriza:
alguien que me perturbe
en la ausencia de istacoate
cuando mi estera está vacía.
Quiero que a flor de carne amanezca
la serpiente rolliza de alegría.
Que la niña sea una estrella:
y la bragueta sea la cuna
y ella vivaracha, lasciva, salerosa.
15-7-1980
*
Coatlicue
... el apego a los objetos («ragâ») transforma
a los objetos en la perfecta satisfacción o plenitud
del Sí-mismo en aspiración determinada hacia determinados objetos:
Javier Rou
Me has querido bien,
paciente, sana, vigorosamente.
Que yo sacara dulzura de la peña
y me lavara en el río
donde te bañas y alimentas
ha sido tu esperanza.
Pensaste que yo doy vida,
pero más vida hay en tí,
depósito silvícola, centinela de kakón.
Te difaman, hígados de indio,
y se equivoca: tú, más candidez
sacrificaste ante el Hades
por los hijos perdidos en la sombras.
Negro luto quemas en rituales
siendo adorable sin saberlo.
Más finos y tersos tus pétalos,
flor oscura, que las de muchas mañanas
y en tu vivir, Coatlicue,
menos arrugas y dolor dejaste.
Han sido tan limpias tus llamas,
fuego purificador, porque litas.
Lo sé porque me has querido
y el altar no miente
en la paciencia que atestigua.
¡Soy el residuo más dulce
que creaste en el carbono!
5-14-1980
*
Putamen
En el poema humano,
el que vuela al espacio después del nacimiento
y deja su nido oscuro, la sustancia negra,
el alimento se almacena en el putamen.
¡Cada estrofa se dopa
como tesoro inagotable de la mina!
y, en lo más externo de la esfera,
se fortalecen las alas,
con cachondo canto, se aprende
la pasión y su delicia activas.
La corteza motora es una danza
y el poema, una gaviota,
y todo sobre la colcha neuronal
es sonoro gorjeo, vuelo germinal,
cielos de Eros electrificado.
3-7-1997
*
El ser
El ser está hogareño cien trillones de veces
en castillo de sangre y proteína.
Entre charcas de nucleótidos, el monarca
pasea, divaga, se estremece.
El horizonte es un soluto amurallado
y su paisaje es infinito en apariencia,
aunque nunca lo sepa
por sus débiles pasos
y su corta existencia.
Todo tiene su réplica de ardides,
poder tortuosamente comprendido,
afán desde los ojos, milenario,
y es querer vivir y, aún morir,
lo que lo explica.
Hay un ritmo preciso de conteo.
La mariposa, temblorosa, su crisálida suelta.
El monarca también su red de pasos
y la vida deviene organizada y él es la vida
y camina y divaga y sufre y muere...
4-11-1992
*
La eternidad presente
There is one Ruler, the Spirit that is all things,
who transforms his own form into many. Only
the wise who see him in their souls attain
the joy eternal: The Upanishad, 6
¿Qué es el gozo?
¿Una promesa verbalizada meramente?
¿Un discurso en los labios del Hacedor Sublime?
¡Pues linda miseria que hicieron de los gozos,
promesas y promesas y promesas!
Que no haya sublimes labios ni hacedores.
Que se forme la boca.
Que el beso retoñe.
Que las raíces crezcan...
¡A chupar venimos!
a absorber,
a rastrear el camino
vestidos de piel,
desnudos e inmersos
dentro de las charcas de escozores.
Vulvarmente nutricios estamos.
Obesesos por el olor de Démeter...
Que la mujer que ríe
redefina la eternidad con su presencia.
Que el niño hambriento clame
por la teta y chupe y se lacte.
Que el gozo baje de la altura ultramundana.
Que el tedio se quite los calzones.
Que la promesa sea como el rayo que fulmina
y Sémele ruede por los suelos
como atrabancada indígena de Cadmos
que pija quiere y caldos a la clueca
dan por cada rumbo.
Que en mil pedazos queden destrozadas
las continuidades contínuas y sistematizadas
por el Uno de lo incógnito.
¡Mal rayo nos porta, una y mil veces!
Y que la Majestad cósmica
también se colapse, que se arreche
el berraco nabo del Vigía
en presencia de legisladores morales
y rateros y rajputas y lesbianas.
El afirmador no cesa de llegar a ser él mismo.
El beso que recién ha nacido
reclma su retorno al instante idéntico.
Se moverá como lengua, golosamente enloquecida.
Y crecido, el beso quiere, yendo al plexo
de los senos calientes, los pezones
y aún más sudarse ha de querer en el carmín,
lamer en grande y, si las manos del deseo
lo permitieran, apretará debajo de las nalgas,
jalará el clotis, se salará con chupetes
y caricias, vivo julepe
con dedos en lo incógnito.
¡Qué rico que, por afirmación,
revienten el sostén, a besos,
los hijos terrenales de Semele,
los guerrilleros de la Gran Madrugada!
Que el escote se prohíba de los senos
y que las manos democraticen sus tersuras
y las repartan a las bocacalles
bajo túneles y sobre las rampas
de las perspectivas...
Que con peplos abiertos,
bragas en las rodillas,
se abran las blusas
las colegialas, las meseras,
las libres y las esclavas,
las dejadas, las viudas
las casadas y solteras...
Que el broche de una promesa nada oculte.
Que el cierre de cremallera nada esconda
porque hoy la eternidad presente como loba aúlla.
La eternidad alborota como gata los tejados.
Su movimiento inestable es una de pezuñas.
El movimiento del ser quiere rebeliones
y bajo las cobijas se ha vuelto
el coito más cachondo,
la presencia del sexo más caliente:
la afrodisia, la ausencia de nostalgia.
La eternización de lo inmóvil es lápida,
pero esta cama es sudor, olor a semen,
entrega, bija del hibisco,
telares estambrados vulva adentro
por lo infinito temporalizado.
Vivir y pensar se han trenzado
con el lenguaje de la orgía
y con pasos de ménades, el dolor filosofa.
Afirmar el gozo y el dolor es querer
la eternidad con revolcones, se repudia
la trunca linfa, éxtasis de promesa,
la espera que es más fría que los polos
y fraternales sermones o consejas paulinas.
El acto de volver a comenzar está desnudo
y el pene no es una idea, sino un córrele...
y las piernas, aún no cansadas, se agitan
y ese vientre abierto
y sus caderas
son la vida.
5-9-1990
*
El hallazgo tántrico
Tapasaya: Aceptación voluntaria de algunas dificultades
Materiales para progresar en la vida espiritual:
S. Prabhupada
¡Amé la luz para decir Existo,
pero jamás dije soy
hasta hallarte en el agua
y querer tu cuerpo como pez
servido a mi diario regocijo!
Yo no sé qué es la hermosura.
Aún no. Todavía.
Tus canciones de gibón,
territoriales, de pronto me llamaron.
Te espié largamente.
Eres tersa y hermosa como niña.
Eres linda y hostil,
benévola a veces, violenta
como ninfa del bosque.
En el punto fijo de estética incipiente,
en este azar de solicitud o rencor,
me sorprendiste.
Supe que frotaría con miedo
el gozo de los ojos
y que me encenderías como chavisca
de lámpara en el viento
pues andarías conmigo.
Voy a echarme a las aguas
y agarrarte los senos o las nalgas.
En el manantial, si muero,
(porque nunca lo intenté)
llegaremos al fondo,
a flor de sedimento.
¡Y penetraré en tus algas,
comeré líquenes,
haré sexo contigo!
15-7-1980
*
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