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de Carlos López Dzur / Heideggerianas / 3
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Las vulpejas
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Dichosos decandentes
Complicidad

Logía

El gusano y la calabacera
Desideralia
Desacralización
Los valores engañosos
Don Gil de las calzas verdes
El ser y el hombre
Aprendizaje
El consuelo
Zorros viejos
Gaitiana
El zorro, filósofo de la sospecha
Zorro fecundo y pez de fuego
La echada
Solicitud
Mitdasein / Co-existencia
Bendición de la zorreada
Zorro viejo / 2
Zu-sein / Habérselas
El pozo
Al acecho
Angustia de Occidente
Once de septiembre

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La danza de Beatriz
Baile, hombre triste
Tedium Vitae
El desvío
La orientación objetiva
La dicha ardua
El ladrón más poderoso
Los días tristes
Los asesinos
Los genocidas
Los prohibidores
Los amantes de Nanna
La lucha en el desierto

Temporalidad

Werwindung
Prosopopeya del Juicio Final

Martin Heidegger (en la foto)

Logía, sacar al ente de lo oculto

Hay muchos fenómenos que, o no han sido todavía develados o se hallan en lo turbio. Fenómeno es, en este caso, lo que se-muestra-a sí-mismo; filosofía, por consiguiente, ontología fenomenológica universal que arranca de la hermenéutica de la Existencia: Martin Heidegger

Más que constante presencialidad es el hombre
y yo soy uno. Uno con las venas abiertas en el mundo.
Uno en la pregunta de si conozco ya lo conocido
o me queda un quehacer que no se agota.

Sin embargo, en la omniabarcadora unicidad
de la existencia, es que me pierdo. Sufro.
Es un olfato lo que me salva a veces;
es mi «logía», mi tesoro en lo oculto.

En la red de una ballena oscura, la historia
me tragó; sin elección estoy en el vientre del barro,
en la vagina del fáctico naufragio, en el mundo «en sí»
que me reprime, me esconde. Es el Verfallen.

¿Qué voy a hacer ahora si he caído?
¿Cómo diablos es que podré levantarme?
¡Ay, Jonás!, ¿qué tienes a la mano?
¿qué entes manejables por seres manejados?

Un ente que habla soy: Jonás que se anticipa
a verse oculto, Jonás, en la existencialidad y la caída.

2.

Ningún escondite queda que me satisfaga.
El pasado se diluyó en la arena. No puedo corregirlo
ni por las zorras que amo. El dolor hirió más que suficiente.
A la angustia de su causa, ¿quién la condena?

De aquí salgo, pues me queda el presente
y la muerte que se asoma a grandes pasos.
El naufragio es tedio; la presencia es logía
y proyecto; el cuidarse, torturante, es angustia.

Entonces, ¿qué es lo trascendente?
si no hay moral a priori, si no hay más que la muerte
y la promesa, el futuro, el aprendizaje militante
de sacar los muertos placeres de lo Oscuro,
¿has de ser mi dialéctica?

3.

Dialéctica, la necesidad me dio voz de consuelo,
hálito de espasmo, alta tensión de muta,
como jauría que se enfurece, rivalizando
ese infinito fantasmal venido a menos.

Me sospecho en das Momentum,
irrupción preciosa de la ira, apofánsis de ser
en alba imperiosa de reencuentro.

Seré en la realidad coherentemente.
Ser así, ser ahí: donde sólo es posible lo real,
personal, objetivo, objetivado.
Al fin, lo concreto es mío. Y domeña
el fruto de la tristeza-necesidad-deseo.

Soy, no porque soy cosificado, contenido,
junto a algo, soy en el sentido de los modos
en que todo se destruye, se amenaza, se encubre.
Soy, en cuanto dolor, mi ser finito, mi echada.

... Mas díme, para los días oscuros de mi fenomenología
antes de la dialéctica, cuando sea yo quien me enfrente
a la exclusión del sentimiento y de la fantasía,
a la intencionalidad trunca, a los encubrimientos,
¿qué haré con ente en cuanto está
con su ratio essendi, tan mordido,
e inertes mis instintos, por la razón cognoscente?

¿Qué haré cuando sea mera aparición y me aprese
el que sólo quiere al ente manipulado y oculto
más allá del ser-así real y mi síntesis de imagen,
más allá de los sujetos, más allá del proceso
del espíritu, vinculado al espacio, autoconstituído,
temporal, inespacial cuando conviene, kármico?

4.

Ser en el mundo es el horizonte a priori de todo conocer, incluída la autoconciencia: Martin Heidegger

Traer a la presencia aquello que no se redime
de sí en la experiencia de la pupila miserable,
aprender a mirar, sin la cáscara del párpado
y los ojos, ¿cómo es que duele así?

Nos duele tanto, como si el espacio se llenara
de mentiras, o los tiempos se anudaran
con los odios, con angustia, ¿cómo es
la existencia de este «quién», sin «qué» ejemplar
o abstracto fundamento... las cosas ya no
hablan de sustancia, las referencialidades
se fugan a la sorda, a penas recobradas
por el uso en la pesadilla pragmática
del mundo cotidiano...

Traer a la presencia desde un para qué
que esclaviza el ser que siento,
no es acto de conocimiento.

Es desafío, referencia al oficio, comprender
el poder y el ocuparse en lo que puedo ser
a cada instante, atenido al abrirse, al proyectarse
sin ayuda de ninguno, ninguno que me alcance, sí,
antes de mi deliberación o mi victoria reflexiva;
ay, posibilidad mía, oscura precomprensión,
incierta me apesadumbras, ¿cómo te abro
en la temática lógica cerrada, cómo me yergo
a verte y me atengo a lo que entregas?

3-11-1987

5.

En la época de masas, en la diáspora artificial
del hombre «fuera de sí», lamido y relamido
por lo abstracto, ¿qué puede ese Zorro
(sin poder universal e irrevocable),
qué puede si se come el cable de lo triste
y su nostalgia sensual no es suficiente?

Lo acosará la miseria concreta, la jaula,
la mentira, la tragedia de la sabiduría,
el dolor de Sófocles y Esquilo.
Están simplificándolo todo.
El slogan viene, afilosóficamente
y que sabrá él, el ser reducido
a cualidades esenciales y gastadas.

¿Qué puede el zorro heraclitiano
(con el dinamismo fluído de la vida)
si las alas del Bien se las han ido
destrozando más abajo y más arriba
del topós uranus? ¿Qué hará
ante los predicadores de la lexis?

Kant que mercadea absurdos metafísicos
de moral, discursos superficiales, para los mercaderes
de la fe, junto a otros con utensilios
de imperativos suprasentivos, ventajas
invocadas para el destino categórico?

13-3-1976

*

El gusano y la calabacera

¿Y no tendré yo piedad de Níniva, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos abnimales?: Jonás: 4:11

En la existencia, la calabacera existe
y ampara con su sombra la fe
que se estremece y la angustia
que se aferra del abismo y se colapsa.

¿Quién hay que vea que su certidumbre
oscila y con voz de inconstancia
y vanidades ilusorias, diga: «¡Es el fin!
¡Se acabó la misericordia!»
¡Todo!

Entonces es que sospechas, necio,
que es mejor la muerte que la vida.
No se explica que venga el gusano
justo antes del alba y que,
en la breve noche humana,
hiera el amparo, destruya el reposo.

No se explica el recio viento solano
que asalta la calabacera y produce el desmayo.
La existencia con sol y viento humillan.
Con el súbito cambio, se exhíben los enojos.

2.

Ahora sí, hijo de Amitai, poeta rebelde, profeta
de mis ideogramas, dáte a negar mis negaciones.
Tardo soy para herir con el gusano
lo que mitiga la miseria del mundo, veloz soy
para hacer que te tiren al mar los temerosos,
próvido soy para que sobrevivas
y lites tu canto cuando la fe revienta…

Arroja mi mandato de justicia, si corroído está,
porque en Nínive se congela y en el Sé-del-Uno
salpica, con vapor de esquema
y vanagloria de charlas dispersantes.

No surgirán actos absolutos de tu fe
ni tu propia negación, desobediencia.
No se abole el azar ni se anula el absurdo
con lo que brindas, piedra de arena,
castillo ventisquero de epistemas.

3.

La experiencia de la 'otredad' es, aquí mismo, la 'otra vida': Octavio Paz

Pero, Jonás, hacia un lugar común, con gramática parda,
te apartaste de mi vida concreta. Olvidaste mi presencialidad,
mi don de Vida-Muerte, mi unidad en lo Oculto, mi dialéctica.
Olvidaste lo Tardo y lo Expedito de mi Enojo y Mi Gracia.

No surge el Universo de la Nada.
Soy el Universo que doy Vida, aún tu vida
oscurecida, frágil como el hilo más fino
de la enramada cósmica. No obstante, aún te llamo Mío.

No te quito la fe ni retiro la existencia que te dí.
Soy la Otredad que siempre llama
y, aquí desde el fondo de mi pez, te vomito.
E insisto: Regresa a Nínive.
En mi nombre, haz que nazcan más calabaceras.

4.

¿Tuvíste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hicíste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció?: Jonás: 4: 10

¿Que es mejor la muerte que la vida?
¿De ese modo me aplacas, me enajenas
me reduces, me predeterminas?
¿Y qué sabes tú, hijo de Amitai y su alquimia fracasada?

¿Qué acerca de Quién te cosechó con feroces algoritmos,
qué sobre Quién hizo Tu Calabacera en una madrugada?
... para que reposaras en la sombra durante la tarde
del Sol inclemente... ¿Qué sabes del Gusano que hiere
y que seca lo vivo y duele más que el Viento Solano?

Bien que desconoces las condiciones de tu origen
y mi singularidad demoledora; pero te elegí, desde el día
de la angustia y consolaré tus vocablos extenuados
haciéndote del mismo mundo tu refugio.

De medianías y nivelaciones nefastas, chapuceras,
no quiero tus salmos, como recuperaciones. Como leyes
de regularidad no admitiré, malas medidas de miopía,
impuros fantasmas de olvido.

4-19-1979

5.

Before inflation ocurred, the universe was much smaller than we might otherwise think, and all its parts have been in contact with one another… Although the details of how the rapid expansion ocurred a little complicated, the end result is that in very, very short time the universe expanded from something with a characteristic size (called its radius of curvature) smaller than that of an individual proton to asomething with a radius of curvature the size of a grapefruit. This rapid ballooning of the size of the unuverse early in its development is what is called inflation, and a universe that undergoes this process is said to be an inflationary universe: James Trefil

Como uva, tan pequeña, dulcemente jugosa,
tu paciencia fue. Sin embargo, mordía la pregunta inicial
por Mi Ser. Chupaste en Mí. A tus dentalladas las llamé
el Deseo; a tu falta de gozo, llamé grano de mostaza.

Lo primero que te dí, como gratuidad, fue la casa
donde la fe prexiste como el jugo de la uva
y el ardor se percibe como el grano tan compacto:
la mostaza, intensidad sustancial de lo dado.

Pero, antes que Tu Desobediencia, el ente
que fue mi única sustancia, estaba en mí y en tí,
por carambola, cohabitados. Y, cuando me alejé,
para más unificarme, el frío como el hielo, se expande.

Y sentí nostalgia. A más te abandono, te amo.
¡Cómo duele el amor de crear y extender la creación a lo oculto,
cómo duele irse hacia el «en sí» y dejarte, hijo mío!
Junté entonces estofa y realidad para hacerte casa.

6.

A distancia de 400 trillones de kilómetros
de mi mirada, pondré un Centauro,
la primera estrella más allá del Sol de Tu espacio.

Cada cuatro años, verás su luz que viene.
Asomará en la tierra que te dí.
Cada cuatro años, renovarás tu Fe
y dirás, nueva morada me dio la luz.

Luz de la palabra iniciadora: otro universo
que se gesta en lo infinito, con su última unificación
tras el congelamiento. Entonces pregunta: ¿Quién gravita?

Anótalo en tu corazón: ¿Qué mueve el Acto Puro?
¿Qué es lo Uno y lo únivoco?
¿Quién o qué reside-en ese ahí-del-ser
y ocupa lo Oculto?

A 400 trillones de la primera estrella
a donde viaja lo Sagrado y se aleja lo Desconocido,
la llamarás Su Estofa,
los puntos espacio-temporales
que serán el sustento de tu fe, hijo mío.

El ente, sustancia única, cada año
vendrá con luz y te hablará sobre Mi estofa
y sobre los cuatro niveles de mi Ser-contigo
en lo oculto: puro movimiento,
materia, vida-preconsciente y consciencia.

19-10-1979

*

Desideralia

El mundo ya no es energía ni deseo: Octavio Paz

Queda muy poca fe en la Luz.
Un mandato dí para que sea cumplido:
«Let there be Light»; hagan paz
con sus luces. Sean estrellas y faros.

Con la energía más pura el oro será
como el mercurio, el uranio como estronio;
la materia bruta será, cuando se quiera,
una convocatoria explosiva
de energía, mi Aliento que se irrumpe
desde el ordenamiento de los entes
en el espacio y el tiempo.

¿Quién queda en Nínive que distinga
su mano derecha de la izquierda y presienta
el apetito de manifestación del Universo
cuando grita sus deseos alquímicos a 200 billones
de estrellas esparcidas en Vía Láctea?

¿Quien hay que pacte conmigo y crea que doy
cincuenta estrellas a quien las quiera por moradas?
No. Lo sideral de la fe no es visto por los dormilones.

Cada estrella es una casa del deseo, voz de mi energía.
¡Pidan, anhelen, sueñen su estrella! Llenen mi vacío.
Demasiados son los trasnochados sin visión. No fe, no pacto.
¿Cerraron sus corazones para siempre al Gran Desideratum?

3-5-1979

*

Desacralización

falta texto

*

Los valores engañosos

La imaginación libre de toda imagen del mundo no es otra cosa que una mitología, se vuelve sobre sí misma y funda su morada a la intemperie: un ahora y un aquí sin nadie: Octavio Paz

Tres clases de valores se propuso
el hombre despreciador, que no confiaba en otro,
sólo en sí mismo: la Belleza, el Bien, lo Verdadero.

Y como no confiaba en nadie, el Ser-en
se dispersó en lo absoluto y no encontró
el Cuidado, facticidad en el mundo.

En la apariencia de lo bello, no supuso
los monstruos escondidos con sus máscaras
de azar, complejidad, culto a sus caprichos repentinos.

No se emocionó con la extrañeza
y su ilogicidad de guiños, impredecibles rincones
de rostros en atrofia y bordes no lineales de lo óntico.

No se explicó los procesos del ser
que se entrelazan con bifurcaciones,
intermitencias, periodicidades.

No halló las torres que fluyen
turbulentamente incorpóreas,
sospechosamente líquidas.

No supo de lo que va hacia el lado irregular
del caos y siendo vecino de panales fantasmales
que son muro de discordia, con su propio fuego.

Menos dulce que el capricho y más sinuoso
y cortante que el filo de las espadas turcas
son los exponentes de estos monstruos.

2.

Por afición a esos sistemas de lo Bello-mitológico,
el imaginador echó mano a la lujuria de las apropiaciones
y se inventó el ultraje, cuando sintió el apetito
de la hermana otredad, la que no es suya
y cuya gracia es la perfecta simetría
yuxtapuesta a espejos gigantescos de lo desconocido.

Está postrada allí, fluída, autónoma, volátil
la errática viuda, invisible a los ojos,
un lado oculto de muerte misteriosa
y de vida adversa, pero de gran hermosura:
la justicia del Bien, la bondadosa.

Sigue ahí, tras la apariencia
de lo ilógico y bello y admitido...
la terquedad del negligente, presuroso,
en pos de niñas hermosas, esclavizables y ultrajables,
adquiribles, seducibles, escondidas, ya que huyen
de estos monstruos de las Cuevas y las Torres
de Marfil de sus anhelos.

Ahora elucida sobre el Bien.
Cree que tiene el derecho a describir su origen ideal,
su jerarquía en lo absoluto, es un experto en alegar
que lo que es en sí y nouménico» es inverificable
y, aún más tonto e inútil, hacer demostraciones.

3.

Estos cuidados se hacen cargo de lo que hay que cuidar a favor del otro: Martin Heidegger

Cuando de Bien se trata, el engañador absoluto
viene en procuración y discursa en el lugar de lo que siente,
elucida para sí en la cura de lo suyo, reemplaza
la existencia real con la quimera
de los Egos absolutos,
super-Yo extramundanos.

Tú, el oyente, lo recibes de oquis como algo acabado.
Ha de ser iluminado, o Sabihondo, o Sublime,
una perita en dulce, ¿inventó el hilo negro?

¿Quién dice que su Bien se motivó en mi cuidado
y queda en situación de dependencia por lo mucho
que me cela, me ampara y me enaltece?

Premiado ingratadamente está
sin relevos de interpretación.
Cuida lo suyo, donde nadie empeña su palabra
ni hace esfuerzo por creerle; es el suplantador
que habla sobre amores y cuidados.

Te hará decir lo que tú no digas.
Te negará cuando ya has amado.

4.

Tanto es la mentira mejor, cuanto más parece verdadera; y tanto más agrada, cuanto tiene más de lo dudoso y posible: Miguel de Cervantes Saavedra

Para enunciar lo cierto, él quiere su conocimiento perceptivo.
El Bien vestirá la aritmética del mayor número,
sin perderse en las tablas victorianas del hallarse,
y en el quiero que seas civilizado: expositor lockeano.

Y mal suena el don sin el din y el criado sin uniforme
de bien solemne y asaz, domesticado.
La historia, vista así, es un atajo de maldades.

Por eso están las perspectivas
como ovejas en malpartos de artuñas por los montes.
La historia es extensa temporalidad de las repeticiones.
Adviene siendo sida, impropiamente, mentirosa.
Lo Cierto está de luto entre estos hombres.

*

Don Gil de las calzas verdes

And, after all, what is lie?
Tis but the truth in masquerade:
Lord Byron

Don Gil tiene los ojos como a ella le gustan.
Dijo Inés que son grandes, escurcones, astutos.
Y su cuerpo es acusación viviente: la atrae.
Es doncellez provocada, heno encendido.

Los picos del Urbión, dos pezoncillos
disimulados; agrega Inés. Tiene su voluntad
una extraña primacía, trae su secreto afán
y evidente desconsuelo.

Al parecer, se ha vestido de Carrión y Esgueva.
Lo representan otros ojos noveleros en pobreza
pero está ricamente cimentado por sus huesos
a pesar del rostro de ojos tristes y coquetos.

Su geografía de animal humano los conmueve.
¡Es que su mentira tiene onticidad enamorante!

Cuando se viste de verde es como el árbol
del que se quiere fruto. Algo esconde en sus ramas
y en su piel canela clara y en esos muslos
que parecen dos troncos de palmera.

2.

Cuando fluye con palabras a veces se delata.
¿Qué suena en ese río? ... Se sospecha que el Tajo
es como su lago saltarín de voces lícuas
corriendo entre las cuencas.

Entre su serranía, la canoa se le hace aguas.
Va el mentiroso abordo. A menudo Don Gil
se expresa con silencio. Es mollejón, cursi, putico.

Ha llegado a Madrid: la zona de lo opaco.
Inés, que lo enamora, dice que él es límpido
como agua transparente de riachuelo.
Contagia una epitemia a los vecinos.

Don Gil asegura que procura al Don Nadie
que lo engaña y que va a sacarse la espina
del amor venenoso que lo muerde.
¿Quién te hizo daño, amado mío?

3.

No es hombre de veras el que deja calzas verdes
en el piso y, de pronto, se deshace
de sus bragas amarillas y quiere amar,
amar, amar y ser amado.

Está prohibido. A Don Gil, por su silencio,
ya el mentir se le ha vuelto peligroso: ni se cree
su apariencia, su mentira, ni es creído.
No dirá cuántas son cinco al gran canalla.

En la habitación donde Doña Inés se le ofrece,
se arrastra credúla de su hombría, Don Gil
en calzas verdes, saca sus palomas del escote.
Es una mujer que pide: «Créeme, créeme».

Ahora buscó con sus manos la evidencia descriptiva
de lo óntico y Don Gil hizo un desplante de torero.

Fue que irrumpió Martin-Don Nadie
y le echó fieros a Inés, su prometida.

Después, ante ojos asombrados de los otros,
abriéndose el sayal de penitente, dijo:
«Soy mujer. Cualquiera sea quien me ame,
venga al fin y hágalo, que las cuencas del Duero
hoy destilan su miel. Son mis panales femeninos».

«En las peñas del Urbión me late el alma.
Mojada está la barranquera con mi orgasmo,
soy doncelluca. Entre mis vellos de alhuate está
mi gruta. Hoy quiero mi verdad y no la encuentro:
¿Quién será el que me ame?
¿Quién que en mí vea lo verdadero?»

15-9-1979

*

El ser y el hombre

... el elemento desde el cual el pensar puede pensar: Martin Heidegger

El hombre es la vía hacia el ser,
el querer que puede
lo que quiere pudiendo;
esencia que ejecuta su querer
y que se capacita para que sea ante él
y aún, desfiando todo,
cuidado y medianía, lo que lo atestigua
en su pro-venir y lo deja que sea.

Zorro comprensivo, capaz de redirmirse,
sólo uno: el que se adapta a sus posibilidades;
el que reclama, solicita y se duele...
Mi ser lo ha comprendido:
Ser es quien se puede en el saber.

¿Quién puedo ser-en si no la posibilidad
de que valora, quién si no me desvisto
y me declaro más allá del closet de la Gran Mentira?
Si el mundo tiene un sentido objetivo y trascendente
al menos que sea mi Zorro quien lo diga...
mi zorro bueno, mi zorro necesario, auténtico,
iniciador, recreador, precomprendido.

2-7-1993

*

Aprendizaje

La libertad hacia lo que se abre en lo abierto
deja en cada caso al ente ser el ente que es.
La libertad se revela como lo que deja ser al ente:

Martin Heidegger

Todo sentido se debe a la existencia.
Eres la rama que más viento
ha reventado y que, al mismo tiempo,
recoges, bramas en el viento, lo disfrutas
para días de tormenta que son impropios
y crueles y angustiantes.

El mundo es soluto
como significatividad posible.
No todo lenguaje es lo verdadero.

Con lo dado, ahí, juegas a las máscaras,
pero, el consuelo es real, tan objetivo.
El principio de los conceptos son los objetos
y este montón de esclavitudes y utilaje
menos honesto, técnica, decaimiento.

*

El consuelo

Los conceptos no se apartan
ni se engendran ni subsisten por si mismos.
Ni la serenidad ni el misterio acaecen.
No caen del cielo. El maná no existe.

¡Consuélate con las cosas,
son útiles, pero no te pierdas, creyendo
que las cosas son tu ser,
tu comprensión, tu ontología!

La libertad constituye el fundamamento
de toda verdad y comprensión; el comprender
sabe a qué atenerse consigo mismo,
con su-poder-ser...
¡Consuélate en la angustia!

El mundo trasciende la existencia
pero el concepto no crea objetos;
sólo da libertad al ente intramundano.

3-11-1993

*

Zorros viejos

En 1540, en brasa de tormento,
me habían quemado vivo. De mí
no quedó ni dominguillo con que espantar
la muerte y la colonia; pero en la Nueva Granada
los yalcones me lloraron y, como yo,
serían rebeldes, cimeros, indomables.

El procurado Zuhandenheit se armó
de la congruencia, de la solicitud
de lo aún no hallado: su heroísmo.
De turno, inesperadamente, fui el héroe
del Gran No, conciencia del destino.

Pedro de Añasco no tuvo tanta suerte.
Fue sedimento sin recuerdo
en el fondo del pantano. Quisieron
repartir mi pueblo en encomiendas
como útiles de oprobio,
como cosas y esclavos.
¡Pero no somos eso!
¡Somos gentes, Bewantnis
yalcones, zorros viejos, carajo!

3-12-1977

*

Gaitiana

Para que entiendan que mis yalcones
no son cosas ni guijarros, repartos de muchedumbre
y que Timaná no es el nombre de mi estero
ni que con puro percibir se me ve o se ve a ellos,
la Vieja Zorra de mis días,
Gaitiana, la cacica,
prendió a Pedro de Añasco,
Capitán de Justicia Mayor de Belalcázar.

Le sacó los ojos con un puñal de pedernal.
Escupió su rostro y lo maldijo.
Lo arrastró como a costal de papas
por bateyes de la niebla
cuando la luna fue más clara
al canto de la diuca.

Un dogal le puso al cuello,
a él que tuvo poder y deseaba
oprimir al pueblo de yalcones.

Pero mi Vieja Zorra del estero
tenía las manos rudas y filosas,
el hocico agudo y la cabeza ancha.

3-14-1977

*

El zorro, filósofo de la sospecha

... a lo largo del siglo XIX, son críticos del paradigma de la racionalidad, como crítica inmanente a la modernidad: Adriana Arpini

No pegues más la boca a la pared,
háblale a ellos si apareció el aullido.
Díles que, con laringe, fabricas
el lenguaje articulado, sintetizas fonemas
y tu grito enriquece la razón,
imágenes reales de ese mundo
que aún nace de raíces de quebranto
cuando apenas se conoce el bosque
y las polvaredas y la niebla y el frío.

No dejes que te tapen la boca
con utensilios y fiabilidades destrozadas
por el atroz abusón de los caminos.

La tierra emerge, sospechador,
y como reino del Ser la has entendido.
Gritos de la memoria unes al esfuerzo
de los tuyos, te interconectan, te difunden
en la acumulativa senda del Estero,
donde están los zorrillos del ancestro,
primeros filósofos de ruda laringe,
pero en experiencia de producción
y amor colectivo, autoyuda, autogestión,
acción directa, protección: el Trabajo.

2.

¿Cuál es mi hogar, sino esta gramática parda
de laringe, esta necesidad que va más allá
de los caprichos, comprender mis zorreras,
el proceso de laborar y el fin concreto,
el trabajo consciente, el sutil ejercicio
de las garras, el accionar de cadera,
con hechizos naturales del lomo?

¿Cuál es mi hogar después que ví
lo que de la tierra emerge, tan sabroso,
y el refugio que te da, ella... que se cierra
esencialmente para decir, el fruto existe
y búscalo en lo abierto y cierra en tí la esencia,
circunda el sendero hacia el digno fruto,
el rito consagrante y pónlo en generoso, benévolo,
acto significativo, El Trabajo?

Más ser que todo lo aprensible
tiene el mundo, pero llámalo mundo
in situ, aquí y ahora, mundo-de-todos,

porque otros de tí querrán saberlo perceptible
y sonoro. Otros tendrán que aprender
lo memorante y respetar lo propuesto en tu Sospecha.

Esperan que lo digas, zorrillo sospechoso,
porque bueno está lo bueno y no se acerca nadie.
Auxilio solicitan, mas llaman a Cachano,
aquel que nunca viene por temor al Cagaletas supremo
con sus deidades que no consumen cal ni canto.

3.

Despierta el día mientras / el lecho de la bestia / se arranca / las últimas espinas. / La sangre tiene sed. / El es el animal que baila. / El es el hombre que muere. Y entra la flor del ruido / y enmudece la vida, / la calle, / el tiempo: Roberto Net (poeta puertorriqueño)

Los imaginadores de espectros,
invocadores de consuelo ultramundano,
a las bestias no las quieren en su lecho,
no importa que a su lado duerman entre espinas.
Ni a la alimaña más mansa la soportan
(lo que signifique el deseo, lo que identifique,
sobra, no se vale, no se haga en lo concreto).

Los imaginadores saben tan poco
dónde se agita lo honesto, dónde duele
la profunda miseria de lo humano
y el ascético afán del corazón sospechoso
que elucida lo trágico sin querer degradarlo.

Los imaginadores te ven los ojos encima
de los hombros, te imaginan las uñas
detrás de los talones. Creen que de las sienes
te saldrán las orejas, cuernos que bajan
a la espalda. Colas tan largas te inventan,
aún no viéndolas, semejantes a serpientes.

Los imaginadores se fascinan con sirenas
con las caras de hombres; dicen que han visto
hembras con plumajes de gallo, alas
de agitadas víboras; uñas que emiten colores
y luces de bengala, pápados escamados,
pupilas que emiten rayos, o fuego de dragones.

Los imaginadores les mutilan los senos
a las indias hermosas. Equilibran
sobre cordones umbilicales, el peso de varones
con bálano en la espalda, todo Mentira.
Cuentan sobre hombres que se reproducen
sin necesidad de sexo, porque tienen
una matriz debajo de la rótula.

«Estos imaginadores no sirven para nada»
(¡hasta el zorro más necio y muino los exhorta!)
a desenmascararse, o reinvindicar lo luminoso:
seres más hermosos existen y son más que deseo
y más que espectros y nóumenos:
«¡Identifiquen lo humano en lo concreto», dijo el Zorro.

1-27-1980

*

4.

*

Zorro fecundo y pez de fuego

a Juan Mari Bras, patriota puertorriqueño

Desde niño
por decencia de mis años
y el soluto,
por nostalgia de la luz sagrada
que en tu voz y en tu presencia se preservan
por los siglos,
te busqué en las calles y en las marchas,
en ríos de piedras, en Claridad,
en noches de ojos y oídos nutricios y abiertos.
Te predije donde está la tarea
de los sabios desocultadores,
los poetas antes y después
del Gran Crepúsculo.

Contigo se progresa con fiereza
y el corazón se vuelve grande como el tuyo
y se crece con ambición de libertad patria
e internacionalismo.
Redefiníste para mí el espíritu y la bestia
(la menos sumisa de las panteras eres,
el más bello de los tigres de la aurora:
padre salvaje, sol de la patria);
y te he respetado así, Juan Mari,
como un lomo con músculos de estrellas,
el instinto que enriquece cada instante,
el escudo contra golpes blasfemos y viles
en la sombra, lámpara y faro
que aceita adrenalina en los hijos desorientados
de este pueblo que resiste, puja y sobrepuja.

Has preparado a la nación para la marcha,
al pueblo que encuentra el dolor amenazante
y se estremece, aún cuando enseñas
a transmutar la fe, ilusiones y esperanzas,
en algo más que sobrevivirse,
en lento, inquieto y duro espasmo.
Lo que no siempre se supo agradecerte.

Te busqué desde niño
porque fuíste la energía de las manos
veloces y hacendosas, la construcción
más noble del valiente.

Mi adolescencia devino a las horas de estampida
y en las jaulas del estadolibrismo
echaste mucho del sol remanente, el alba en rojo.
Por eso, agua fresca he bebido de tus verbos,
no con jaurías que fácilmente
se ufanan por prebendas y colonial triunfalismo.
Cuido tus caminos, protejo con celo
tu nombre y tu ejemplo heroico...

En territorios de gesticulación oprobiosa
se habló de referéndum y en decadentes cuitas,
sin sustancia, de Alianza para el Progreso
y panamericanismo, ya sabes, ganapanes
de las satrapías, medianeros, arribistas...
que mencionaron tu nombre con desprecio.

¡Qué poco sabrían sobre tí, los truhuanes,
de tí, Zorro fecundo y pez de fuego!
que eres el alimento
más allá de los símbolos vulgares,
el pan más sabroso, casabe honesto.

Aún, mi generación se adeuda
con tu vida; mis huesos han crecido
con la consigna de alabar tu nombre.

Bendito sean los zorros de tu complexión
y cría y los jilgueros que madrugan
sin canto tenebroso y cantan la militancia
de tu movimiento, sin claudicaciones.

Bendita sea la nación que,
por verdad, origina las bestias con olfato
y la grandeza de tu felina estirpe.

No te hallé ni un solo instante cruzado de brazos.
No supíste que sería vivir indiferente.
¿De qué esencia suprema fueron tus costillas?
Que las mías han querido ser
un mínimo virtuoso de las tuyas...
¿Qué engramas con tus pistas gloriosas dejaste?
... que en todas tus pisadas veo los caminos nuevos
y las huellas para el buen hallazgo.

Contigo tiemblan los endriagos del colonialismo.
Contigo se expone el imperio en sus miserias
y depredaciones en cada nación que sueña
su destino soberano, su vocación
de justicia y permanencia.

... pero tú, camino viviente, aún si murieras,
sobrevives. Estarás en la mejana de mis días
sin borrarte, sin hojarascas o marañas que te cubran.
Me enriqueces como un sueño militante
en ríos de piedras, en claridad de sendero,
y en ojos y oídos, atentos y nutricios.

*

La echada

Lo que puede-ser lo estructuraré
con el proyecto, lo factible.
Lo que es será mi temple franco,
mi preguntar honesto. Lo iniciante.

Te ayudaré a ser libre. Por tí
entraré en lo abierto, por tí
seré adversario de todo lo cerrado.
Te sacaré del abismo, del arrojamiento.

Escarbaré hasta donde tengas tus pies enterrados.
Con gran cuidado lo haré, co-existiendo contigo
en el Bendito seas del ahí.
Un arma tengo, la hoz para escarbarte,
el ser-con-otros, Mitsein, la endopatía.

*

Solicitud

Fürsorge: solicitud, lo que hay que procurar a los demás, o las otras Existencias, para sentir a una con ellas, a base de este ser-los-unos-con-los-otros, en el Cuidado (Sorge) y sus manifestaciones: el querer, el desear, el ímpetu, el conocer, la teoría, la práctica, el hacer, la inclinación: Martin Heidegger

kkkk falta texto

*

Mitdasein / Co-Existencia

Mi amada es una zorra-coexistente. En mi ajetreo colabora, se articula con ímpetus, a veces escucha y calla; todo lo que practica coadyuba significativamente. Es mi reposo.

Mitdasein es el nombre de su esencia

FALTA TEXTO

*

Bendición de la zorreada

El lugar de la verdad no es el juicio: Martin Heidegger

Bendita sea la zorra-madre que me parió
y la cautela zorreada que me salva.
Del pantano nutricio me dio su lenguaje.
De sus pisadas de vulpeja, sus verdades
y pezuñas; arcilla de lícuos pezones,
fue mi sustento hasta que mordí
al crecer, pan de mi soluto.

A su gruta en el desfiladero,
su cueva entre malezas, llamé mi casa;
al olor de su pelambre, mi refugio.

Bendito sea el ser salvaje
que me da naturaleza.

Echado en ser mundano me porfío,
me descubro aún lamido por sus besos
y por su lenguaje doy mis alaridos vivamente.

La bicha que me lacta con rugidos me cuida.
Con zarpacillos sin dolama me reprende
según crezco.

Grande como el cosmos es la dependencia
nutricia y lo que la madre instruye
por su hallazgo: Dasein
es la posibilidad junto al peligro.

Esta verdad es cimera como cumbre.
Grande porque no cabe en el juicio
y porque la dice la zorra de mis días:
madre-vida-en su totalidad.

3-2-1976

*

Zorro viejo / 2

Ni la razón ni la intuición pueden captar abalmente el ser de lo que se encuentra: Martin Heidegger

Porque, en oscuros corrales de mentira
y, en guaridas del monte,
mi rival hizo ciudades
y perjuró: ¡a la zorra, candilazo!
yo persisto con mi cabeza ancha
y con mi hocico agudo.

Soy un perro salvaje,
aún dueño de mi olfato.

Los entes manifiestos vienen-ante mis ojos
y yo no los persigo; pero a las aves de corral,
con cluecas mañas de Bezug
e hipócritas ardides, referencialidades,
yo sí las cazo, voy por ellas, las espanto,
las muerdo y que se vayan, digo.

Su humo incomoda mis zorreras.
Habitan cerca de mí
y a su aroma nauseabundo
yo detesto.

Tengo las orejas empinadas: ¡soy todo oídos!
y desnudo me deslizo con sigiloso paso
y me sigue la cola más larga que mis patas.

Largo y abundante, mi pelo y con él,
nazareo, nazco, crezco, muero,
¡pero ya son muchos los zorros desollados!

¿Y qué será? que me duele por instinto.
¡Pues que no soy intuitivo, entre otras cosas!
¡Que con dolor y con angustia aprendo!

Y a la gruta del desfiladero llamo geografía
y serme-anticipado en mi avanzar, astucia,
mi gramática parda, lo aprendido...

Porque, en oscuros corrales de mentiras,
me exigieron que sea yo su buen vecino
y adormecieron la zorra del sí mismo,
mi soluto, yendo a desollarla
a mis espaldas, aprendí a desconfiar
de entes a la mano.

El arte circunspecto del rechazo, a ver
en torno al zabulón de los corrales
y andar por el Umwelt de su Matoco,
he aprendido.

El mundo circundante de estos invasores
del estero es mi peligro: falsos e inconstantes
son como el yagrumo.

Necios quieren mis zorrillos,
mansa, mi hembra, crédulas las niñas de mis ojos.
Van a zorrear mi madriguera con sus corrales,
van a canjear mi astucia por razones
y yo persisto con mi cabeza ancha
y con mi hocico agudo.

12-1-1976

*

El derecho a la habitación

al sociólogo uruguayo Carlos Vaz Ferreira
(1872-1952), portavoz de la Teoría del Socialismo Atenuado

El zorro justiciero de una lógica viva
es que procura; se alimenta de Eros.
Habitación solicita para su noble briba.
Vaz Ferreira fue mi zorro bueno.

La racionalidad y genialidad la buscaría
en lo estofa de su concreto espacio,
de su concreto tiempo. Una mujer lo instruye
como a mí, Mitdasein. El dolor no es Eros.

Los siete pecados capitales no son,
en rigor, principio hedónico. De la moral
para intelectuales, «ve y escribe».
De la crisis de educación y el feminismo.

Piensa en el pobre, sin tierra, ser
en la falta de pan, en la guerra del mundo,
pero no olvides, mi habitación, mi co-mundo.

9-24-1976

*

Zu-sein / Habérselas

Util es todo aquello de lo cual uno se puede servir: Martin Heidegger

Zorrillo tonto, despojado, soy.
Clueco entre nidales y empalizadas
pío, zafacón del tenderal, huérfano perdido,
ser en extravío, cantáro lleno
de todo y nada, en zafariches, muino.

¿Dónde estás, Pastor,
que en descarrío te llamo?
¿Cuál es tu presencia, Zorro viejo,
que en el lenguaje me pierdo, sin sustancia?

Enséñame, Zu-Sein, los quiénes
a que hablo, si soy relativamente a
no sé qué mansedumbre.
El rasero me trajo de narices.

Si el existir es habérselas no existo.
Si encarar es vivir yo estoy agonizando.
Si hacer frente es palpitar, yo estoy inerte
y me apago en el mundo tenebroso de los útiles.

¿Dónde estás entre el Delfín y el Cisne,
dónde te constelas que no te veo
ni en el Sur ni en el Norte?

Zorro viejo, padre del perro bravo,
autor capcioso de la fuga
y rival de las cárceles del mundo,
muéstrame los peces con el cofre de hueso
y sus agallas salvajes y el poderoso escudo?

Díme qué existe debajo del pantano
y cómo se aúlla de rencor
en los desfiladeros.

4-2-1976

*

El pozo

a Francisco Vázquez de Coronado (1510-1549?),
buscador de las «Siete ciudades de Cíbola»

En el pozo del infierno,
Baal-parazim, viven en echada
quienes buscan actos puros, unívocos, fantásticos.
Son salmantinos en conquista de la Nada.

No es posible su metafísica de lo objetivo.
Todo se engorda en la sustancia,
aunque todo se escinde.

Todo es denso, equívoco, excluidor:
macho y hembra, bhikshu / bhikshuni,
dogma o mentira, dualísticamente agresor.

Los ejércitos partirán en trocitos
lo que hallan, todo se fragmenta, se aparcela
si no se entiende lo real, sin fantasía, y se pretende
la Cíbola sin dicha, sin consciencia y sin valores.

Sin espíritu objetivo, la dicha, la existencia,
la verdad, son partículas del Derrumbe.

2.

En el pozo del Desencanto, ví al Conquistador.
Clasificó lo improbable, vaticinó
el destino con dicotómicas categorías:
quiso un imperio, siete ciudades, en su puño siniestro.

Pero no lo admite. Ha comenzado a alimentarse
de sangre, a enfrentar el mundo ajeno,
a matar indios, a negar el hallazgo,
a mal herir la Sorge. El Virrey lo ha censurado.

Ahora sediento está de barro y aliento.
Se mece en un giro del yang estructurado.
Con perra sarna lo muerde la codicia, con ausencia
de alma lo engendra un acto puro equivocado.

A la peña de las divisiones se lo lleva
el abismo, el pozo, la lujuria de hallar
lo que no existe. No se convence aún
y está en Arkansas, se fue de Colorado...

Pero ya no importa, descubrió el Gran Cañón.
Un río, las montañas Rocosas, ha examinado todo
y pagó el precio, el desencanto, la echada
en infidelium victoria, in partibus...

*

Al acecho

Se puede preparar una ya fundada referencia hacia la historia, panoramas esenciales... actuar y padecer cabal a través del presente determinado por el advenir que se hace cargo de lo sido: Martin Heidegger

Olvidan que cada uno tiene su alguacil.
Por más máscara de autoridad y soberanía,
estarán los ojos de los zorros al acecho.

Por más poder que digan que detentan
y más agradable holganza que asuman por su Sorge,
el hocico más agudo los escarba y fiscaliza
para que él pierda sus crías y sus procuraciones
como hiena parturienta y que se quedó en la echada.

Que no hay que cantar loas y hundir en saco roto
la objección o indeseada presencia de los golpes.
La angustia hila como araña y está en vela.
Don Nadie no está exento de verse
como alheña en el quebranto.

3-5-1976

*

Angustia de Occidente

... la inicialidad del inicio no se deja aprehender mediante retrocesos historiográficos ni mediante el cultivo historiográfico de lo recibido:Martin Heidegger

Es cierto.
Hoy como ayer, estamos
a merced de la angustia identitaria,
clavados por los ganchos hostiles
de peces secos, intrusos, subversivos,
pez espadas, provenientes
del oblicuo mar de gestos y costumbres
y, once veces, con cada luna
de septiembre nos visitan.

Al menos besan el miedo,
nos sofocan adentro,
introyectándose.

Fluyen desde el polvo,
se multiplican en la vibras del desierto.
En corales de cuevas y abismos
hallan su energía, su afán de avanzar
hacia nosotros y darnos su doctrina
como demonios inoculando veneno.

El Islam que nos escama
revienta en pústulas de odio.
Nuestro odio será más sabroso
que su carne. Son demasiado grandes
las quijadas xenofóbicas
como memoria de ancestros olvidados.

Se obnubilan y desfasan
en el iris profundo de los azules ojos
porque aunque estonios, húngaros,
filandeses, fuimos. Ellos, hijos de Atila,
bárbaros son en la nieve de los viejos días.

*

Once de Septiembre: Gedenkfeier

Celebración conmemorativa y falta de pensamiento [Gedankenlosigkeit] se encuentran y concuerdan perfectamente: Martin Heidegger
Son los Ejes del Mal.
Veneno al laicismo. Mal recuerdo
en la Celebración Conmemorativa.

Rémora a la democracia y al honor.
Son bárbaros, matan con dagas turcas,
cortan cabezas como terribles Hunos.

(H)unos humillan a mujeres,
ocultan la hermosura de sus rostros.
Son gentes con turbantes
(con serpientes enroscadas en los sesos,
con flautas sisiseantes,
magos de barbas largas y de lunas
con filo de hojalata y de puñales).

Adulteran. Ejercitan genocidio
(¡pobres armenios!), te callan.
De cuajo arrancan la voz
y la vida de su canto.

Se asoman en Lepanto,
bizantinamente se aproximan
donde está tu codicia y tu tesoro.
¡Todo te quitan, todo a los viejos
y nuevos imperios coloniales,
porque no perdonan ni los rastros
de Balcanes, ni la Bosnia desfasada,
ni el albano que va, siquitrillado,
en esta otomana senda de reyerta,
matanza, angustia, capricho...

Es cierto, hijos de Occidente,
¿qué haremos con estos peces
que navegan tan fuera de los mares
desde la costa Egea del Turco
a la cuna-corazón del Niño Santo
y la Troya que arde en angustia identitaria,
nosotros, custodios de las Torres Gemelas
y de Babel del Cielo, NY, qué haremos
cuando salgan las lunas de septiembre
y once veces nos escupan
el rostro con aviones y bombazos?

*

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