Tantralia / poemario
de Carlos López Dzur

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Homenaje a Pan
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Homenaje a la Flor de Loto
Para despertar a Leti
La raíz
Los senos cósmicos
Meditación sobre el deleite
Justo encima del ombligo
Romance de Corinna Hartney
Unión-Yuj
Del shakta a su deidad
Lila / danza entre las gopis
El proceso femenino
Ante un tatuaje
Fisiología de la excitación
El gozo
La cerradura / bandha
¡Sál de mí!
Ha nacido esta lujuria gratamente
Alegrémonos
Kalu
Los sátiros (Frag. #7)
Prisa
Vayu

La creación del mundo / Nirmankaya
Axona
Me gustas cómo te mueves (1)
Me gustas cómo te mueves (2)
Siva
No es con mis ojos
Serás luz y dulzura
A una chica de Veracruz
El origen del beso
Me sonreirá
Ometeótl
Uterino río
La puerta
Ixchel, diosa luna
Levanta tu piernita
La flor de cuatro pétalos
Voz proteiforme
Ostra
Yoni

Los tres cuerpos (kayas) del Sambhoga
Marco Antonio y Cleopatra
Detalles de amor y deseo
Las nalgas de Maruxa
Le voy a decir al mundo
La ninfa (1)
La ninfa (2)
A una muchacha iraní
La maya
El gran guerrero / Ksatriya
La mujer está aquí
La cita
La magia del beso
La palabra amorosa
Mahadeva
El tronco
Tu nombre
Me olvidas
Detalles para más desearte
Homenaje a Hebe
La lluvia es nueva hoy
Tu voz, tu mito
Cit y Kali
Lo que yo adoro en tí
Los filósofos del agua
Sadhana
Eva (Frag. 3)
Madre de las aguas
Las siete almas
El aliado infiel
Ahamkara
Invocación del amor
Dhiana / Interiorzación
El libro de la vida
Ritmo
Lo idílico (1)
Lo idílico (2)
Lo idílico (3)
Kama
Coatlicue
Putamen
El ser
La eternidad presente
El hallazgo tántrico

Los poderes sensibles
Eternidad
Iré
El caldero
Lienzo maravilloso
Audición tántrica
Teoría del OM
Aprendizaje visual
Voy a mirarte dos veces
He visto a los ángeles
Habla el lenguaje del tejido
Las ideologías
Acuérdate
¿Dónde está la vida?
El árbol de la vida
Erotización del alma
Un quark que habla a los mortales
Nucleosíntesis
Bíos
Gota de amor
Interferones
El agua tiene pies ligeros
El perro manso
Mutuamente competitivo
Ven a mí, Moab
En la Cueva de Zoar
Tallo embriónico
A tu árbol
El ángel
Nostalgia del árbol
El árbol de la vida
El originador
Varón
El primer fauno
Soledad
Cleopatra
Discurso aceptatorio

De lo ilusorio y lo kármico
Testimonio de la separación
Amor inmundus (1)
Amor inmundus (2)
Ella y yo en silencio
El amor existe
Sin ellas (1)
Celos y autenticidad
Nuestra hija
Por una hija que me díste
Gata caprichosa
Romance de Rocío
Soy tu amante (1)
Soy tu amante (2)
Las prostitutas
La niña que abre las piernas
Habitación de Prakriti
Romance de Mara
Decadencia
Endimión
Las voces del karma
El viejillo iluminado
El maestro feo
El hablador

*

Monografías

Convocatoria al Estudio de la historia municipal

El independentismo en San Sebastian del Pepino (1848-1978)

Heideggerianas / 3

Heideggerianas en carlos92701

Enfoque Heideggeriano a la Historia Oral del Pepino

El comercio y la industria en Pepino, 1776-1970

La Familia Segarra, López de Victoria y Su Conexión Histórica Pepiniana

Partidas Sediciosas de 1898: Campesinos Armados en Pepino (Parte 1)

Partidas Sediciosas de 1898: Campesinos Armados en Pepino (Parte 2)

Convocatoria al Estudio de la Historia Pepiniana

Los tipos folclóricos pepinianos

Maestros de los decenios 1920-30

Poetas y Literatos de San Sebastián del Pepino

La poesía pepiniana y el folclor: Enfoque Heideggeriano

Del Unionismo al Anexionismo

«Raíces: historias familiares» (2004), libro de Horacio Hernández Campán

A Marcianita Echeandía Font (1885-1968)

El último adiós / a Marcianita

Indice / Carlos 92701

Tijuana: Dolor de Parto / Libro de poemas de Carlos López Dzur

La pintura y las bellas artes en San Sebastián del Pepino

Heideggerianas / Libro Completo / Tercera Parte

Heideggerianas / Libro Completo / Cuarta Parte

El Hombre Extendido / Poemario premiado en el Certamen Literario Chicano de la Universidad de California, Irvine

El Hombre Extendido

Antología del Erotismo

Memorias de la contracultura

Para despertar a Leti

Memorial Day

Etnocentrismo

Para meditar el ser

Monografías

Monografía #1

Convocatoria al Estudio de la Historia Pepiniana

La literatura Pepiniana / Monografía / por Profesor Ramón Luis Cardé Serrano

Los tipos folclóricos del Pepino

La etnia cultural pepiniana

El corazón del monstruo / Adquirir

Cartas Recibidas

Cuentos

La Carlita

La capitaleña

Como una amazona

El asesinato

Megillah de la ovación

El último adiós

El acto de Cobita

La coleguita

Marco el Loco

Fray Juan y el reloj orgánico

Kim clin clin

La vellonera y la verja

Mi araña predilecta en el congal

El deseo del reo

Crucito el feo

El filósofo machista

El muerto

La vulva mística

Cheo el oso

El masoncito arrastra'o

La bruja de la torre

Heideggerianas / 3

Heideggerianas en carlos92701

Indice / Carlos 92701

Mantillita

El guabá

La paliza

El loro Guillé

Se llamaba Federico

El azote de los españoles

El loro Guillé

Como una amazona

El acto de Cobita

Fray Juan y el reloj

Cuarta parte: Los poderes sensibles

Eternidad

Brahman is the door: Valakhilyas

La eternidad es siempre sustancial.
Sustancia que no se ve.
Sustancia que en todo está.

Bienvenido a la raíz, abrid
la puerta a otro ser
que el amor ahí está.
Nadie puede fundar el bien-querer.
¡Sólo la eternidad!

13-7-1990

*

Iré

Voy a ir donde jamás
me permití, a olerte de este modo.
Con la curiosidad de una serpiente
morder en lo prohibido.

Me gustará que tengas escamas
y mi tacto será como otros ojos
en lo desconocido.

Cuando digas seré
te habré tomado en cuenta.
Fundarás mi lenguaje.
Me darás otros símbolos.

Sabré más los colores, los sonidos.
Investigaremos tejidos de limo.
Sabré si eres de cristal
como las aguas,
si hay tótem que te prohíba
si te alcanzo,
si eres lo bello
(por mí, desconocido).

¡Te sabré tanto!
Me serás todo
porque tu belleza cimenta
mi ser en tí.

21-3-1980

*

El caldero

Todos los días desde mi sol
porque viene la niña de la noche
pongo lunas y marejadas
en el caldero del Karana.

Voy a abrirla para obtener su alba.
Un cuernillo de plata en su cuarto cresciente
será mi sexo y lo hundiré en su alma.

En el fondo de su piel, refriego sus cebollas.
Lloraré su ciclo de samsara.
La guisaré con mis besos.
Me serviré con su aroma el delicioso elíxir.
Voy a sorberla como un alimento.

A la niña de la noche
que, por cama, ha florecido, diré:
Eres mi Fruto.
La llevaré al interior de la mar
(donde sus muslos cantarán
el monádico oleaje del hallazgo).

La viajaré en mi barcaza
debajo de las colchas de los cielos.
No permitiré que las bardizas
separen su luna de mi sol.
Ni dejaré que, por palabras o gemidos,
huya hacia otro lugar que no sea el mío.

la subiré a peldaños medulares,
a mis brazos, a mis sienes,
y no daré pasos que no sean
su armonía y su cuidado.
Sus pechos alcanzaré con mi boca.
Su ombligo será cómplice de mi vientre.

Como bajocas verdes contaré
las pecas de su carne.
Como aljibe de agua refrescante
beberé sus humedades y el calor de su frente.

Lo mismo haré cada día que venga
a ser amada desde el cuerpo de los dioses.
La echaré en el mágico caldero de Karana.

3-7-1991

*

Lienzo maravilloso

Hay un velo o lienzo maravilloso.
Vibra con el sonido.
Tal parece que como bandera ondea
y amasa el pan con aire.

Por su causa detecto a los amantes,
a los componentes individuales
de mi mundo.

El tímpano da sus pluralidades.
Rescato los gemidos del lamento.
Del bullicio informativo
escarbo lo que quiero
y lo distingo.

Cada voz me entrega
su pureza individuada.
Desde todos los rincones
bajo el cielo lo que entra
en la pinna, tras el velo,
será mi sacerdocio: lo divido.

Lo consagro dentro del hueco
de mi shekinah vibratorio
y hago migas de pan a martillazos
sobre el altar de hueso
y es mi gloria del sendero de Incus
y la ventana oval al Infinito.

2-19-1981

*

Audición tántrica

God is sound and silence. His name is OM.
Attain therefore contemplation, contemplation
on him:
The Upanishads, 6.23

Una escalera vestibular
me lleva a tu voz, a tu llamado,
a pisadas sonoras.

Tú regresas aunque jamás te has ido.
Me susurras. Me despiertas.

Cuando tocas en la puerta
levanto el velo, te miro.
Ven conmigo, me imploras.
No dormiré en silencio.

El infierno es el sequedal de vibraciones.
Eres mi novia, el sonido.

¿Quién arrebatará mi lira
para siempre, en este túnel
y en tan altos peldaños?
No sé, seguramente nadie.

Chapotearé en axonas bipolares y eferentes
porque iremos al pabellón más puro:
la concha iluminada de tu eco.

En chispas de potasio
te descubriré, equilibrándome
sobre cilios mielinosos.

Me colgaré de un pelo transductivo.
¡Tanto te quiero, Eurídice!

Por oírte, ya verás, seré
martillo, yunque, estribo
e iré caracoleando,
por células ciliadas y perdido
pero cantando amor
entre 20,000 estalactitas
de las grutas,
por oírte,
por hallarte,
por quererte.

A la ventana oval juntos llegaremos.
Escucharé las notas más tenues.
y más altas de tu canto.

¡Irás a mi cerebro, fluyendo,
misteriosa, y yo al tuyo,
tú y yo, gloriosamente, en el mío!

2-15-1980

*

Teoría del OM

The sound of Brahman is OM. At the end of
there is silence. It is a silence of joy. It is the end
of journey where fear and sorrow are no more:
steady, motionless, ever-lasting, inmortal, It is
called the omnipresent Vishnu:
Upanishad, 6:25

¿Se imagina usted cuando el río,
cualquiera que haya sido su corriente,
apresado estuvo en charcas de metano
y se inventó la voz escarbadora?

¿Cómo habrá fraguado la maña de sus alas,
cómo daría caminos al cauce que la fluye?
¿Qué pirueta del ser la arrancó de lo inmóvil?

Imagino que, al rodar como una gota
inquieta, perturbada desde sí,
temblaría como si supiera de delicias
y de amantes en gozo?

¿Superó la turbia raíz
de madriguera para hallar
al cristalino corazón de lo vibrátil?

¿Inventaría al verso
que forja cada rumbo?
¿Su plexo de destino?

Me imagino.
Y yo la habría escuchado, si existiera,
igualmente apetente de mundo.
Su murmullo me habría llamado.
Estallaría lícuamente con ella.

Su voz de vegetal
me daría todavía hogares
en las cuevas, entre poros del humus,
entre resquicios de soles y de estrellas.

Habría regalado mi garganta,
con fe en las sangres capitales y cimeras,
por la grata esperanza albuminoide
y la torre del espacio que me llena.

3-9-1989

*

Aprendizaje visual

Te asomas cuando a veces irrumpes
desde frecuencias del espacio cotidiano.
Llenas mi corazón de arenas dulces
y mi piel se sumerge en la restinga
y así te quiero, pero también
en sucursales donde el agua es sabrosa,

donde fluye la frescura de tu piel en superficie.
No hay que estar en el submundo
de los núcleos geniculados del tálamo
para saberte llena de colores...
... y así te quiero.

Tu carita tiene un brillo de manzana.
Tu boca es una fresa que mis ojos devoran,
pero, sobre todas las cosas, me fascinas
entera, súbita, intuitiva, con alma.

Cuando caminas ante mí
la escena visual es una plaza del córtex
y, racionalmente, te aprendí sin asombro;
pero, de estampia, te vas.

Desapareces.
En la región del corazón,
analizo tu forma de mujer
y el movimiento me recuerda,
puede que vuelva, ya que mis mancebías
te quieren a mi lado... y así te quiero,
con tu presencia y ausencia conjugadas.

Te asomas y me gustaría
que pausara el tiempo y cosechara
tu presencia tridimensionalizada
y que mis manos puedan invadir tu silueta
y sentir que tus pies pisan mi camino
y yo mismo pisarte y cubrirte
como el malhojo del follaje porque
eres la dimensión de mi alegría y mi gozo.

Y, aunque así te quiero, te ausentas,
pero no del todo, queda energía en el querer.
Adjuntas como dos pieza de mulas del revezo
tu ser al mío, donde no hay este dolor
de semillas rojas y cundiamor abierto.

7-9-1989

*

Voy a mirarte dos veces

Por amor a mi canción
voy a mirarte dos veces, ninfa
de marejadas curvas y ondulantes pechos.

Una vez, en luz de ausencia.
Deja, pues, que la Luna Llena
la memoria de tu tacto desborde,
tu dulzura vibrante.

Ojos y labios míos, hambrientos,
te añoran, Eurídice,
apasionada hondura de mi canto,
adorable danzante de mis olas.

Tu sensualidad oceánica se escurre.
Mi valor enflaquece si no estás presente.
Pero voy a mirarte otra vez.

Humedécete sobre mi cuerpo,
viaja en mis riesgos, no en lóbregas selvas.
Desde un peldaño triste
de las ansias, te necesito y te llamo.
Soy un Yo que olvidó despedirse.

Y te reclamo porque ya tu voz
es cíclicamente mía
y conozco al cangrejo menos visible
de las tenues penumbras,
el que busca entrar a los túneles vulvares
(los tuyos que se escribieron como engramas
en concha dura de mi lira y se volvieron míos).

Déjame mirarte, iniciar
el regreso, que es meta de mi gozo.
En tus húmedas tinieblas, pesco
y qué fácilmente morderás mi carnada;
te llamo todavía con lengua de fuego
y nadie te acomoda
en la gloria mañanera
como yo.

1-6-1994

*

He visto a los ángeles

A todos los niños del mundo

Los ángeles más puros,
los que, de veras, se manifiestan
y se asoman a la carne,
y se aferran a las cosas,
son niños.

Nacen, mágicamente,
del vientre de la madre que urdió
su parto en alguna sombra
iluminada íntimamente
de amor y de sexo.

Y no importa que fue más
(si placer, o rutina, o ultraje),
el ángel nace inocente,
terso como una seda y canta,
el dulce salmo de amor:
Te necesito.

Y los deditos del ángel tienden
a hacerse más lindos con el tiempo.
La energía les va dando caricias.
Los niños sólo saben amar
hasta que los daña el desprecio.

Por eso, yo no le quito el rango
a los ángeles que veo.
Les invento jerarquías,
según los voy queriendo y descubriendo
en los patios y en los parques.

Sí. Los ángeles existen y se encarnan
y no los busco en la mitología,
ni los reinvento en milagros
de astrólogos y quimeristas a sueldo.
Los veo todos los días.

2.

Para que haya ángeles,
es decir, alegrías que se vistan
en carne, que agiten alas de vida
en los cielos terrestres,
el niño nace.

Y la mujer es una mano divina
que tiene muchos nombres,
inclusive el de estrella y camino,
vía láctea, centauro, bicha, loba,
pero el ángel no teme.

Para que exista el ángel,
todo en la Tierra es un seno,
el pezón provisor del Gran Regazo,
la geografía sutil del tibio pecho,
y el niño se lacta y vive.

Y el ángel se vuelve denso, saludable,
juguetón, impusivo, cariñoso, y explora
las arrugas y las fantasías, entre agua y fuego,
y texturas y aromas y, con sinestesias,
reinventará los rostros y oscilará en lo ingenuo.

El niño es el consuelo mayor de los consuelos.
Cuando falte al mundo su belleza, él quedará.
Cuando el placer no tenga sentido, son ellos,
los ángeles quienes redimen, y formarán
al amor puro con llama purificadora.

Para que exista la perpetuación
del paraíso, o la sombra posible de utopía,
el querubín tiene el secreto de la espada,
sus dos ojitos tiernos, su piel diáfana,
su voz tan melodiosa que transforma cada verbo.

Para que haya ángeles prestos
a volver a nuestro lado y embellecer al bíos,
al paisaje biológico del mundo,
yo cuido a los niños que conozco:
son alas, sin plumaje,
puro amor en pies humanos.

En fin, los ángeles más puros,
los que, de veras, se manifiestan
y se asoman a la carne
y se aferran a las cosas,
son los niños.

6-1990

*

Habla el lenguaje del tejido

A Gustavo Urrea, maestro de escuela pública

Los asustados mi palabra rechazan.
En lenguaje de enemigos se esconden.
Temerosos están de ser valientes
y escuchar qué les digo.

Hablan el lenguaje que no les pertenece.
El lenguaje que el Estado impone.
Hijos son de cosecheros humildes.
Se avergüenzan de sus progenitores.

Los asustados, los que perdieron auto-estima
por mucha acusación viciosa, mis discípulos
son en las escuelas del tormento, en las instituciones
de la inmundicia consagrada. Estos mundos
en que los niños vienen de rodillas, temblorosos,
violentos, mezquinos, odiadores.

Escupen sobre el padre que los envía
a la escuela; niegan a la madre que les sirve,
en cuanto sobrevive, proletarizada y lega tradiciones.
Están colonizados, oprimidos, subvaluados.

Sin fe, sin orgullo, sin autenticidades.
¿En qué amor pueden creer si han quedado
cautivos por los que les han llamado intrusos,
ilegales, ratas, desalmados, impostores?

Por de pronto les instruyo: Esto es lo suyo.
Tejan, entretejan, unan su devoción a su mundo.
No teman. Despierten. Canten, Dancen.
Suplan, sirvan, compadezcan. Tantralicen.

12-6-1985

*

Las ideologías

… la ideología moldea el recuerdo de los hablantes:
M. Billing

Han prohibido que recuerde, que piense, compare,
discierna; así lo piden los hombres tenebrosos
a la entidad viviente. Que no instruya la Jñana
y el espíritu dulce, tranquilo. Que me seduzcan
con ataduras, vergonzosas, siniestras, deshumanizantes.

Con signos de cochambre atan el puro azar
a sus caminos, desnudan las túnicas nostálgicas.
Visten de harapos al corazón más noble.

Los harán como perros pavlovianos, tocarán
la campanilla. Lanzarán sus convocatorias.
Repartirán migajas y huesos rotos.
Han fundado la Maya.

Los sacerdotes absolutos ya rodearon el mundo.
En un falso rito de conmemoraciones,
instruyen con sus tretas, que aprendan de sus yugos.
Te quitarán la piedad que tuvíste guardada.

Un cuarto de tu bondad dilapidan. Un diezmo
de tu honesto salario de sabiduría y de memoria,
pura e inalterada; te forjarán a su modo
para que no seas cualitativo.

2.

… en un proceso conmemorativo a su vez se silencian
ciertos aspectos conmemorativos de la historia común,
en función de su identidad y unión como grupo social:
M. Billing

Esto es lo primero que arrebatarán:
Que tu árbol ha nacido con semillas,
las sagradas semillas de Tu Ser.

Que has nacido en la Tierra
y tu alma térrea se derramó en el fango,
donde el humus es divino, visible.

En las bondades de ese espacio
que secretamente preparó su alimento
no estás desamparado. Nunca lo fuíste.

Que Tu Ser es un poder creador, fecundativo,
como la propia Madre-Tierra que te llama Mi hijo
y el Sol-Testigo, padre, que te llama Mi rayo,

pétalo de mis flores de loto. Que las semillas,
aún escondidas, son de su propiedad,
como son toda la materia, todo el pensamiento.

La ley del Ser es llenarse de júbilo
y formar ese carácter, la gozosa gratitud
de ver a Madre / Padre / en las semillas del Uno.

3.

Mas los tenebrosos, saqueadores de memorias,
manipuladores del Olvido, te dijeron que serás
descoyuntado, que no eres Heredero,

si no de una mofa que comienza en tierra seca,
en hambre, en sed, en sangre que derramas
cuando te quitan todo, al demoler tu fe
o sacarte los ojos.

A la yoidad fáctica de tu biología, comienzas ya
a temerla y deshonrarla: te nacerán ampollas,
pústulas en la piel, lengua rasposa que maldice,

ojos intempestivos que no observan de veras,
que no inventan la existencia sublime de las cosas.
Así lo piden los hombres tenebrosos a la entidad viviente.

4.

Los ideólogos kaliyugueros a las puertas
del siglo madrugan. Quitarán algo de tí
que guardas todavía, lo más auténtico.

El moco protector, tu caído moco.
tus ganas de centrarte, compasivo, sereno,
en sensación vital con otras épocas

menos dolorosas, sea por ser más puras,
menos acaparadoras, más armoniosas
pues tomaron en su corazón el mensaje:

No hay diferencia entre Dios y la entidad viviente.
sin ansiedad, un día mereceremos (lo aprendido)
que Vaikunthas hay en todos los cielos.

Que a planetas celestiales volveremos
sin este dominio transferido de desdicha,
desacralización y tormento.

Los kaliguyeros en las puertas están
y hablan de muerte y estanques turbulentos
y pétalos marchitos y cigotos procesados

con veneno y abejorros de ruda rebeldía.
No hay flor de cien pétalos, nos instruyen.
No hay sabiduría interna, creatividad dinámica.

5.

It is not for the love o children that children
are dear, but for the love of the Soul in children
than children are dear:
Bridhad Aranyaka Upanishad, 2.4

Tú, alumno mío, aún creíste en mi silencio
como la parte más pura de tí mismo; más allá
de toda consciencia, añoraste el misterio

de mi pensamiento; tú y yo éramos uno
hasta que llegaron los ruidosos, timbaleros
de letargo y sus palabras fueron lo impuro.

Tú, alumno mío, tenías al OM de Brahma
como prasada de mi propio eco y llamaste
a ese espíritu en el viento y en ese espíritu

me adoraste en el agua y en ese espíritu
de misericordia me llamaste en el fuego
y yo te respondí, desde las sombras.

Siempre dije: Mi prasada es misericordia,
memoria del amor biunívoco, Alma de niño,
te amo, no me abandones en tu Alma.

6.

To send to the East Indies for Kentish pippins:
Dicho inglés

Desde que las águilas tienen dos cabezas
y todo se impone, cualquiera sea el imperio,
Alemania, Roma o Carlomagno,
te mudan de país, dizque que a forjar
tu futuro, alzar cabeza.

Te hablan de economía y adiós y buenas tardes.
De azul y buenas noches. Es al tiempo que regresas
y ya no estás ufano. De viejo examinas que lograste
muy poco y fue tan engañoso lo obtenido.

Estuvíste aplastando mariposas con las ruedas
del carretón pesado, pero te dijeron: Oficial, administrador,
pomposo funcionario, civilizador, gran mercader,
gran emisario,
y no hicíste otra cosa que baúles.
Meterte a farolero. Regresar viejo y cansado.
Hoy vives pensionado y olvidado.

7.

Lo privado, inalcanzable, la fantasía
de erotismo que no nos pertenece
como imagen sustentante la apetece el hombre.

De la novelería, se nutre antes de la dhyana.
En el centro del vientre, la tiene cada ente,
pero no va por ella, no sabe cómo.

Entonces, vienen las ninfas, musas mortificantes,
irreales presencialidades de fantasmagoría,
públicamente llenas de otros ojos,
miles de ojos, miles de brazos y manos
sedientas de aplaudirle.

Ellas son asequibles. Se las adquiere
cuando los boletos se compran
en teatros, con taquillas de acceso
a los congales. Con los pases
de asiduos a concierto.

Son artistas. Casi siempre virtuales.
Es terrible no llevarlas al tacto,
Enterrarlas en las colchas y los besos.

Las tendrás que espiar mientras duren
las funciones; o verlas gratis en las telenovelas,
en películas baratas, en videos, en fotos
de paparazzis o estrenos de cine.

Siguen siendo baratas en revistas,
intimas en el chisme y en la novelería.
Bien se ve que son sacerdotisas,
lo más canchondo, inalcanzado.

8.

Con su autoexpresión, las hijas de Vishuda
nos canta al oído, nos meten en sus mundos
mentales, multidimensionales; nos castigan
con boleros, hirientes, amargo, matahombres.

Se visten y se desnudan frente a nuestras narices,
con espejos distantes de por medio.
Las penetran, las golpean, las humillan
pero es la mentira, ficción de Maya.

Al final, ella nos quiere.
Más bien, a todos, sin querer a ninguno.
Ella mismas lo dicen: agradecen más el aplauso
que consagra sus representaciones.

Es la nueva religión, la farándula, el circo:
La belleza bien pagada, la líbido servida
desde las producciones y la propaganda.

9.

A la que nadie ha de tocar se vivirá aplaudiéndola,
espiándola, sexualizándose con el sortilegio
de sus movimientos. Sus lagrimones de mentirijillas,
sus risas, voces, sapiencias, parlamentos
y emotividades expresivas, pueden ser
objeto y sujeto de lo prohibido, satisfacer
dos narcismos, cuerpos que viven
separados desde reflejos disolvente,
el agua en el estanque de Narciso.

Sin la ficción de su encanto, ¡dulces son
hasta las represiones! Son unas diosas
dignas de ser robadas para el gozo.

Por sus cuidados maquillajes, sus contornos
de agasajo, sus estilos de vida son maravillas.
¿Será la Dharma? Y, en fin, ya no puede vivir
quien las añora. Inquietan. Se apetecen.

Sin participación activa que se frustra
con el sexo, sin Vishuddhi: quedan ellas,
símbolo de lo masculino / femenino
que vive introyectado, divinamente en nosotros,
gracias al hermoso, gozoso, mutuo acto de amor
que formó el Universo.

10.

a la actriz María Ignacia Ibañez (1745-1871)

En Carabanchel Bajo nació una madrileña.
Actriz en el Teatro de la Cruz,
Filis, la Nacha, la devi de Cadalso,
la musa de su coxis, el mantra
más perfecto de su voz.

Y un día, un día de su garganta,
plena todavía de las ondas hormonales
de su ágil emoción, del canto
con que el placer llamó y respondió
a los estímulos naturales de su risueña
vida y comunicación, dio en bajío,
murió; creyó en un cielo empíreo,
en un éxtasis, sin desperdicios
en la oikós del Ser, en tercer cielo
de frugalidad, cedió a la muerte
sin aquella súbita tos.

Murió la actriz y José se sintió desconsolado.
De cal y canto es su dolor. La devi Filis
extrajo de sí autoreproches, soledad.
«¡Ay, que ya no puedo vivir!»
sin esa niña ideal, sin esa cara de aleluya,
no hay pascua. Ni valor ni sustento.

Y por ésto la desenterró de la tumba.
La pidió a la Madre / Luna / de los mundos
subterráneos; se la birló a la ausencia,
a los barrancos del fuego, a los ángeles negros,
al lado oscuro de la fertilidad y la resurrección.

11.

Linda, como Rodope, ninguna es.
Como Radharani, ella el placer de Krisna
transporta, su energía entrega.
Con su hermosura se víste.

Un rey se jacta, Candalio el lidio,
y preanuncia su posesión con altivez:
«Sólo yo la merezco; ojos cerrados
en su presencia pido a mis súbitos.
Ni un respiro de adulación fementida
permito; sólo yo beso su cuerpo desnudo».

Lindas son sus manos, llenas de tersura;
lindos sus muslos, con suaves vellos
que parecen de oro, tibios, firmes,
anhelantes: Rodope es estructura del amor.
Y sólo es mía, sólo la disfruto.
Gran trofeo es por mi poder.

Fama tiene la belleza de la reina;
fama la jactancia de su rey,
fama tiene el anillo mágico
de un campesino, más perverso
que afortunado, en verdad.

El anillo al frotarlo, transforma a Giges
en invisible. Entra donde quiere y nadie lo ve.
Es un chintamani en las manos del necio.
Es la ocasión para que sea salaz y traidor.

La vio al fin. Se vestía rumbo a la cama.
Rodope no lo vio. «¡Qué hermosa es!
Nada querría del mundo si la tuviese a ella
y sólo para mí. Nada quisiera yo aprender
si no a gastarme fornicándola, secarme como higo
encima de su cuerpo encantador!»,
pensó.

Y, quien daba cuentas a Candalio,
su rey, obraba en su provecho, irrumpiendo
en la recámara real. Codiciaba a Rodope,
pero sin atreverse a más.

«Nadie hay, excepto yo, apto para gloriarse
del gozo de mis ojos, cada vez que desnudo
a mi mujer. Mía es su pasión, mía el tacto
con que mis dedos la acarician. Mío su olor.
Intensos mis orgasmos cuando la intimo.
Visuales mis emociones cuando me satisfago.
¿No es eso cierto, Reina amada?»

Y Rodope calló. Estaba en manos de un poder
diferente al amor. De un placer que ya no es suyo.
También, al abrir los ojos, Giges comprendería.
Rodope no es ya feliz. Su rostro lo revela.

Se hizo invisible ante la presencia del Rey
y la corte, camino hasta ella y la acarició
por primera vez, susurrándole al oído:
¡Siénteme, como hoy te siento! ¡Qué hermosa eres!
Te he visto, con el mágico anillo de mis ojos
y estoy aquí, desafiando a tu consorte.
Mátalo y sé mía. Te amaré más que él.

12.

Ferronière la Belle muere de sífilis en 1540
y transmite el mal al rey de Francia el mismo año

Siempre los fanfarrones se roban el cartel
entre oficiantes de ideología y codicia de poder.
La condición social los hace aptos.
Meten fajina con el cuento de atributos
y dones personales. Venden la Maya
de la superioridad, el prestigio social,
la adecuación para todo objetivo.

Hombres de misión y de confianza,
los fanfarrones, los cortesanos en la Corte
de Francisco I, el garzonero rey,
el Gran Varro, gambalúa francés.

Y a Le Ferron, abogado fanfarrón,
lo trata como a un valepoco, narizón,
indigno de la Ferronière la Belle.

Su mujer es la amante favorita del rey.
Y el abogado, con los celos y la infidelidad
ya está más amargo que un limón.

Cornudo ya lo es. Lo feo nadie se lo podrá
quitar y la mujer, Ferronière, perdió por él
el mínimo respeto; se engrandeció
mientras lo hunde en escarnio y en mediocridad.

Ha llegado Le Ferron de una casa de alegres
donde las ménades gritan «Evo-hé» y Baco
pone jarioso a los hombres de virtud,
a la clientela del rey. Ha propuesto Le Ferron
su frenesí emotivo-corporal. Concretará
su venganza con la hienda antisocial.

Esa noche, al regresar, contaminó a su esposa.
La sífilis la matará y, contando días y síntomas,
así también, enfermerá a su rey.

*

Acuérdate

Soy más real que él.
No soy aquel que promete simulacro y delito.
Sí, el amor tiene fundamentos y generosidad.
El mentís a la dicha es vicio de los truhanes.

Visita el interior de los troncos
donde la savia está.
Clávate como si fueses los colmillos
del ansia más profunda
porque allí yo estoy
por si me quieres
y me haré presente,
surgiré cuando me invoques.

Acuérdate quién ha vaciado
más aguas en tus hojas,
quién ha bajado
al manantial de las tuyas en secreto.

He querido ser agua resfrescante
en tus rincones: las aguas de Hipocrene,
la amiótica grosura que te hizo ninfa
y te dio un corazón para que adores.

Aunque te sumerjan por dañarte
dentro de imágenes vulgares,
flota, inténtalo, guarda tu fruto.

Recibe el sol que te he dado,
las dulces mecidas que te ofrezco
como el vagido de un recién nacido.

He guardado tus lunas en mi cuerpo.
La lealtad de tu cuerpo me alimenta.
El proceso en pleno es nuestro novilunio.

5-4-1984

*

¿Dónde está la vida?

En tí que me oyes
aunque andemos a oscuras:
la potencia de la vida descubro.
Tu voz es vida que señala a la mía.
Yo respondo.

Jadeas y siento el hálito:
¡tu boca debe ser besada!
Hurto de tu aliento el OM de tu brama.
Abierta en rajas, la cama
da clamores, pasión apetece.

Terminará la noche
con nuestros cuerpos tibios, anhelantes.
La naturaleza tiene urgencias en nosotros
porque la vida es Ella, urgencias muy urgidas,
y tú y yo, su espejo, urgencias
en Su Gran Espejo
tras el que está la vida.

2-3-1997

*

El árbol de la vida

Grabé tu nombre en un árbol de piel dura.
Me enamoré de tí, cuchillo en mano,
como el leñador que limpia el monte
y selecciona la salud y fortaleza del madero.

A tu aparición quise llamarla: Fruto.
Jamás volverán a diluirse los recuerdos.
Nos reencontramos, Arbol de Vida.

Ahora de tus sámagos más húmedos
conozco los llantos y sus alegrías.
Te oigo en la savia que fluye,
te huelo en las flores que sueltas
con el viento, te percibo en los trinares
de los pájaros que se esconden en tus ramas.

Y como hay recuerdos tuyos
que persisten en el viento dando voces,
te sigo como hormiga, fiel a tus raíces.

Entro en las cuevas que compartes;
lamo tu savia como elíxir
y ya no hay destierro
de triste despedida.

Te alcanzaré vida tras vida
para bendecirte.

¡Ojalá en otras madrugadas
también me ames en los grabados
agridulces del cuchillo que escribe
su memoria con nostalgia!

¡Ojalá me leas en ensueños perdidos,
en las expansivos infinitos,
o en escondidos hibiscos rojos
de otros patios del tiempo!

¡Ojalá en la sadhana de lo Eterno
crezcamos juntos, abrazados
como serpientes que transmiten
su alegría, en pos de vida
infinitamente continuada
en las cimas de lo Absoluto!

10-3-1998

*

Erotización del alma

Siva se extiende por todo...
Todas las emociones y pasiones de la existencia,
los goces sensuales o afectivos, las frustraciones o
sufrimientos, pueden volverse soporte de ocasiones
del Despertar:
Javier Rou: Vjñana Bhairava Tantra

El alma hay que extraerla
de la mina, de algún hueco
isobólico y profundo.

Shakti solicita el corazón
y ser jalona y tener de las guedejas
al tigrillo que se esconde.

Es la Tullida de Yembé que pide polla,
la señal silvícola del mundo,
áspid que muerde desde el fondo.

Sus pezones con dulzura chupo.
Voy por meche barba,
por carreño en pozo,
por jalea de abejas machiegas
y jimbal, tan timbalero voy
y ¡qué gozo, mialma!

21-3-1980

*

Un quark que habla a los mortales

a Epicuro y los atomistas presocráticos

Si estás vivo, acomoda esta frase en tu alma.
Te quiero, cuerpo bendito.
La bendición será reconocer
que tu tallo ha crecido,
que formó su ramaje.

Y si te has elevado verticalmente
como la honra vibrante
con sed de cielo y de frutos,
pobla con soles huérfanos y pequeños
tus hojas verdes,
tus penachos floridos de lunas.

Y no te faltará la clorofila del futuro
ni la humedad para el humus
donde habita la ciudad
de tus raíces.

Si estás vivo, yo te daré más que promesas
porque no es una frase tan sólo la que zanja
en tierra feraz y desbrujada
la semilla que huyó de barranqueras
y de vientos ímprobos del mar de los sargazos.

Acomoda esta frase, si estás vivo,
árbol valiente, y si has buscado
esa nutricia soledad que se escarba en lo profundo
con las puntas de tus dedos, hállala.
¡Es tu tierra de alimento!

3-3-1997

*

Nucleosíntesis

El secreto quiso ser inmortal
como un cadáver que se iluminó
en la llama del silencio.

El secreto anduvo en la pira,
nucleosíntesis, y el sol lo llenó de su olvido
limpiándolo con la prebiótica del Ser
en pos de alborada.

El secreto quiso ser pájaro
donde el metano hedía
¡y hoy está muerto y enterrado!

El sol lo sigue quemando
como a una espiga.

9-16-1990

*

Bíos

A veces
para dar el estímulo
que origina el color de las mañanas
y mueve el flujo, la mar de la existencia,
sólo falta una pequeña ola
del matiz terso de la rosa,
la gracia cándida de una niña bonita.

Hay que saber, Kumara,
ya que caminamos por orillas peligrosas,
que son estrellas veloces, nacientes, fugaces,
almas pequeñitas que serán generosas
y entrarán en la mar
y, en lo amargo derramado en ella,
caerán con sus vidas de sal y de dulzura.

Hay que saber hallar una pizca de luz
en lo oscuro, pizca de vida en la muerte.

Solverse con ese ser desconocido
que es el ser-que-se-devela, cotidiano,
transfigurándose en infinitas posibilidades.

Yo, que tantas veces camino entre pendientes,
azotado de salitre y peces muertos,
de riesgo y de dolamas,
ví a la pequeña, entretenida
con sus salticos simpáticos y dulces.

Y, cuando dijo adiós
a mi sombra que lloraba,
quitó lo gris al tedio.

Brincó a mi ser
con cuica de alegría,
Escondió mi tristeza
con salto de isospín.

Hay que saber que la vida tiene pocos años
y fluye hasta que no queda más onda por vibrar.
La niña pasajera sonríe y dice adiós,
pero te hereda su deliquio
de órbitas que vale por los siglos.
¡Codifican genomas para la eternidad!

2-3-1997

(Publicado en La Blinda Rosada, España,
16 de julio del 2000)

*

Gota de amor

Has nacido como gota de amor
en los pozos del lamento.
Un guisante, leptón,
frágil como luna y despreciado.

Fue llevado
a los fríos polvorientos del espacio
por granizos inmensos.

Hoy vino a la cuna de mis ojos.
Ha nacido como japio
que emite su canto y llora,
según avanza en el rincón más oscuro
de la tierra.

Es la niña del maíz blanco.
Con mis manos recojo ese animalito
a la Kumara, a la niña sazonada de sol,
que sobrevive sordamente
su llamado de gigantes del aire.

Ella se aferra al hongo de mis colmenillas.
Toma por cuna la charca de la copa
que bebemos, tu útero, amada mía.

¡Ha nacido la niña y se mete en el núcleo
como una nueva chispa del beso!

2-15-1980

*

Interferones

Ahora concurro a las fiestas
de los interferones,
vestido de payaso por tu causa.
Intergangliono
con voces de ancianas proteínas.

Desde este bosque de larvas sonreiré.
Tendré que hacerlo porque llegas
y saludas y dices a cuanto es
tu entorno y sombra y abrazo y esfera
que existo, que existimos:
tú, virus que como un beso me visitas;
me preanuncias; yo, por tí, infecto.

9-16-1979

*

El agua tiene pies ligeros

El poeta tiene pies ligeros.
Sí. Los tiene, pero no más que el agua
de una estrofa y sus secuencias,
no más que el agua que alberga
cromosomas de fibras seminales
y rumores y paso de corrientes.

Esa lengua del agua sabe de sed profunda.
Ha lamido cada entidad, cada sustancia
que encuentra en los peldaños entitativos
del posible ser y su concreto aquí y allá.

Cada furioso reducto de caída
¡lo ha conocido el agua con su prisa
y su remanso, con su furor y su calma!

Ha besado a la piel de cada sinalefa.
Ha saltado sobre hiatos del abismo.
Se ha hundido en las sales más negras,
en las venas azules y en los rojos chichos,
en órbitas de la textura biótica,
en circonio duro, en neuras minerales,
en alambiques siderales de deseo y el sustrato,
en replicados monstruos de simetrías,
en raíz sublime desorden que dice:
¡Quiero ser alfa y omega!

El agua tiene sed, hambre de Todo,
y yo la bebo igualmente ambicioso
de hallazgos, por ser poeta
en pies ligeros, transido,
y me la encuentro un paso más allá,
mal perspicuado, un paso aquí,
incompleto y eterno...

7-9-1989

*

El perro manso

Cuando duele más
el espacio inexplorado, vírgen
de las cuevas y la necesidad y el tedio,
gemidos absurdamente cotidianos,
yo soy terco, perro manso,
y lamo la epidermis de lo vivo
y clavo mi pezuña en el calvario.

Así oscilo en la sustancia terrible de las cosas.
Muerdo por bravío mi propio llanto
y más bajo no puede el yo caer.

Soy terco, perro manso.
Toco el fondo.
Y después ladro para subir,
ladro, odio mis pulgas,
canto, ladro y canto.

7-2-1986

*

Mutuamente competitivo

dx/dt = (a-by)x
dy/dt = (cx-d)y

Había sido un árbol, quieto y manso.
Un simple ser atractivo.
Y el viento, desde el tiempo,
comenzó a conmoverme,
a empujarme fuera de mí mismo.

Me inventé las palabras repelentes;
me perdí en las fases temporales
de mi propio deseo; raíces de mi calma
se me fueron borrando...

Ahora cabalgo en puntos
de lejanas regiones, eje me falta.
Descubrí los puntos límites del ser
y las bestias me ladran y depredan
en fases de mi espacio.

(Publicado en Tertulia de Mizar,
Núm. 693, 27 de julio del 2000)

*

Ven a mí, Moab

Y las hijas de Lot concibieron
de su padre:
Génesis 19: 36

Como soy el amor que quiero ser
(y aún si no lo fuera) ese amor que reside
en la carne, que en la soledad se engrandece,
forjo con placer para que exista
grato y delicioso, este aroma.

Si el mundo fuese amargo
como la sal de Sara y si la ceniza cubriera
la faz de mi horizonte como un tormento,
si yo tuviera dos hijas hermosas, ávidas, soñadoras
que fuesen el pan de mi boca y el vino al paladar,
si ellas me dijeran... quiero del amor
que representas
en este caos mundano
de Sodoma, en esta cueva gomorreica
sin futuro, de veras…

de veras las tendría clavadas
con mis besos cada noche
y las abrazaría con la energía
que borda la alborada con hibiscos,
jazmines y geranios
y no estaría embriagado ni un segundo
ni transido con el tedio del lamento.

Sobrio, sobrio, sobrio de veras

y apasionado, de veras,
de veras yo amaría.

2.

¡Qué afortunado el ser
que con vara de amor produce los renuevos,
el ser que fecunda, que preserva,
que sonríe con el Sí afirmador
del sexo y sus delicias!

¡Qué sustrato de sabiduría
se origina por ese deseo desde el nido íntimo,
compensador, insondable
del lingam-yoni in-cestus!

Donde el mandala organiza su orden
y su creación corporiza, donde tañen
las campanas del supremo erotismo
su eterno fundamento,
donde vibra hasta su origen el Hefzibah
yo seré de buena gana detonante:
padre, protector, marido, amante,
el ser agradecido, el infinito.

3.

Estoy sobrio, hija mía, de veras,
y si no quedara varón sobre la tierra,
tuyo soy, marido y guía... ¡por la vida,
por las ondas naturales
del espacio biológico en el tiempo!

No vaciles, pequeña, retoño de mi espiga.
Tuyo será mi pene y sus escrotos.
Tuya mi piel. De veras.

Mis huesos, tuyos.
Mi pasión en las interacciones terrenales,
mi aliento, mi calor de sol, mi varonía,
que por tí se rediman.

Venga la mayor.
Soy el gusano de Jacob.
Larva para esa mariposa
tristemente breve en el alma de los días,
hermosamente eterna
en la Luz Astral de la Aisha.

5-12 1990

*

En la Cueva de Zoar

Cavaré en la Cueva de Zoar.
Comeré la fruta. Isis celestial
serás para mis manos.
Astarté ardiente serás para mi boca.
Subiré a tus muslos, penetraré los cielos.

Míos serán tus pechos y tus nalgas,
tus curvas deliciosas, mías.
Nunca diré: ¡No te quiero;
o que una ofrenda de fuego te consuma!

Vén, no tengas miedo,
tú, la más pequeña de mis hijas.
La tierra es horno nauseabundo.
Sobre llanura envilecida llovió el azufre.

En esta cueva el anarquista arde
como el custodio que cuida tu hermosura
y rumbo nuevo hallará
más allá de los montes.

Te daré un pueblo
con costumbres adorables: la Utopía
y fecundaré el vientre de tu porvenir
para que haya amonitas en valles
de abundancia y de justicia.

Tendrán tus hijos tu voz dulce
y seductora, mi visión que trasciende
las edades y el golpe de inmundicia
de mis días; pero no me embriagues.
No. Sólo díme: Ben-ammi, y yo iré.
Yaceré contigo.

Serás madre y en honesta certidumbre
nos veremos, de veras,
a los ojos, orgullosos, rotundos, libres.

Según la costumbre del amante,
provocaré tu emergente progenie,
porque el sexo en amor es la sustancia
más apetecida del anarco, el que no duerme
mientras quede el deber, edificar
el corazón imprescindible, uno
que sepa declarar lo necesario,
lo deseado, lo más libre...

Te quiero, te deseo, te necesito.
Acuéstate conmigo
sobre la estela sideral de la justicia.

5-12 1990

*

Tallo embriónico

El pentagrama, piedra angular
con plenitud de ritmo,
pulsada raíz de todo cuerpo,
punto inicial de su estructura,
se irradia con siete voces
¡y te escuchamos, relámpago!
¡y cómo formas
el blastocisto con luz y trueno!

¿Quién escribe la primera canción
sino tú, gusanito de luces,
brizna sináptica,
en óvulo estremecido? ¿Quién se extenderá
sobre la corteza motora
¡sino tú! ... que aprendíste a danzar
en ríos dopaminados?

Nada sucede sin que surjas en colores
con tu voz actuante y tus moléculas y claves
para el pentagrama que bebe en sangre
mi canto y otro canto, la sombra bipolar
de soles míos que te completan lunas, Ellas!...

30-5-1997

*

A tu árbol

a mamá Julia

Ayer cuando tuve mis ojos
disparados en lo puro y natural
de una mañana, ví el árbol en mi patio.

Y que salías de él
con tantas hojas y ramas
y siluetas vegetales de abundancia.
Y en esa vida descubrí tu rostro,
tu cuerpecito suave
de huesos duros y adorables.

¡Eras tú, mamá!
¡Y qué bella fue tu salida de los árboles,
tu habitáculo de ninfa,
tu figura con olor de almendras,
tu pulpa de guayaba,
tu corazón de durazno,
tu rojez tibia,
tus ojos cómplices del azul del cielo,
tu amplitud de brisa,
tu fidelidad fija de raíces
como signo de tierra,
tu mansedumbre aparente
de Tauro / Capricornia!

9-3-1998

*

El ángel

La mano gentil no duerme.
Se desvela.
Ha tocado tus ojos.
Palpará la tristeza.

Se volverá mirada,
presa en tus pupilas.
Rodará, empujada por tu lágrima,
hasta el fondo que define tus mejillas,
pero tan grata será que te bautizará,
te redime, fluyendo a tu catharsis.

Sonríe. Han apretado tu carita
cuando fingías que dormías.
Un ser de nuevos ojos te cuida.

2.

No sabes quién fue.
Y fue una mano gentil,
la que siempre ofrece el horizonte
con dos luceros enormes,
como sol o luna.
Corazón o inteligencia.

La madrugada apenas comienza;
abre la mirada y no preguntes.
Ya se fue. Estuvo el vigía de tus ansias
tan cercano y tan íntimo que tiró
su ancla salvadora,
con sólo darte un beso.

8-9-1996

*

Nostalgia del árbol

... La necesidad («niyati») crea la ficción de espacio
y nos liga a la causalidad, a la inexorable ley del acto
(«karma»)que restringe la libertad absoluta y omnipresente
a una limitación dirigida a un objeto determinado:
Javier Rou

Entonces, por nostalgia,
me arrojé a abrazarte.
Elegí el árbol más rugoso
cuyas cortezas, años de verticalidad
recuerdan el reciclaje kármico del humus.
Y supe que soy como tú
nacido para el polvo y el regreso.

La vida es más que tumba y fijación
en la arcilla y el incienso,
breve como es, se salta al infinito.

Contigo está la metamorfosis
que germina, la semilla
de ese Gran Tesoro,
código y cifra plantada
entre chumberas, el fuego eterno
del Sol, hálito de Brahma
entre desbrujos de la terra morta
en el Mediterráneo.

9-3-1998

*

El árbol de la vida

Grabé tu nombre en un árbol de piel dura.
Me enamoré de tí, cuchillo en mano,
como el leñador que limpia el monte
y selecciona la salud y fortaleza del madero.

A tu aparición quise llamarla: Fruto.
Jamás volverán a diluirse los recuerdos.
Nos reencontramos, Arbol de Vida.

Ahora de tus sámagos más húmedos
conozco los llantos y sus alegrías.
Te oigo en la savia que fluye.

Te huelo en las flores que sueltas
con el viento, te percibo en trinares
de pájaros que se esconden en tus ramas.

Y como hay recuerdos tuyos
que persisten en el viento dando voces,
te sigo como hormiga, fiel a tus raíces.

Entro en cuevas que compartes;
lamo tu savia como elíxir
y ya no hay destierro
de triste despedida.

Te alcanzaré vida tras vida
para bendecirte.
¡Ojalá que en otras madrugadas
también me ames en los grabados
agridulces del cuchillo que escribe
su memoria con nostalgia!

¡Ojalá me leas en ensueños perdidos,
en las expansivos infinitos,
o en hibiscos rojos y escondidos
de otros patios del tiempo!

¡Ojalá en la sadhana de lo Eterno
crezcamos juntos, abrazados
como serpientes que transmiten
su alegría, en pos de vida
infinitamente continuada
en las cimas de lo Absoluto!

10-3-1998

*

El originador

Soy el supremo entre los verbos:
la densidad de los quarks.
Dueño de la compresión infinita sobre el punto
de cada singularidad que se dispersa y se ondula,
soy el que condena a la mónada
y la ejecuta sobre sí
y la colapsa como avellana seca
en la mano del Destrizador que habita el Caos.
A las sombras de la impermanencia desafío.

Al universo quiero como fruta del caimital,
con más blandura que dureza,
con más agua que plasma,
con más canción que lamento.

Cada fruta es dulce para que se hienda
al toque de mis uñas cochambrosas.
Yo soy Eros desnudo en búsqueda de espacio,
vibración y cobija, el que invento la forma
con delicia, partícula fundamental de una belleza
que es mi único sentido, mi sublime miseria.

Canto NO SEA, desaparezca,
deshágase la ostra,
el ataúd temporal de la arena
y sepárese la hoja del sepulcro
y ascienda a los cielos de los soles.

Levántese el tallo como Lázaro
y muévase en la palanca de lo vivo,
porque soy el más secreto NO SEA,
el recuerdo permanente del ser,
el que deshago el olvido de lo sido,
el que aclaro la noche del todavía-NO
y enamoro a las ramas con incendios soy.

El que pongo a las hojas su verde fotosíntesis
y en el aire mezo al árbol
con arrullos de geotropismos invisibles.

Yo soy el volcán que no envejece,
el varón ovitesticular desde la sombra acuática.
Un cono monstruoso, fractal de infinita réplica.

Soy el viento sobre los espacios giratorios
y la ventana paradójica, pobladora de la negrez
con cuerdas de agujeros y espirales de luz.

Cuando hierve lo que no soy en la sartén,
yo limpio de levaduras mis propias sílabas,
hojuelas del OM OM OM.

Desciendo hasta los ángeles sin alas,
a cada obrero, a cada fenómeno genésico
y doy los lagares subterráneos
a cada bicho que pelea su vuelo, o su inmersión,
su tiempo subjetivo, su numérico conteo
de ave de paso y animal de presa.

Curvo como a pajas
a lo que quiere flotar bajo mi axila
y gravito a lo que tiene
una ambición de longitud y monopolo.

Lo hago, a pierna suelta
para que se recobre la combez del pecho de paloma
y la cuadratura del orden químico de cristal
y el nervio de mariposa,
que subyace en la crisálida.

Trago por mi gaznate de plutonio
la masa crítica de cada explosiva piedra de tropiezo
y, al inhalar al que vive y colea, es cuando escupo
las partículas más veloces que la luz.

Así se dimensionalizan
los escondites más oscuros del ser.

Yo soy el Vach: la estructura
de la voluntad y el desafío en los inicios
de toda posibilidad ciega o vidente.

Soy su ejercicio de tanteo y empeño.
Al útero de la luz lleno de truenos,
me desfogo en él, sin condiciones,
hasta el último y primero de mis verbos
porque soy quien destruyo
la confianza del polen y del curso de la ola.

Soy el que afirma a los amores de lo amorfo
y el que vive en la textura vaginal del erotismo
como pez arrimado y marido tránsfuga
con piel de pulcros gases y electrones.

Chupo de las vulvas de los ríos
la sangre de sirenas y nereidas.
Me alimento de los versos húmedos
como carpintero de olas de escozor y sudor bruto.

Seco lo que el ajenjo desangra entre las musas
y cicatrizo con purificador aliento
el espacio que sólo se concibe existenciado.

Nada es más amado
que mi secreto desintegrador,
el éxtasis del aire, espaciándose,
el bautizo de relámpagos, comiéndose el carbono
para la apofántica desocultación de los entes.

2. Consolidación

Soy el ovum de los verbos,
canción de agua y vitamina,
red de aminoácidos.

Afirmo con las luces del cristal
la melodía incesante del HAGASE.

Soy la mujer ovitesticular de la sombra acuática.
Limpio los manantiales del sedimento oscuro
donde el NO-SER dijo presente y me abandona.

Por las grietas de la noche original,
fluyo como nereida en la hormiga
y hormiga viscosa de las olas,
sirena caprichosa con escamas,
blanca carne, afrodisíaca, con aletas y fotones.

Soy la imaginación líquida de toda espiral iluminada:
la que vive del ovario de las ondas
al amarrar bosones y hadrones que me brinda
el que se fue de mí, sediento de su propia dulzura.

En las curvas del riachuelo está mi talle
y, al paso de las grutas, óvulo.
Como llamas ardientes son mis labios.
Como musas al viento, mis canciones.

Tengo el recuerdo del caos como agonía;
pero mi escondite es lecho de miel
que él algún día vendrá a beber
o a hacerla amarga el que no quiere
la existencia del NO.

Y allí, por cierto es donde descansan
los consuelos endocrinos
y la creación, enamorada y lúbrica,
sin edades, sin referencias, sin voces...

6-7-1989

*

Varón

Volcán que no envejece,
varón ovitesticular desde la sombra acuática,
cono monstruoso, fractal de réplica infinita,
soy el viento sobre los espacios giratorios
y la ventana paradójica, poblada de negrura
con cuerdas de agujeros y espirales de luz.

Cuando hierve la sartén,
yo limpio de levaduras mis propias sílabas,
hojuelas del OM OM OM.

Mi misión es informar
sobre el curso de las ondas.
Desciendo hasta los ángeles sin alas.

A cada obrero, a cada fenómeno genésico,
doy sus lagares subterráneos.
A cada bicho que pelea su vuelo,
o su inmersión,
su tiempo subjetivo,
su numérico conteo
de ave de paso y animal de presa.

¡Pero, siempre,
digo siempre, como ola y onda rediviva
en la mar del espacio, cantaré
a la verdad del tantra!

12-7-1989

*

El primer fauno

Me acerqué como un mendigo,
hambriento de tus formas de árbol.
Tus ramas se abrieron como muslos.
Te observé desde arriba
y me uní a la danza de tu geotropismo.

Acortezado en la silueta de tus lindas caderas,
yo palpé tu montículo, amelcochadas grosuras,
tu vulva, mi alimento.
Mordí allí.
¡Qué dicha haberlo hecho!

Formé un grumo
más profundo que la sombra.
¡Una cicatriz que nos une por los nombres!
Tu agujero me socorrió. Me dio descanso.

Me harté gracias a tu camino simple, sexo.
Otros pasos no llevan a tí.
Sólo la carne.
Mi raíz, que sea
tu hermosura y tu hija,
mi fruto.

Mécete en las ramas de árboles conocidos.
No temas a los faunos
porque no más diabólico que el mundo
es el verso que ellos silvan con sus labios.

Piénsame como el primer fauno
que hayas conocido.

5-4-1984

*

Soledad

Me dejaste solo.
Recogíste todas las palomas
y las mariposas y los soles diminutos
y las semillas que había en los cielos.

Me dejaste con una espera
que ya no tiene asombro,
sino la sensación de una tierra hendida,
abismada con su propio crujido de volcán.
¡Ya no puede ser peor, ya no resisto!

¿Cómo es la ausencia? ...
¡que no hay posibilidad
de sonreir desde los huesos,
¿cómo es no verte?
... ¡que la tierra me traga y no me espanto!

Tu voz se fue de mis labios
y, ¿para qué decir palabras que el viento
dispersa, que en la pared rebotan?

Me dejaste solo y yo extendí mis brazos
hasta nunca verlos; sin estrecharte,
¿existe el sentido de tu cuerpo y el mío?

En el espejo, como en un recuerdo borroso,
puede que estés como fantasma,
pirueta de un delirio, incoherente, en suspiro,
pero ya no te miro, ya ni tú ni yo existimos,
y prefiero esta complicidad del yermo,
esta geografía de boca callada
y de dolor inverso,
este vacío entre grutas
de lo cotidiano.
Te olvido.

Febrero 1980

*

Cleopatra

Escribir un poema de amor
que se parezca a ti, imaginar tu vida
sin juzgarte cuando aquí te han descrito
impúdica, antojadiza, casquivana...
es conectarse a frutos espontáneos de tu ser,
sea cual fuere el delta de tu ser
y más allá del desierto del Sinaí,
olvidar la invasión de Carlomagno
y que has muerto, mordida
por un áspid.

Es hallarte en lecho seco e irse a los wadis
y rehallarte como riachuelo dulce
e invadir tu boca con el color del ciruelo
y en restinga de tus besos sumergirse en ti
y saberte fértil, cautivante en algún lecho,
intuitivo del alma que formule juicios
sobre tu ser tan cálido y el miedo de perderte
sin la estructura de tu subjetivismo
y la propuesta de tu vida y tu historia.

Es duro no vivir tu sed de ontología
en el amor de los hombres, duro ver
tu muerte en amargo despecho,
en soledad que pierde sus caminos.
¿Será Octavio la causa?

Duro es conocerte en los raseros
de la intriga y las costumbres, que eres egipcíaca
pirámide de sol, carne y espíritu.
Ociaré en tus formas de misterio ardiente.

Imaginaré que disfruto tu boca
como Marco Antonio para enamorarse...
(él, quien te dio tres hijos).

¿A quién seducirás, ha fracasado él en Accio?
¿Quién te habría permitido vivir
más profundamente que todos ellos?...

Ayer murió, con puñalada por saludo,
a la salida del Senado, el padre de ese niño
que se asoma, él tempranamente
te hizo madre; pero Cleopatra,

… él ha muerto y te amaba y mucho te amaba
Marco Antonio y mucho la mar y el áspid.
Sin embargo, otras hienas en Roma festejan.

Contentos y triunfantes están
Címbar y Casca, Casio y Brutus...
Ha muerto tu primer amante blanco,
tu Buitre de Occidente, ¡Julio César!

Cuando estuviste casada según la norma
de los Tolomeos y tu hermano más joven
fue tu esposo, dime mujer, ¿lo amaste?

... porque no amar es guerra y muerte
y no ver el sol ni la brisa ni flotar
en el Nilo como una barcaza. No es
pasión desfogada, redimida, en olas perpetuadas.

A él, que sólo te puso en las sombras,
al hermano que despoja y no muestra ternura
siendo esposo, al marido que te da el parentesco,
¿lo habrías amado más que al invasor extraño?

Se quedó sin reino por querer ignorarte,
y tu ira lo redujo a nada...
César se lo entregó a tu mano (¿lo mataste?)
y te dio por semilla esa pasión romana
que te ha encendido tras el velo.

De Roma a Alejandría se habla
de tu coraje, Reina osada,
y ya lo sabe Marco Antonio y Octavio:
eres hermosa, inteligente, seductora...

... pero ya es tarde, te quedaste en Egipto
por ella cautivado, Marco Antonio.

7-5-1979

*

Discurso aceptatorio

Te tomaría en mis brazos,
hoy en abundancia. Te abrazaría
más que un instante
y que de mi pecho desaparezca
cada residuo que he vivido
al sorber de la escoria malnacida.

¡Lo pasado que pasado sea, Eurídice!
Aquellos cautivos de las horas cantan
y coincido en la tarea de cantar de repente.
Tiene sentido.

El cielo es claro y mis ojos
están abiertos desde sus cortezas.

Ayer me dí por muerto y me desplomé
en tristeza y descarrío
entre demonios contendientes por mi alma.

Nadie dijo lo que aguardé tan en vano:
¡Que descanse en paz tu bienamada!
Pero me desligué de la estúpida lástima.

¿De quién son los huesos deshollejados
como frutos sin gracia?
¿Qué significa esta deshonra?

¡Que no tuve un discurso aceptatorio
para originar tu belleza venidera!

No había contado con tu red de arrastre,
cariñosa, encanto manso de esperanza.

Fuíste y aún eres, aún en la muerte...
atracción por todas partes y has estado
en mi cercanía, pero en la sombra.

Ahora yo resueno por las calles
con la ilusión de buscarte y revivirte.
Un recién llegado soy
de la bien definida raíz de tu alegría
y no había valorado todo ésto:
¡Que eres la estancia radiante de mi gozo!
todo lo que quiero que seas.

Te buscaría, omnipotente si pudiera,
valientemente, para siempre.
Aún no has muerto en mí.
Eres mi propia vida.

9-9-1993

Carlos López Dzur

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